VALENCIA. Corren ríos de tinta en la prensa especializada en motor sobre el duro ajuste -si no algo peor- que prepara Ford en Europa para atajar los malos resultados que registra en el viejo continente. Las noticias más preocupantes retumban en Alemania, donde la firma del óvalo tiene su cuartel general europeo. Allí el periodista del Frankfurter Rundschau Frank-Thomas Wenzel ha llegado a publicar que "ya se rumorea sobre un retiro completo de los estadounidenses de Europa", un catastrófico escenario que hace unos años habría sonado a broma pero que ahora, cuanto menos, mantiene en estado de alerta a todas las plantas de la firma al este del Atlántico, incluida la española Ford Almussafes.
¿Y qué ha ocurrido para que Ford contemple ajustes tan drásticos? El impacto más reciente fueron los resultados del primer semestre del año: pérdidas de 73 millones de dólares antes de impuestos, muy lejos de los 122 millones de dólares de beneficio del año anterior. Tales cifras responden a una fuerte caída en las ventas muchos de sus modelos y a la difícil situación del importante mercado de Reino Unido -zarandeado por las consecuencias del Brexit- un peor tipo de cambio y una caída del consumo.
Por lo que respecta a los modelos, basta con atender los datos del primer semestre de Ford Almussafes para entender lo que ocurre. Solo el Kuga, aupado por el éxito de los vehículos SUV en el mercado actual, incrementó su producción en la planta (paso de 100.900 unidades en el primer semestre de 2017 a las 109.500 de este año). Tal es la 'kugadependencia' de la factoría que el modelo ya representa el 51% de la producción.
El resto de vehículos fabricados en España van a la baja. La furgoneta Connect registró 56.800 en el primer semestre, por debajo de las 60.500 del mismo periodo del año anterior, y los tres modelos restantes sufren una acusada caída. Del Mondeo se produjeron 29.100 unidades frente a las 34.000 de los primeros seis meses de 2017; en el caso del S-Max fueron 9.600, lejos de las 17.200 de 2017; y del Galaxy se fabricaron 7.300, también por debajo de las 10.100 del año anterior. Y, más allá de los Pirineos, la suerte no es muy distinta para los otrora modelos estrella Focus y Fiesta.
Sobre el Mondeo ya ha trascendido que Ford dejará de producirlo en EEUU, circunstancia que mantiene en vilo a la planta valenciana por su posible desaparición también en Europa. Con este escenario de incertidumbre urge ser una de las factorías escogidas para cabalgar los nuevos desarrollos previstos por Ford, en concreto los modelos enchufables que prevé lanzar la compañía. La cartera de Ford contará a medio plazo con un total de 40 coches eléctricos, de los que 16 serán 100% eléctricos para 2022, según anunció recientemente la enseña.
A estos dos factores, la pérdida de atractivo de los actuales modelos de Ford y la difícil situación en Reino Unido, cabe añadir otros problemas coyunturales que afectan al conjunto del sector, tales como la caída en desgracia de los motores diesel por los estándares de emisión más duros -circunstancia que obliga a las marcas a virar en su estrategia-, o el tira y afloja arancelario entre la Unión Europea y EEUU, sobre el que el presidente americano Donald Trump ha llegado a amenazar con un impuesto del 25% a los vehículos fabricados en Europa que se exporten a Norteamérica.
A tanta inestabilidad en el mercado de la automocíon se suma -en el caso de Ford- que la compañía, al contrario que sus competidores, no ha sellado ninguna alianza entre marcas, de modo que deberá capear sola este temporal. Por el momento ya se ha producido el cierre de una planta de transmisión en Francia, y las factorías alemanas están poniendo sus barbas a remojar.
Como es lógico, las direcciones de las diferentes factorías trabajan en silencio para minimizar el impacto en sus plantas del ajuste que se vislumbra en el horizonte. Pero ya hay quien habla abiertamente de los peligros que se ciernen sobre Ford Europa. "Va a haber ajustes duros. Pronto se va a reestructurar el negocio en Europa", advierte el secretario general de UGT-Ford, Carlos Faubel.
El dirigente sindical explica que, "dadas las dimensiones, da la impresión de que afectará de alguna manera a todas las plantas de Europa", si bien añade que "hay factorías en las que los ajustes van a ser especialmente muy duros". "Lo que nos llega es que hay 10.000 millones para invertir en una gran reestructuración, y 10.000 millones dan para reestructurar muchísimo", advierte.
El representante sindical coincide en que los acontecimientos se desencadenarán en los próximos meses, coincidiendo con los movimientos del mercado hacia "el cambio brutal en las motorizaciones que se avecina", una revolución que Ford "afronta como la única marca que se ha quedado sola, sin aliarse con nadie". Por ello, según concluye, considera que fue un acierto negociar el acuerdo laboral para el plan de competitividad en Almussafes antes de que activara este temido proceso de ajuste.