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'el trabajo en la era de la economía colaborativa'

Adrián Todolí: "El Estatuto de los Trabajadores está pensado para el siglo pasado"

6/03/2017 - 

VALÈNCIA. Las startups o empresas tecnológicas han traído una nueva modalidad de empleo que, de momento, no está muy claro cómo abordar. La mal llamada en algunos casos economía colaborativa está llevando a la precariedad de trabajadores que necesitan recurrir a esas fórmulas para obtener dinero.

Así lo explica el profesor e investigador en Derecho del Trabajo en Universitat de les Illes Balears, Adrián Todolí, autor de 'El trabajo en la era de la economía colaborativa', publicado en la editorial Tirant Lo Blanch.

- ¿Todavía se confunde el concepto de economía colaborativa?

- La economía colaborativa nace de la idea de sacar al mercado bienes infrautilizados de las personas. El ejemplo clásico es AirBnB, donde tú tienes libre una habitación en tu casa y la pones en alquiler. Se entiende como colaborativo porque se da un uso extra a un bien que estaba infrautilizado.

Sin embargo yo, que lo estudio desde la perspectiva laboral, no me gusta el término de economía colaborativa para las personas porque no creo que puedan estar infrautilizadas. Es muy difícil entender que una persona puede tener unas horas ociosas y que las utiliza a través de la economía colaborativa para dar utilidad a esas horas. La gente está trabajando o tiene tiempo libre, no es que tiene unas horas ociosas, sino que tiene unas horas dedicadas al ocio, lo cual no es negativo.

- ¿Y qué pasa para quien asume esta perspectiva?

- Desde esa perspectiva se acaba pensando que tener tiempo libre es algo negativo. Es algo que no me gusta realmente, aunque sí que es cierto que lo llamo economía colaborativa porque sino no se entendería. 

Lo primero que expongo en el libro es que una persona no puede estar infrautilizada en ningún caso y que se ponga en el mercado lo único que hace es que ofrezca sus servicios como cualquier otro trabajador. Éste es un análisis desde la perspectiva laboral, por lo que hay que diferenciar entre esto y por ejemplo ocupar un asiento en un viaje ofrecido en BlablaCar, que se iba a hacer igual aunque nadie cogiera los asientos libres.

- Todos estos servicios como Deliveroo o Globo se han enmarcado bajo el crowdsourcing. ¿En qué consiste?

- El concepto de crowdsourcing nace por adaptar la prestación de servicios que se hacía habitualmente. Sin embargo, en vez de realizarlo una empresa se hace un anuncio en una aplicación en internet o en una plataforma virtual para que cualquiera lo pueda hacer. De hecho, hay que diferenciar entre el crowdsourcing online, que se presta a través de internet, y el físico. 

El primero, normalmente son plataformas que existen en Estados Unidos y quien presta el trabajo igual está en India o en otros países donde el coste es más barato. Entonces, es muy difícil que trabajadores de Estados Unidos puedan competir con ellos porque mientras sepas el idioma no hay ninguna barrera más.

Esta parte tiene unos retos legislativos muy difíciles, los gobiernos nacionales no pueden hacer mucho, porque no pueden proteger con una legislación laboral a los trabajadores nacionales que trabajan para otro país. El que está dispuesto a cobrar menos se llevará el trabajo, porque está mundializado. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) con sus convenios de mínimos puede solucionar estos problemas.

Y luego está el crowdsourcing offline, que se presta en una ubicación física. El trabajo se realiza en un lugar concreto porque hace falta que prestador y quien quiere el servicio estén en el mismo sitio. Glovo, Deliveroo, lo que quieres es que te llevan la comida a casa y las personas tienen que estar en el mismo barrio. Aquí sí que entramos en el marco donde puede haber algunas protecciones legales.

- ¿Y cómo se enmarca legislativamente?

- Actualmente las plataformas utilizan tanto a autónomos como freelance. Son personas independientes de la empresa que trabajan para ellas mismas pero que consiguen clientes a través de la plataforma. A las plataformas les interesa considerarlo así porque no se aplica ninguna protección laboral para estas personas.

Sin embargo, para ver si son trabajadores autónomos o no habría que ver en el Estatuto de los Trabajadores si encajan en su ámbito de aplicación. ¿Cuáles son los problemas? En primer lugar, que esta norma del Estatuto de los trabajadores está pensada para trabajadores del siglo pasado. En trabajadores que van a una fábrica, que tiene un horario de apertura y cierre.

Pero los trabajadores de las plataformas no necesitan tener un horario, porque se basan en tener mucha gente dispuesta a prestar servicio.
Siempre va a haber trabajadores disponibles.En Uber si hay miles de personas que ofrecen este servicio vas a encontrar a alguien disponible, eso es algo clave. 

