VALÈNCIA. Hace ahora exactamente un año que se hizo público el primer plano de lo que será el jardín de las esculturas del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), rebautizado con el nombre de Pati Obert. Fue tras la aprobación por parte del Ayuntamiento de València del convenio en Junta de Gobierno Local del proyecto, una iniciativa interinstitucional que busca dar una nueva vida al que ha sido calificado por el propio director del museo, José Miguel G. Cortés, como “solar de la vergüenza”. Era una vez aprobado el documento, el 24 de febrero de 2017, cuando se confirmaba desde el consistorio que el inicio de las obras llegaría “después del verano”, trabajos que a los que se suma la apertura como zona peatonal de la calle sita entre el IVAM y la Beneficència. “Hoy podemos decir que comienza la cuenta atrás para hacer realidad el jardín de las esculturas del IVAM”, expresaba entonces el alcalde de València, Joan Ribó. Las obras, sin embargo, se han hecho de rogar más de los esperado, y no fue ni en septiembre ni en los meses restantes de 2017 cuando se pusieron en marcha. Pero la espera no se alargará mucho más.
Será en la primera mitad del mes de marzo cuando la licitación del Pati Obert se publique en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), tal y como han confirmado desde la conselleria de Cultura, un proceso que se habría visto bloqueado por la petición de Intervención General de que se lleven a cabo tanto las obras del entorno –en terrenos del Ayuntamiento- como del IVAM –de la Generalitat- al mismo tiempo. Sin embargo, esto no tiene porque ser así y, una vez resuelto dicho aspecto, las obras del jardín se pondrán en marcha este mismo año. En resumidas cuentas, el acuerdo entre las tres partes participantes fija que el Ayuntamiento de València es el encargado de la redacción del proyecto de adecuación y el mantenimiento del jardín una vez esté ejecutado; la conselleria de Cultura debe ocuparse de los trabajos de realización del Pati Obert, unas obras que supone una inversión aproximada de medio millón de euros; mientras que el IVAM aporta las esculturas que se exhibirán en el espacio y de la seguridad.
El camino hasta la próxima licitación, en cualquier caso, no ha sido sencillo, marcado por unas incógnitas que empiezan a despejarse. Decían hace ahora un año desde el Ayuntamiento de València: “El calendario de actuaciones previsto arranca de manera inmediata: una vez concluida la redacción del proyecto, que estará listo en las próximas semanas, se calcula que se podrá disponer de las licencias y autorizaciones para la ejecución de las obras en el mes de julio, de manera que dichas obras comenzarán después del verano, en el mes de septiembre”. Llegó julio y el alcalde de València, el director del museo y el conseller de Cultura, Vicent Marzà organizaron un encuentro en el IVAM que dejó un sabor agridulce. Entonces formalizaron el convenio entre las tres partes, aunque también anunciaron que las obras no se llevarían a cabo finalmente en septiembre de 2017. De esta forma, Marzà explicaba que los trabajos se iniciarían “lo más pronto posible” y que la “previsión” es que fuera antes de que acabara el año, encuentro en el que descartaron fijar una nueva fecha tras los retrasos.
Cuando llegó septiembre pocos esperaban el anuncio de las obras, sin embargo sí se tachó de la lista de deberes uno de los objetivos marcado por las tres instituciones: la primera intervención artística en el solar. Se trata del mural firmado por Escif, que inauguró el museo como un punto de partida simbólico de la renovación del espacio. "Esta pintura mural es el primer paso de una renovación absoluta del antiguo solar del IVAM”, explicó el director del IVAM durante la presentación. De esta forma, el artista valenciano intervenía la medianera del museo, un espacio de aproximadamente 2.000 metros cuadrados que ahora ocupan dibujos que reflejan la historia del barrio y su relación con el propio solar, sin obviar la polémica y protestas derivadas de la expulsión de sus antiguos habitantes. Esto, además, supuso un ensayo de la apertura, pues el museo organizó una visita guiada extraordinaria para que el público pudiera visitarlo, algo que se ha dado en contadas ocasiones, de la mano de eventos como Desayuno con Viandantes o el festival Intramurs.
Tras ser anunciado en cada presentación de la programación anual de esta legislatura y en distintas ocasiones entre diciembre de un año y diciembre del otro, el Pati Obert empieza a rodar en un momento clave para el museo valenciano, en el que el jardín de las esculturas no es su único frente abierto. Con el 30 aniversario del museo a la vuelta de la esquina (en febrero de 2019) y unas elecciones autonómicas que podrían adelantar su fecha, toca ponerse las pilas con los proyectos pendientes o por concretar de un museo convencido de que quiere crecer. De esta forma, a la batalla por fagocitar el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM), que derivó en una cruda guerra mediática todavía por resolver y un deseo de ampliación en València por concretar, también se suma como proyecto pendiente la subsede en Alcoi, proyecto que incluye a la Generalitat Valenciana, la Fundación CAM y el Ayuntamiento de Alcoi. Para la puesta en marcha de la subsede, que se instalará en el Centre d’Art d’Alcoi (CADA), se ha firmado un borrador de convenio entre las partes y se han licitado las obras necesarias para la adecuación del espacio, cerrado durante años al público, con un presupuesto de 593.211,65 € con IVA.
¿Qué es el Pati Obert y quién se encarga de él?
El proyecto de Pati Obert y los proyectos como la subsede o la ampliación “física pero no de construcción”, explicó el director del IVAM durante una entrevista con Cultur Plaza, entierran definitivamente la ampliación proyectada en 2003 por el estudio japonés SANAA. La Generalitat ha dicho no a las obras faraónicas. Pero, ¿qué será el Pati Obert? Planteado como una extensión del museo, el jardín quiere ser punto de conexión con el barrio, un espacio con zonas verdes, juegos infantiles, zonas de descanso y de relación con las obras de arte, donde también habrá lugar para instalaciones artísticas efímeras. De igual forma, desde el museo se comunicó qué esculturas acogerá el futuro Pati Obert: Cosmos 62 (1962), de Andreu Alfaro; Puerta de Thanatos II (2008), de Ramón de Soto; un escultura sin título fechada en 2008 de Per Kirkeby; Luna sobre prisma (2001) y Cara Plana (2001) de Miquel Navarro; y Fragmentos (1990) de Vicente Ortí.
Con tres instituciones involucradas, tanto las tareas como los gastos de cada uno están especificados en el convenio. De esta forma, la Conselleria aportará medio millón de euros para la construcción, mientras que el Ayuntamiento de València hará lo propio por lo que respecta las cantidades que se deriven de las expropiaciones. Por su parte, el IVAM pagará 20.000 euros anuales para hacer frente a los gastos de traslado, dirección de la colocación, mantenimiento, conversación y retirada de las esculturas; 5.000 euros por los sistemas de alarma y videovigilancia; y hasta 17.000 euros al año por el servicio de vigilancia del jardín. De igual forma, para gestionar el proyecto se creará una órgano mixto de seguimiento y control formado por el secretario autonómico de Cultura, la regidora de Cultura en el consistorio y el director del IVAM, que podrán delegar esta función en otro funcionario. Esta comisión se reunirá un mínimo de dos veces al año y tendrá como misión supervisar la ejecución del convenio, el calendario de actuaciones e informar de las indecencias o modificaciones del mismo.
