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desde sona9 hasta vinilo valencia

Ahora que Sona la Dipu ya no está: las alternativas de los grupos valencianos en las que fijarse

Este año, el concurso musical con más presupuesto de la Comunitat se ha cancelado y la próxima edición será asumida por el Institut Valencià de Cultura. Los grupos locales han encontrado iniciativas paralelas

7/06/2019 - 

VALÈNCIA. Ayer por la noche se celebró en la sala Wah Wah la semifinal valenciana del concurso Sona9, organizado por TV3 y Catalunya Ràdio, y con el apoyo de los gobiernos de Catalunya, Baleares y Comunitat Valenciana, además de otros organismos y empresas. Se trata de un certamen con 19 ediciones realizadas y con el respaldo de un buen puñado de grupos como Trau, Manel, La Iaia, Estupida Erikah o The Mamzelles, entre otros. En la final habrá, al menos, un grupo valenciano, y si gana el concurso, podrá grabar en un estudio profesional su próximo trabajo, además de la proyección que le otorgarán desde los medios de comunicación públicos de Catalunya y las actuaciones por algunos de los escenarios más cotizados, como el del Mercat de Música Viva de Vic. Ayer se enfrentaron al público de la sala de conciertos, Joe Pask, L'Últim Europeu y Daniel Rosell.

Al menos dos de estos nombres se podrían haber presentado también este año al concurso organizado por la Diputación de Valencia Sona la Dipu, con diferencia, el que más presupuesto maneja de la Comunitat, con más de 800.000 euros disponibles para gastar anualmente. El concurso consistía en combinar las actuaciones de los grupos aspirantes con las de referencias pop del ámbito nacional más mainstream en diferentes localidades de tamaño mediano de la provincia. Este año no será así, porque, tras los numerosos problemas de la pasada edición, entre los que destaca el impago especialmente lesivo a grupos ganadores de años anteriores, la Diputación ha decidido cancelar el concurso este año y que la próxima edición pase a ser gestionada por el Institut Valencià de Cultura, con cambios profundos en su dinámica.

No es una novedad decir que el certamen de la Diputación no era la referencia de la escena local en cuanto a calidad de organización, sino todo lo contrario. Pero si los grupos, el jurado y parte del músculo musical podían manifestar su descontento, en mayor o en menor medida, en privado o en público, hay que tener en cuenta que 800.000 euros estaban destinados, en su mayoría, destinados a los grandes conciertos y a subvencionar con dinero público a festivales de toda España por programar a los grupos ganadores (normalmente en escenarios minúsculos y a horas de muy baja afluencia). Con todo por hacer este año y pensando en qué cambios pueden mejorar el futuro Sona La Dipu, puede ser interesante en las fortalezas de sus alternativas.

Sona9, los grupos valencianos se proyectan en Cataluña

València es un plaza difícil para los grupos de música que tengan una mínima aspiración. España en general lo suele ser. "No hay grupos de clase media, hay de clase alta o la mendicidad". Es una frase de Joe Pask, uno de los grupos que actuaron anoche en el Sona9. Por eso, entre otras cosas, quieren actuar en el concurso: "Nosotros no buscamos la confrontación artística, sino participar en una plataforma estupenda para los grupos emergentes. Cantando en valenciano, nos cuesta mucho llegar a tocar en Cataluña, sino es en formato acústica y arriesgando mucho dinero. La cobertura que te puede dar participar en el Sona9, sonar en iCat, tocar en Vic... Es muy importante si quieres dar un paso adelante", cuenta el líder de la banda.

Sona9 en 2017. Foto: MEDOL

El concurso de origen catalán está abierto a todos los grupos de la Comunitat, Baleares y Cataluña que canten su repertorio en catalán. Cada territorio tiene su propia semifinal, y no solo se enfrentan en un concierto, sino que tiene que pasar diferentes pruebas, como hacer una versión de una canción conocida. En iCat, la radio de música independiente del grupo Catalunya Ràdio, hay un programa semanal dedicado exclusivamente a contar la actualidad del concurso y de los grupos participantes.

