El dúo catalán aterriza en la Sala Moon este viernes 17 de noviembre con Casa Linda, la gira de su último álbum en el que se atreven a explorar sus límites como banda y le abren la puerta a nuevos retos
VALÈNCIA. Por mucho que se empeñen los catedráticos una casa no es solo un “edificio para habitar”, ni una simple “vivienda”, la casa es también un concepto que abraza muchas más ideas y sentimientos. Una casa puede ser un espacio en el que compartir y conversar, un lugar ideal para dormirse una siesta de esas en las que solo se permite la leve molestia de un rayo de sol en la cara… “Casa” puede ser también un plato de sopa caliente preparado con mucho amor, o una conversación en la esquina más imposible de la cocina. Para muchos la música también es casa, los temas a veces logran desvelar la definición más pura de “hogar” que habitan los artistas.
Casa Linda, el último lanzamiento de Cala Vento, pone bajo el mismo techo a Aleix Turón y Joan Delgado, quienes se salen de la comodidad de los trabajos anteriores para abrazar el mundo de la autoedición, atreviéndose también con nuevos ritmos e independizándose -de alguna manera- de ellos mismos. Este viernes 17 de noviembre se amparan bajo el techo de la Sala Moon para poder tocar los temas que han construido para un disco que se crea sobre los cimientos de quienes les escuchan desde hace ya casi diez años.
En conversación con Culturplaza, y mientras viajan por carretera rumbo a su siguiente bolo, Aleix Turón responde a las preguntas sobre este disco en el que descubren su lado más íntimo y profesional. Un trabajo que llega justo para soplar las velas de su décimo aniversario como banda y que les permite echar la vista atrás con perspectiva y aprendizaje. Explica el cantante y compositor que en esta gira se salen un poco de la experiencia de siempre, abriendo sus puertas a unos conciertos mucho más íntimos, dejándose ver mucho más cercanos hasta desde la lejanía del escenario: “Es una gira mucho más emocional, de la que estamos muy satisfechos y agradecidos. En las salas siempre se materializa el trabajo que llevamos haciendo desde nuestros inicios, es el momento en el que nos reencontramos con quienes nos escuchan, con promotores y con dueños de salas”, en cierto modo su familia en las giras, “es nuestra oportunidad para juntarnos y celebrar que aún seguimos vivos”, explica Turón.
En esta gira suben al escenario el reto de mostrar un trabajo autoeditado, en el que consiguen tomar nuevos caminos sin perder la esencia, algo que les motiva y les empuja a adentrarse en terrenos menos conocidos pero igual de emocionantes: “Al final tomamos este camino -el de la autoedición- por la vocación que tenemos de hacerlo todo nosotros mismos y de trabajar con lo nuestro. Ahora que lo hemos vivido estamos recogiendo un poco de cable [ríe], podemos seguir actualizándonos pero tal vez de otra manera. No podemos asumir todo nosotros dos, quizás la cosa cambiaría si fuéramos cinco… pero lo que aprendemos de esto es a delegar y hacer equipo, a juntarnos con personas que lo quieren hacer bien y que nos gustan”. Con una mochila llena de aprendizajes y tras la dureza del reto les queda reflexionar sobre un trabajo más colaborativo de cara al siguiente álbum.
Lo que sí que seguirán haciendo mano a mano es componer los temas que ocuparán su siguiente lanzamiento, temas que Turón confiesa que surgen cuando menos se lo esperan, aunque cada vez toman un tono que responde más a los ritmos de la industria: “Escribimos cuando nos nace, pero en el momento que la banda comienza a estar más asentada es inevitable componer con un sentido más profesional. Hay que componer otro disco y hacer otra gira pero para nosotros Casa Linda ha sido un trabajo para sacar antiguas sensaciones de un grupo que “no se dedicaba a la música” sino que compone porque lo necesita, porque nos pasan estas cosas y porque necesitamos sacarlas”.
Este proceso, que desde el dúo definen como “bastante liberador” genera letras menos calculadas y honestas, con frases románticas como “yo solo quería una casa linda donde guardar mis cosas y no perderlas de vista” en el tema que da nombre al álbum o “la próxima vez que te vea dormido, voy a recordarte lo que hemos vivido" en Equilibrio. Estos temas, junto a los ritmos rescatados, trasladan al público a Cala Vento, el que fue su primer álbum, y de esta manera sitúa a Aleix y Joan en el primer momento de la banda: “Creo que el momento creativo del primer disco sigue presente, sale de forma involuntario y no se puede forzar de ninguna manera, son ritmos que siempre nos van a acompañar y de los que no queremos separarnos”, reflexiona Turón, “por supuesto nos apetece innovar, somos un dúo muy inquieto pero ahora mismo nos gusta más centrarnos en qué decir y cómo hacerlo”.
Dentro de la gira de Casa Linda, en la que en cada concierto se tienen que crear su nuevo hogar en la ciudad a la que van, Turón y Delgado admiten que lo que más les sirve es rodearse de un público diverso, joven y que sepa valorar los temas con los que trabajan desde el principio hasta ahora. Para los mismos Cala Vento la manera de sentirse como en casa es ubicarse en los nuevos espacios y sentir el calor de quienes les esperan bajo el escenario, un calor como el del primer rayo de sol de la tarde en la cara, como el de el humo de la sopa en una fría tarde de otoño… el calor que entra y cabe en cualquier Casa Linda que se crea en conjunto con quien tararea los temas y con quien los crea… O dicho de otra manera, con quien habla y quien escucha.