Luego está la reputación online que permite controlar el trabajo de una manera muy diferente a lo que se venía haciendo ahora. Para ver si estamos ante un trabajador autónomo o laboral solo hay que ver si se le dictan instrucciones o se le controla el trabajo. Si hay un jefe.  

- ¿Y hay un control en estas plataformas?

- Anteriormente, existían los controles de entrada. Para entrar a trabajar a una empresa pasabas un proceso de selección, luego hay un control de calidad del trabajo, un supervisor,  y luego hay un control de salida y te vas si no haces bien tu trabajo.

Todo eso ha sido sustituido por la reputación online. Es el cliente el que valora si el trabajador es bueno o no. No hace falta pasar un control o son muy ligeros para apuntarte. Si el cliente te valora negativamente te vas a la calle porque el trabajo del supervisor lo hace el cliente y luego la aplicación te echa a la calle. Pero el control sigue existiendo en este tipo de plataformas aunque se ha transformado. Hay que ir plataforma por plataforma, pero si hay control el Estatuto de los Trabajadores les es aplicable. 

- Algunas plataformas no piden ni el autónomo al inscribirte.

- Las plataformas lo han tomado de diferente manera dependiendo de lo que quieran arriesgarse legalmente. Las empresas que empiezan, las plataformas de economía colaborativa, lo que quieren es coger una gran masa de usuarios por lo que piden los menores requisitos posibles. Por eso, a veces no hay proceso de selección, no te piden prácticamente nada. 

Pero conforme consiguen esa masa empiezan a regularizar y el primer paso es pedirles el autónomo. Si no te piden eso te piden facturar. Luego, como el usuario busque la manera para facturar no les interesa. O como plataforma se quedan un porcentaje, que es lo que llaman comisión de intermediación. Las plataformas temen caer en irregularidades con Hacienda y que luego les castigue. 

Luego hay un segundo paso y es el tema laboral. Las plataformas utilizan el autónomo, pero para mí es algo que no encaja, sobre todo si controlan el trabajo y dictan instrucciones, realmente no pueden decir que son trabajadores autónomos. En Estados Unidos e Inglaterra ya hay algunas sentencias, también en Brasil, donde se apunta a que son trabajadores laborales, no autónomos. 

Son empleados de la empresa y les deben reconocer derechos laborales como vacaciones, indemnización por despido, salario mínimo y una jornada máxima. El Tribunal Supremo ha dicho en varias sentencias que llevar una marca de la empresa encima te hace estar bajo su paraguas porque un trabajador autónomo trabaja para sí mismo. De hecho, las marcas dan instrucciones claras de que como trabajador tienes que llevar mi marca. Son indicios clásicos de laboralidad el llevar distintivos de la empresa.

- ¿Y cómo se soluciona?

- Simplemente, para considerar que tus trabajadores son laborales, realmente no hace falta ningún cambio de legislación, sino que la inspección de trabajo lo controle o que los trabajadores individualmente demanden a la empresa y se lo reconozca. Las dos vías llevarían a la misma solución. 

El problema que yo planteo de esa legislación es que si un juez dicta que es un trabajador laboral se le aplicarían todas las cuestiones del Estatuto de los trabajadores, que es del siglo XX, y está pensado para otro tipo de trabajadores. Yo lo que propongo en el libro es que haya una regulación laboral especial para estos trabajadores. En España tenemos 11 regulaciones especiales laborales, por lo que no es una cosa muy extraña o fuera de lugar. 

Es una cuestión que en España ya se ha hecho y hay profesiones que aplicarles todo el Estatuto no tiene sentido. Cuando apareció la cadena de montaje de Ford llegó con la clase trabajadora y hubo un cambio muy importante a la hora de trabajar. Un cambio tan grande que hizo falta regularlo. La cadena de montaje trajo cosas buenas para la sociedad, como que todo el mundo pudiera tener un coche, que era un lujo, pero también trajo sus inconvenientes como puede verse en la película de Tiempos Modernos. 

Hizo falta que apareciera ahí el Derecho de Trabajo con protección de riesgos laborales, seguridad social, apareció en general una protección social al trabajador. Ahora yo creo que nos encontramos ante un cambio tan importante como ese. Se cambia la forma de trabajar y ahora hace falta adaptarlo. Contar con legislaciones anteriores es realmente problemático, porque hay cosas que no encajan pero no hay que partir desde cero.

- ¿Qué es lo más importante a tener en cuenta?

- Lo principal es la aportación a la seguridad social. Las nuevas empresas pagarán menos y ofrecerían servicios a menor precio rebajando el salario de todos. Es importante tener en cuenta el salario mínimo inteprofesional y la negociación colectiva. Los trabajadores deberían poder mantener este derecho en estas nuevas empresas. También el derecho a vacaciones que tenemos muy asumidos en los países occidentales. 

- Se está expandiendo el concepto de ciudadano productor.

