VALÈNCIA (EFE). Un equipo multidisciplinar del centro tecnológico Ainia ha logrado cultivar carne de bovino a partir de una biopsia, sin necesidad de sacrificio animal, una alternativa sostenible que puede contribuir a solventar la demanda creciente de proteínas a nivel mundial.
Según fuentes de Ainia, la carne cultivada se basa en el cultivo de células musculares y grasas obtenidas de animales mediante métodos de bioingeniería y biotecnología. Posteriormente, estas células se cultivan en el ambiente controlado de un biorreactor, produciendo así carne cultivada, un paso crucial para su producción a gran escala.
Finalmente, para replicar la estructura de la carne, se ha trabajado con tecnologías avanzadas como la bioimpresión 3D, para simular la estructura tridimensional.
El proyecto también ha abordado el desafío del uso de suero bovino fetal, ingrediente altamente costoso, habitualmente utilizado para el cultivo de carne in vitro. Las proteínas presentes en el suero, como por ejemplo los factores de crecimiento, promueven la proliferación y diferenciación de las células musculares, lo cual es fundamental para el cultivo eficiente de carne in vitro.
Ainia ha diseñado y está produciendo factores de crecimiento recombinantes para su incorporación en el medio de cultivo como sustitutivo de suero bovino fetal, y este proceso ha sido escalado con éxito en biorreactores.
Conseguir producir carne cultivada in vitro de manera eficiente y sostenible puede transformar la industria alimentaria y contribuir a un sistema alimentario más sostenible. Entre las principales ventajas, se encuentra la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Según el Instituto Good Food, el uso de esta tecnología podría reducir las emisiones climáticas hasta en un 92 %, disminuir la contaminación del aire hasta en un 94 % y utilizar hasta un 90 % menos de tierra, en comparación con los requerimientos de la carne convencional.
Asimismo, se lograría un mayor bienestar animal. Al eliminar la cría masiva y el sacrificio de animales, se responde a las preocupaciones éticas de una parte considerable de la población. Además, al producirse en ambientes controlados y sanitarios, se reduce el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos, garantizando así una alimentación más segura y saludable.
Este proyecto cuenta con el apoyo de la Conselleria de Innovación de la Generalitat y está financiado por la Unión Europea, a través del Programa FEDER Comunitat Valenciana 2021-2027.