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“Ninguna empresa que ignore el ciclo de vida de un producto, tiene sentido”

Algunas tendencias que marcarán los negocios en 2020

30/12/2019 - 

VALÈNCIA. Si hay alguna tendencia que se va a repetir en cualquier nuevo negocio, opere en la industria que sea, esa es la sostenibilidad. “No tiene sentido lanzar una empresa que no se plantee el ciclo de vida completo de un producto, desde que se concibe hasta que llega al consumidor final y, si es posible su reutilización”, declara Javier Menéndez, CEO de Encapsulae. Para ayudar a la comercialización de productos alimenticios, esta startup, con sede en Castellón y surgida en 2018 como una spin-off del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), desarrolla tecnología para envases inteligentes de alimentos. Ellos los llaman envases activos dado que incorporan aditivos que aceleran la degradación de polímeros. Gracias a ellos, los envases de plástico se convierten en material biodegradable en un plazo de entre 90 y 45 días, frente a los cientos de años que se requieren en la actualidad. 

“El plástico, por ahora, no va a desaparecer porque tiene propiedades únicas que lo hacen atractivo para la industria, pero no puede convertirse en un problema mayor. El reto está en convertirlo en un residuo útil”, sostiene Menéndez. Ejemplo de eficacia de esta startup es también el desarrollo de un aditivo específico que, en contacto con el envase de plástico, impide el crecimiento en la carne de las bacterias de listeria, causa de una importante crisis alimentaria el pasado verano en la zona de Andalucía que afectó a más de 300 personas ocasionando tres fallecimientos y siete abortos.

El mercado de las reparaciones

Siguiendo con la línea de alargar el ciclo de vida de los productos, hay quien augura oportunidades a futuro en el mercado de las reparaciones. “Lo que no puede ser en el mundo en el que ya nos movemos es que resulte más rentable comprar un artículo nuevo que reparar el que ya tenemos”, declaraba Jorge Barrero, director general de COTEC, en la última cumbre del clima celebrada en Madrid.

De forma parecida piensa Javier Reyero, fundador de BiciConAlas, un taller de reparación de bicicletas con servicio a domicilio. En opinión de Reyero, “la venta de bicicletas es una patata caliente” en el sentido de que el negocio se orienta más a la venta que a la conservación y reparación. “La mayoría de las veces la gente no busca comprarse una bicicleta nueva porque no la necesitan, prefieren salvar y seguir funcionando con la que ya tienen. El problema es que suelen ser las mismas marcas que las venden las que se encargan de restaurarlas en caso de avería y ya podemos imaginar la recomendación habitual a los clientes”.

También en Tabili han encontrado su oportunidad de negocio en el sector de las reparaciones, en este caso en la industria de la telefonía móvil, una de las que más residuos genera en la actualidad. El crecimiento exponencial de los precios de estos dispositivos ha disparado también el negocio de las reparaciones que, solo en España, mueve ya más de 700 millones de euros. 

La economía circular no ha muerto

Alineado a la sostenibilidad se extiende también entre los más jóvenes una corriente que les aleja del hiperconsumo. Igual no se trata tanto de ahorrar como de fomentar un consumo más responsable y lo que denominan ético, es decir, comprometidos no solo con las sociedad, sino también con el medio ambiente y los animales. Este último un valor al alza en detrimento de una  sociedad antropocéntrica.

La asesora internacional en tendencias de futuro Anne Lise Kjaer asegura que cualquier modelo de empresa que se base solo en el consumo parece llamado a desaparecer. Kjaer habla de ‘las 4 pes’ de los modelos empresariales con mayor proyección donde las Personas, el Planeta, el Placer y, finalmente, el Provecho o beneficio personal, representan los principios fundamentales. Las 4 p’s que apunta Kjaer podrían condensarse en otra gran P, con mayúsculas, correspondiente al propósito a la hora de emprender. Ya no se trata solo de buscar la rentabilidad de la empresa, que también, sino de procurar un cambio de paradigma creando algo que cambie el mundo para mejor.

El equipo de Encapsulae

Entre los vaticinios de Kjaer de cara a 2020 se encuentra el auge de los negocios relacionados con la economía circular orientada a procurar una segunda vida a los residuos. Casos de éxito en España de empresas que se decantan por esta tendencia ya los hay, algunos de la talla de Ecoalf, una marca de moda con materiales reciclados o 

Wool4build, un aislante natural de lana de oveja para construcciones sostenibles. Ya en el sector primario, uno de los más contaminantes del planeta, surgen iniciativas tan originales como las de Husk Ventures, que aprovecha los residuos que genera la cáscara de arroz para transformarlo en biocarbón, un sustrato ecológico que, además de aumentar la fertilidad del suelo, captura el carbono en un sistema de economía circular rural.

Pero se equivoca aquel que quiera desligar la sostenibilidad del uso de las tecnologías. Muchas de las soluciones que se apuntan en este ámbito no hubiesen visto la luz hace apenas unos años. Sensores de IoT para recopilar datos y monitorizar procesos, big data para explotar esos datos y tomar decisiones basadas en evidencias, la capacidad predictiva de Inteligencia artificial y el blockchain para apartar transparencia a los mercados son algunas de las tecnologías de estas soluciones inteligentes que están definiendo el futuro. Se trata, en definitiva, de “aportar soluciones nuevas a problemas ya antiguos”, en palabras de Javier Menéndez.

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