VALÈNCIA. Comienza el año con una decepción, y es que en 2018 no habrá Juego de Tronos, ay, cuya temporada final se hará esperar hasta 2019. Pero entre las ya conocidas y las nuevas propuestas no habrá excusa para no engancharse a las series y procrastinar a conciencia gracias a, o mejor dicho, por culpa de, las ficciones televisivas. Aquí van algunas de ellas.
Todavía será 2017, pero dado que el estreno es el 29 de diciembre en Netflix se justifica plenamente que empecemos el recorrido por la cuarta temporada de Black Mirror, la extraordinaria serie de Charlie Brooker, una obra imprescindible para entender nuestro mundo. Y así, podremos empezar el año disfrutando de seis nuevas fábulas inquietantes y siniestras sobre un futuro cercano y demasiado plausible que nos va a dejar a todas pensando y va a dar lugar, seguro, a grandes debates entre sus espectadores.
Y el 3 de enero Mulder y Scully volverán a nuestras vidas. Si bien es cierto que su vuelta en 2017 no fue lo que esperábamos y su irregularidad nos dejó cierta frustración, siempre es un placer ver en acción a los míticos agentes del FBI en su lucha contra lo extraño y paranormal. Serán diez nuevos episodios que, como siempre, combinarán capítulos que siguen la trama que afecta a las vidas de los protagonistas con otros autoconclusivos y su correspondiente monstruo de la semana, que en la anterior temporada fueron los mejores, con su mezcla de horror y humor tan bien lograda.
A lo largo del año llegarán las segundas temporadas de algunas de las mejores series estrenadas en 2017. Volveremos a introducirnos en los vericuetos de las mentes criminales gracias a Mindhunter, la serie de David Fincher; pasearemos de nuevo por el Nueva York canalla de los años setenta y la industria del porno en The Deuce, de David Simon; visitaremos otra vez el peculiar parque de atracciones de Westworld, la fantasía futurista de Jonathan Nolan inspirada en la película del mismo título de 1973; y con The new Pope regresaremos al fascinante Vaticano creado por Paolo Sorrentino, aunque ya no veremos a Lenny Belardo, el Papa sexy encarnado por Jude Law.
También volverán El cuento de la criada (abril) y Big Little Lies dado su gran éxito y los muchísimos reconocimientos alcanzados. Pero lo cierto es que ambas ofrecen un alto grado de incertidumbre sobre si podrán mantener su indudable calidad, puesto que están basadas en sendas obras literarias que han sido adaptadas en su totalidad y, por lo tanto, han de partir de material original sin novelas previas. No son pocos quienes piensan que han tenido temporadas redondas y que, sobre todo en el caso de Big Little Lies, su acción está cerrada y una nueva temporada es una prolongación muy artificial del relato. ¿Queda algo de interés que contar? ¿no resultará muy forzado? La posibilidad de que sus continuaciones no estén a la altura es bastante elevada.
Otras vuelven, pero para finalizar su recorrido. El es caso de Love, la excelente y agridulce vuelta de tuerca a la comedia romántica producida por Judd Apatow, que nos ofrecerá su tercera y última temporada. También se despide Veep, la multipremiada sátira política protagonizada por Julia Louis Dreyfuss y su inolvidable Selina Meyer. Será su séptima temporada, y su adiós pillará a esta sitcom en plena forma y gozando del éxito, sin síntomas de decadencia.
Uno que vuelve es Allan Ball, ese hombre capaz de la excelencia (la nunca suficientemente alabada A dos metros bajo tierra) y la extravagancia más petarda (True Blood). Se trata de Here and now, que llegará a nuestras pantallas el 11 de febrero de la mano de HBO. Interpretada por dos grandes como Holly Hunter y Tim Robbins, narra las vivencias de una familia multirracial formada por una pareja, tres hijos adoptados de Somalia, Vietnam y Colombia y un hijo biológico y, francamente, esperamos que se parezca más a la serie protagonizada por los Fischer que a la de los vampiros hipervitaminados. A ver si hay suerte.
El 22 de enero se estrena El alienista, inspirada en las novelas de Caleb Carr y producida por Cary Fukunaga, el hombre tras la primera y recordada temporada de True Detective. Daniel Bruhl, Dakota Fanning y Luke Evans son los protagonistas de este thriller psicológico ambientado en Nueva York a finales del siglo XIX, que muestra los inicios de la ciencia criminológica y la implantación de la psiquiatría y la psicología forense, al tiempo que hace un retrato social de la época. Esperemos que consiga las dosis de entretenimiento que proporcionan los best sellers en que se basa.
Cary Fukunaga también ha producido una de las ficciones más esperadas del año, Maniac, basada en la serie noruega de 2014 del mismo título. Serán diez episodios de media hora protagonizados por Jonah Hill y Emma Stone, en los que veremos los mundos de fantasía que los pacientes de un psiquiátrico inventan para escapar de su realidad y verse convertidos en cualquier personaje. También Justin Theroux y Sally Field aparecen en la serie, que promete imaginación y humor negro.
2018 también nos traerá series de algunos de los grandes nombres del cine. Es el caso de los hermanos Coen, que con The Ballad of Buster Scruggs ofrecen la primera serie desarrollada por ellos. Se trata de un western que en cada capítulo contará una historia diferente. Por orden de los capítulos: un vaquero cantante (el que da título a la serie), un vagabundo que intenta hacerse rico, un actor de un espectáculo itinerante, un buscador de oro, lo que sucede en un tren del Oregon Trail y la aventura de cinco pasajeros en una diligencia. Por su parte, el director de Drive y The Neon Demon, Nicolas Winding Refn, es el creador de Too Old To Die Young, una producción de diez episodios que, según reza el comunicado oficial, sigue el viaje existencial de una serie de personajes que pasan de ser asesinos a convertirse en samuráis, en un mundo por que el pululan mafiosos rusos, yakuzas, sicarios de cárteles mexicanos y asesinos juveniles. Protagoniza Miles Teller.
Y poco se sabe de la incursión televisiva de uno de los grandes autores del cine actual, el griego Yorgos Lanthimos, más allá de que en 2018 llegará On Becoming a God in Central Florida, en la que Kirsten Dunst ejerce de protagonista y productora. La AMC la describe como una “historia oscuramente cómica sobre la búsqueda incesante del sueño americano por parte de una mujer a principios de los 90”. Parece material idóneo para los perversos mundos de Lanthimos. No hay fecha de estreno, pero no cabe duda que seguiremos con muchísimo interés cualquier cosa que haga el director de películas tan sorprendentes y fascinantes como Canino, Langosta o El sacrificio de un ciervo sagrado (aun en cartelera, no hay que perdérsela).
2018 ofrecerá más de lo aquí descrito, y seguro que descubriremos tanto perlas insospechadas como decepciones inesperadas. De todo ello hablaremos por aquí el próximo año. De momento, la semana que viene veremos que nos espera en el territorio de las series españolas.
A finales de los 90, una comedia británica servía de resumen del legado que había sido esa década. Adultos "infantiliados", artistas fracasados, carreras de humanidades que valen para acabar en restaurantes y, sobre todo, un problema extremo de vivienda. Spaced trataba sobre un grupo de jóvenes que compartían habitaciones en la vivienda de una divorciada alcohólica, introducía en cada capítulo un homenaje al cine de ciencia ficción, terror, fantasía y acción, y era un verdadero desparrame