VALÈNCIA (EP). El centro tecnológico Ainia trabaja en un proyecto en el que aplicará la neurociencia en la investigación sensorial de productos cosméticos.
El bienestar que genera la aplicación de este tipo de productos sobre la piel despierta en el consumidor una serie de emociones que son "clave" para la toma de futuras decisiones de compra. Es por ello por lo que la evaluación de las preferencias del consumidor, como resultado de respuestas sensoriales, emocionales y cognitivas, es un aspecto fundamental para la industria en el desarrollo y comercialización de productos cosméticos, explica la entidad en un comunicado.
El estudio de las emociones, el llamado neuromarketing, permite analizar de manera "más imparcial los procesos de toma de decisiones en los que los procesos irracionales, intuitivos y afectivos desempeñan un papel fundamental".
El análisis sensorial, inciden, es una herramienta "potente para la industria cosmética, puesto que las técnicas de investigación sensorial aplicadas en la neurociencia pueden superar algunas de las limitaciones de las metodologías tradicionales".
En este contexto, y dentro del proyecto Cosmefeel -cofinanciado por los fondos FEDER y el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE)-, se están estudiando metodologías de neurociencia, complementarias a las tradicionales, para obtener una comprensión emocional más profunda del comportamiento del consumidor.
Entre ellas, figuran la Respuesta Galvánica de la Piel (GSR), uno de los métodos más sensibles para la excitación emocional; la medida de la actividad cerebral: electroencefalografía (EEG) y el Facial Coding (FC), que analiza el rostro como una de las herramientas más poderosas de comunicación no verbal e inconsciente.
El análisis sensorial es una herramienta eficaz que comprende una serie de métodos científicos utilizados para evocar, medir, analizar e interpretar reacciones o información sobre un producto en relación con lo que sienten o perciben las personas cuando lo utilizan o consumen. En concreto para la cosmética, las emociones provocadas por el producto se derivan del olor, el tacto y la experiencia visual del producto, concluyen.