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la asamblea del sepla decide este jueves si ratifica el preacuerdo

Air Nostrum arranca al sindicato de pilotos un pacto de flexibilidad sin garantizarles la producción

1/02/2018 - 

 VALÈNCIA. La aerolínea valenciana Air Nostrum ha llegado a un preacuerdo con el comité de pilotos para renovar por dos años las condiciones de trabajo de este colectivo. El pacto, pendiente de ratificación en las respectivas asambleas de los sindicatos Uppa y Sepla –este último lo vota hoy mismo–, incluye novedades relevantes sobre el acuerdo anterior que otorgan más flexibilidad a la empresa, pero sin garantizar con compromisos concretos la carga de trabajo.

Este hecho, según trasladan a este periódico fuentes del colectivo de pilotos, ha generado malestar en las bases de los sindicatos, que en los últimos días se han movilizado para evitar la ratificación de un preacuerdo que, a su juicio, sienta las bases para que la compañía pueda traspasar parte de la producción que ahora realiza a través de Air Nostrum a otras aerolíneas recientemente creadas por los dueños de la firma, con Carlos Bertomeu al frente. Preguntada al respecto por este periódico, la firma rehusó realizar comentarios.

Según consta en el principio de acuerdo al que ha tenido acceso Valencia Plaza, la dirección de la empresa justifica ante los sindicatos la necesidad de renovar los acuerdos sobre destacamentos europeos ante la existencia de "numerosas oportunidades de contratos en Europa".

En este sentido, cabe recordar que los socios de Air Nostrum se han volcado en los últimos tres años en la creación de un gran grupo de transporte internacional con nuevas divisiones de negocio como la extinción de incendios o la entrada en el sector ferroviario, además del desarrollo de proyectos de aviación regional en Sudamérica, centro y norte de Europa y el Mediterráneo oriental. Todo ello con el objetivo de diversificar sus fuentes de ingresos, pero con una estructura societaria que mantiene a Air Nostrum aislada de posibles riesgos, ya que las empresas creadas para ello no son filiales de la aerolínea, sino que están participadas directamente por Carlos Bertomeu, José Remohí, Antonio Pellicer y sus demás socios en la aerolínea.

Dentro de ese entramado de empresas se encuentra una firma con sede en Irlanda –llamada Saimer– que el grupo utiliza como vehículo para tener los aviones en arrendamiento operativo fuera del balance de Air Nostrum, de forma que externaliza el riesgo y evita que los posibles impagos repercutan en la cuenta de resultados de la empresa principal, tal y como explicó recientemente el propio Carlos Bertomeu en una presentación de las actividades del grupo.

Además de esta mercantil, los socios de la firma valenciana también han creado desde cero una aerolínea con sede en el mismo país, Hibernian Airlines, cuyo negocio consiste en alquilar aviones a otras compañías del centro y norte de Europa. Los accionistas de Air Nostrum ya han invertido un millón de euros en esta compañía, para la que se está tramitando la obtención de una licencia de vuelo.

Según Bertomeu, la creación de esta empresa responde a la evolución del mercado en el centro y norte de Europa hacia aerolíneas regionales más grandes y especializadas por aéreas. Para aprovechar esa tendencia, Hibernian alquilará aviones en régimen de wet lease –con mantenimiento, seguro y tripulación incluidos–, con expectativas de lograr acuerdos con grandes compañías como Lufthansa o SAS.

Con todos los elementos sobre la mesa, en parte del colectivo de pilotos se ha extendido la inquietud de que las novedades introducidas con el nuevo acuerdo, que dan más flexibilidad a la empresa para atender picos puntuales de demanda, pueda facilitar el traspaso de la carga de trabajo que ahora realiza Air Nostrum hacia otras firmas del grupo.

Por esa razón, en los últimos días han circulado entre los pilotos argumentos que cuestionan la negociación de los responsables de la sección sindical del Sepla y abogan por revisar un acuerdo que, aseguran, empeora sus condiciones.

Foto: EVA MÁÑEZ

Lo que dice literalmente el texto preacordado es que ante el "considerable aumento de la producción" previsto por la dirección de la compañía, se accede a someterse a las nuevas condiciones "en aras de propiciar inequívocamente que dicha producción se realice a través de Air Nostrum tanto en el presente como a futuro".

La falta de concreción sobre cómo se asegura esa producción es lo que chirría a algunos pilotos. La corriente crítica presiona a la dirección del Sepla para que incluya en este acuerdo "leonino" medidas concretas sobre la recuperación de salarios –recortados durante la época de crisis–; garantía de mantenimiento de rutas y aviones, con acuerdos concretos sobre aumento de la flota condicionado a la entrada de nuevos aparatos en otras aerolíneas del grupo; limitar al 5% el desvío de la programación; o conocer de primera mano los contratos de leasing.

De aplicarse el principio de acuerdo, Air Nostrum podrá utilizar una figura conocida en el sector como 'comandante ascensor', que consiste en pactar con los segundos pilotos que lo pidan su ascenso a comandante por un periodo de entre seis meses y un año, pero sin que se consolide el cambio de especialidad a ningún efecto.

En paralelo, la empresa se reserva la potestad de contratar segundos pilotos de manera temporal y mediante contratos de sustitución para cubrir los huecos que se generarían con el ascenso temporal a comandantes

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