Los motivos de L'Últim Europeu son compartidos: por una parte, porque cantando en catalán tienen que mirar más hacia Barcelona que hacia Madrid. En segundo lugar, el hecho de la promoción de la lengua, de crear redes y relacionarse con aquellas bandas con las que compartes cierta identidad.

Para Daniel Rosell la meta no es tan importante como el camino: “participar en un concurso es parecido a ir a un festival: gente que no te conoce, que no ha acudido explícitamente a verte, te puede descubrir, y eso es una oportunidad de difusión y de encontrar una salida a tu trabajo que difícilmente se encuentra en otro lugar”, cuenta el cantautor. “Un concurso es más interesante como festival que como competición”, sentencia.

Vinilo Valencia, el arraigo a la escena como principal arma

Cada año, cerca de medio centenar de grupos intenta participar en Vinilo Valencia, un concurso organizado por la asociación homónima que organiza uno de los certámenes a los que más atención se le presta desde la escena local. “Somos necesarios porque somos libres. Llevamos 11 ediciones apoyándonos en los principales actores musicales de la ciudad, y nos hemos demostrado como una gran ventana de promoción”, cuenta Andrés Verdaguer, uno de los impulsores.

Vinilo Valencia

Sin fronteras estilísticas ni idiomáticas, con un porcentaje altísimo de grupos noveles, los ganadores suelen tener cierto recorrido en la escena local. Es el concurso coolhunter, una ventana para darse a conocer fácil y rápido. “El mejor ejemplo es Filipinos!, el grupo ganador de este año, que se presentaron en la semifinal con solo dos canciones publicadas y grabadas de manera doméstica. Demostraron su solidez y ahora tienen una gran proyección”, cuenta Verdaguer.

Emergents al Palau: cuando pagar es tu hecho diferencial

“Hay dos tipos de concurso: los que hacen los festivales o marcas privadas, que se nota claramente que es para aprovecharse de los grupos y que actúen gratis, o los organizados por las instituciones públicas con el objetivo de proyectar a grupos emergentes sinceramente”, explican desde L’Últim Europeu para decir que Sona9 forma parte del segundo grupo.

Con una carta parecida se presentó el ciclo Emergents al Palau, cuya segunda edición se está desarrollando ahora. Aunque desde el Palau de la Música prefieren definirse como un ciclo, los grupos sí se presentan y hay un filtro. En cada cita, dos grupos del mismo estilo tocan sin enfrentarse, sin la espera de un premio. Aunque en realidad sí lo hay: el Palau les da de alta en la Seguridad Social y les paga un caché fijo. Algo insólito no solo en concursos, sino en la gran mayoría de montajes musicales, según denunció el Sindicato de Artistas Musicales hace unos días en Culturplaza.

Emergents al Palau

Si bien Emergents al Palau ofrece una proyección más limitada, sí que consigue que los grupos den un paso psicológico como el de tocar en un escenario como el Palau de la Música, además de ver cómo se les puede tratar en esto de los conciertos. Una manera de empoderarse antes lo que tienen que enfrentarse diariamente para sacar adelante un concierto.

¿Y de dónde no tomar nota?

Si Sona9, Vinilo Valencia y Emergents al Palau pueden ser, por distintos motivos, certámenes en los que mirarse. También los hay de los que huir. Entre ellos, esos que pertenecen al primer grupo del que hablaba L’Últim Europeu, principalmente los de los macrofestivales. Concursos que deciden unos likes. Joe Pask lo tiene aún más claro: “Nosotros hemos dejado de hacer concursos porque nosotros no queremos tocar gratis”.

Con todo esto, ¿qué ruta se dibuja para el nuevo concurso que plantee el IVC? Pues en realidad, los entrevistados tiene opiniones encontradas. Por una parte, Joe Pask opina que “el dinero público debería estar destinado a ayudar directamente a las salas de conciertos en vez de montar concursos”. L’Últim Europeu afirma que, “más pronto que tarde”, València tendrá su Sona9 porque “la base cultural ha demostrado ser lo suficientemente fuerte con iniciativas como el Trovam”. Por su parte, Verdaguer no se atreve a afirmar “la necesidad” de un concurso pero reitera que Vinilo Valencia “ya tiene una base sólida” y es “necesario”.

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