VALENCIA. El conseller de Transparencia, Responsabilitat Social, Participación y Cooperación, Manuel Alcaraz, ha calificado de “microgolpes de Estado” los episodios de corrupción política y ha abogado por “la transparencia como vía para la relegitimación democrática”. El conseller se ha manifestado así durante una intervención sobre “Ética pública, transparencia y democracia”, impartida dentro del Seminario Permanente de la Fundación Étnor. VER FOTOGALERÍA
Alcaraz ha situado la corrupción “en un punto relativamente indeterminado entre la realidad económica y la cultura política” y ha asegurado que “es en el nivel de la toma de decisiones y del normal funcionamiento del sistema democrático como cabe enfrentar global y conceptualmente la corrupción política”.
Tras reflexionar sobre los efectos de la crisis, la exaltación del consumismo, la globalización, el neoliberalismo, las privatizaciones y otros factores sobre “los climas de corrupción”, el conseller considera que “posiblemente estamos ante nuevos horizontes de interpretación de la ética pública en relación con la acción política”.
Asimismo, cree que es necesario dilucidar porqué en la reciente ola de corrupción “los corruptos se sintieron tan impunes y si era un problema de normas o un problema de la relación entre las normas y la vida social”.
“En realidad muchos corruptos lo fueron no porque ignoraran que era delictivo, sino porque en su entorno confluían factores como que el éxito económico podía ser tan notorio que la amenaza penal se volvía raquítica o que sustituyeron los valores anclados a lo público por los valores que exacerban el beneficio privado”, ha dicho.
Frente a la merma de legitimación democrática que genera la corrupción política, el conseller cree que “la transparencia es la respuesta a las crisis democráticas y a la apreciación social de la constitución de élites que jerarquizan el espacio público y el espacio institucional”.
En todo caso, ha concluido Alcaraz, la prevención presente y futura de la corrupción “no puede centrarse en la prevención individualizada, sino en la emergencia de instrumentos colectivos que reequilibren los aparatos del Estado facilitando mayor transparencia y participación social, evitando la concentración del poder en pocas manos”.