PARÍS (EFE). La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advierte de que Europa corre el riesgo de no conseguir suficiente gas en 2023 si Rusia cierra más los grifos y la recuperación económica de China incrementa la demanda del gigante asiático, que se llevaría buena parte del gas natural licuado (GNL) disponible.
En caso de que Rusia suspendiera totalmente los envíos de gas a los países europeos y los volúmenes de importaciones de GNL por parte de China volvieran a los niveles de 2021, el déficit de abastecimiento en Europa podría ser de 30.000 millones de metros cúbicos durante el verano, precisa la AIE en un informe publicado este jueves.
Eso representa casi la mitad del gas necesario para que sus reservas llegaran antes del invierno 2023-2024 al 95 %, que es el nivel que se ha conseguido este año.
Según el director ejecutivo de la agencia, el turco Fatih Birol, en el contexto actual, de un otoño de temperaturas cálidas y de precios del gas más bajos en las últimas semanas, se podría caer en una especie de "complacencia" en el desafío del suministro, cuando en realidad "no estamos de ninguna manera fuera de peligro todavía".
A su juicio, el reto para conseguir el gas necesario será "aún mayor el próximo invierno" y por eso los gobiernos deben tomar "medidas inmediatas para acelerar la mejora de la eficiencia energética y el despliegue de energías renovables y de bombas de calor, así como otras medidas para reducir estructuralmente la demanda de gas".
Su organización tiene previsto presentar "en su momento" un plan para garantizar el equilibrio gasístico de Europa de cara al invierno 2023-2024.
Los autores del informe recuerdan que, en los diez primeros meses de este año, Rusia ya ha reducido a la mitad el suministro de Europa si se compara con el mismo periodo de 2021, y eso supone una caída de 60.000 millones de metros cúbicos.
Para el conjunto del año, calculan que la caída será de alrededor del 55 %, lo que representaría 80.000 millones de metros cúbicos menos que en 2021.
Los europeos, no obstante, han conseguido llenar sus reservas al 95 %, y eso es un 5 % más que la media de los últimos cinco años, lo que equivale a 5.000 millones de metros cúbicos más.
La agencia explica que los europeos se han beneficiado para hacerlo de dos elementos que tal vez no se repitan en 2023: el primero el flujo de gas que se ha seguido recibiendo de Rusia, aunque menor que en años anteriores; y el segundo la menor demanda china de GNL por los efectos sobre la economía de las restricciones impuestas por la política de Pekín de "cero covid".
Pero si China se recupera y sus importaciones vuelven a estar en los niveles de 2021, el gigante asiático absorbería más del 85 % del aumento previsto en el suministro mundial de GNL.
Hay que tener en cuenta que en 2023 se calcula que ese suministro se incremente únicamente en 20.000 millones de metros cúbicos, de los cuales aproximadamente un tercio de Estados Unidos, que podría aparecer como un socio prioritario de los europeos.
En definitiva, el aumento del GNL disponible el año próximo será mucho menor que la probable rebaja de las entregas por los gasoductos rusos que abastecen Europa, recuerda la AIE.