- Esta idea de ciudadano productor nace para algo bastante diferente. El ciudadano productor, si es un ciudadano que tiene un trabajo a tiempo completo y luego hace pequeños trabajos no habría que considerarlos trabajadores porque si es un hobby es diferente y ya tiene un sustento. Sin embargo, no creo que este tipo de trabajadores de las plataformas lo haga por esta razón, sino por subsistencia. 

Si está desde las 9 de la mañana cobrando dos euros la hora, probablemente no lo hace por placer. Cuando haces una prestación lo puedes hacer por hobby o por buena vecindad, ya está regulado. No son trabajadore porque el verdadero objetivo no es obtener ingresos.
Pero cuando eres ciudadano productor produces para el mercado y compites con profesionales. Si tú lo haces sin pagar a la seguridad social, sin pagar impuestos, perjudicas y estás llevando a la baja los salarios de otras personas. Hay que ir con mucho cuidado si se hace una regulación para favorecer a estas personas. El legislador tiene que mirar los intereses generales no por un colectivo concreto. Mi percepción es que si ponen sus productos en el mercado están compitiendo con los profesionales y habría que competir en igualdad de condiciones.

- ¿Producen estas plataformas trabajo precario?

- Desde el momento en el que hay una bolsa de trabajadores que están trabajando como autónomos y no como laborales y no tienen vacaciones ni un salario mínimo hay precariedad. Tu objetivo es obtener unos ingresos pero no tienes ni protección social. Estas personas, realmente, están en una situación precaria. 

- ¿Qué se debe cambiar del Estatuto de los trabajadores para aclarar la situación?

- Una de las cuestiones es que si sale una nueva legislación de relación especial laboral donde tienen libertad de horarios y por lo tanto es un derecho que están ganando. Para adaptar la legislación al nuevo modelo productivo, una de las cosas que yo diría es que como se entiende que el empresario dicta instrucciones, si ocurre cualquier accidente el responsable es la empresa.

Luego está el tema de los bienes, y es que habitualmente el trabajador no tiene que aportar ningún medio material porque se entiende que la empresa tiene que aportar todos los medios materiales, desde el coche hasta el móvil o la moto. En este nuevo modelo de relaciones laborales se entiende que el trabajador es el que aporta los medios materiales y quizás eso no parece tan absurdo.

Si todo el mundo tiene un coche en casa, ¿por qué hacer que Uber compre de repente 30.000 coches nuevos? A lo mejor no tiene sentido. Se podría permitir en la legislación que el empresario pueda requerirle ciertos medios materiales para poder trabajar.

Otra cuestión, que aquí es donde puede haber más debate es en el salario mínimo interprofesional. No hay duda de que, si es un trabajador tradicional, aunque haya o no trabajo tiene derecho a cobrar el salario con independencia. Si llegas a tu puesto de trabajo a la hora que te han dicho y no hay nada que hacer, aun así tienes derecho a un salario. Pero si un trabajador que tiene derecho a decidir su horario se pone a trabajar de las 4 de la mañana hasta las 7 de la mañana, abre la aplicación y está disponible, es cierto que a esa hora va a haber pocos servicios y durante esas horas no hace nada.

Que durante esas horas perciba todo el salario también es incompatible. Así que podría percibir menos dinero en esas horas de trabajo, porque sí están on call. ¿Quién debería decidir esto? Creo que debería dejarse en manos de la negociación colectiva para este nuevo tipo de relación laboral.

- ¿Hay alguna legislación en la que fijarse?

- Actualmente no hay ninguna porque esto ha pasado hace muy poco y de hecho, estas plataformas primero tuvieron problemas de derecho mercantil. Con el tiempo han ido resolviéndolos pero ahora llegan los laborales, que suelen aparecer más tarde, sobre todo porque los trabajadores tienen más miedo a quejarse por miedo a perder el poco sustento del que les provee la plataforma. Ahora hay proyectos de ley en Italia y Francia pero sí que hay países que se están poniendo las pilas. 

- ¿Vamos un poco lentos en España?

- Sí, en España hemos tenido un año sin gobierno pero además, en general, estas plataformas están extendidas menos que en otros países. En Estados Unidos están prácticamente en todas partes, en Inglaterra también, aquí hasta que el Gobierno no vea que hay una demanda social y se modifique o haya problemas, el legislador va a esperar. La razón simplemente es porque en España han entrado más tarde.

- ¿Qué cosas positivas han traído?

- La transparencia es lo más interesante que hay. Es muy importante que se discierna entre trabajadores buenos y malos. Que el consumidor pueda valorar la empresa es muy positivo porque le da una fuerza que antes no tenía. Incluso los trabajadores buenos, con esta valoración online podrá negociar su sueldo. La oferta también, porque hay servicios que antes no existían con tanta facilidad. También con las pasarelas de pago que son muy sencillas.

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