La publicación de 'La dama blanca' coincide con el 50 aniversario de la muerte de J.R.R Tolkien

Alicia García-Herrera: "Las heroínas de Tolkien son mujeres con poder, no hay una feminidad negativa en su obra"

4/10/2023 - 

VALÈNCIA. Frente del Somme, octubre de 1916. Tras el ataque a la trinchera Regina el oficial de señales J. R. R. Tolkien enferma de fiebre de las trincheras y es evacuado al hospital número uno de la Cruz Roja, ubicado en el Casino de Le Touquet-Paris-Plage. Allí es atendido por la enfermera voluntaria Gala Eliard, una fascinante aristócrata que huye de un pasado tormentoso y a la que impulsa la necesidad de salvar la vida de, al menos, un solo hombre. El breve encuentro entre ambos, que tiene lugar durante tan solo ocho días, cambiará para siempre el mundo creativo del escritor y encenderá la chispa que inspirará la creación de uno de sus personajes más poderosos, la elfa Galadriel, y del que será uno de los mayores fenómenos literarios del siglo XX: El señor de los anillos

Esa es la reseña de La dama blanca (Plaza & Janés, 2023), una novela en la que Alicia García-Herrera aprovecha un episodio de la vida de Tolkien y la laguna que hay en torno a él “para crear una historia, que en esencia es una historia de amor, que yo creo que es interesante en sí misma con independencia de que hayas leído a Tolkien o no”. Así, juega en dos tiempos, la parte histórica con el trasfondo de la I Guerra Mundial, donde los protagonistas son Tolkien y Gala Eliard, y la parte actual, que toma la forma de un thriller de investigación, donde una académica trata de conocer más datos sobre esa historia. 

Así, Alicia García-Herrera nos muestra a un joven Tolkien, “que no está entusiasmado con la guerra y tiene que ir al frente y se encuentra con lo que el calificaba como el ’horror animal de las trincheras’ ” en un punto de inflexión de su vida y su obra con su primera novela. Doctora por la Universitat de València y máster, se ha dedicado habitualmente al ámbito de la investigación en ciencias sociales y humanas. Colaboradora de distintos medios de comunicación y conferenciante, en 2017 fue la ganadora del primer premio de narrativa de la Dirección General de lInstitut Valencià per les Dones i de la Igualtat de Gènere, con la obra Calle Progreso 36, se vende. Es autora de dos ensayos jurídicos y de la obra divulgativa Eso no estaba en mi libro de mitología griega (Almuzara, 2021). 


- ¿Cómo surge la idea de escribir esta novela?

- La idea surgió en un taller literario. En ese taller tenía que hacer un ejercicio que era tomar un personaje histórico masculino para ponerme en su piel y el primero que se me ocurrió fue Tolkien. Había escrito alguna novela (sin publicarlas), me siento más cómoda con los ensayos, porque la novela es otro registro, completamente diferente, pero en este caso se dio la cuadratura del círculo: mi bagaje cultural, el haber leído a Tolkien desde adolescente o haber viajado a sitios donde me he vuelto a tropezar con él como Oxford, los escenarios de la I Guerra Mundial en Francia… En ese taller todo se puso en su sitio y decidí lanzarme.

Además, a veces, suceden esas circunstancias que te dicen que estás en el buen camino, porque daba la casualidad de que justo ese día de octubre fue el mismo día que Tolkien cayó enfermo de fiebre de las trincheras. Ese episodio lo desconocía, yo había estudiado la obra de Tolkien, pero su de su biografía solo conocía los puntos básicos. Empecé a tirar del hilo a ver dónde me conducía y aquí estamos.

- Precisamente la publicación de La dama blanca coincide con el 50 aniversario de la muerte de J.R.R Tolkien, ¿ha sido casualidad?

- Ha sido otra vez una casualidad. Lo que más me gusta de este trabajo con Tolkien es que todo obedece a circunstancias del destino, y eso que en los últimos tiempos he creído menos en el fatum que en el libre albedrío. Justo la fecha de salida es otra casualidad más de esta relación con Tolkien: fue el día de santa Regina, el 7 de septiembre y en la novela aparece una trinchera, la trinchera Regina, en torno a la cual gira la historia que empieza ese 16 de octubre.

- ¿Cómo está siendo acogida de La dama blanca?

- Todavía es demasiado pronto para una valoración, pero por lo que me cuentan los libreros está funcionando razonablemente bien. Tengo muchas esperanzas en que pronto consigamos una segunda edición. 

- No es tu primera obra sobre Tolkien, ¿qué te atrae del escritor?

- Yo, con el mundo de Tolkien y El señor de los anillos, y con los elfos en particular siempre he tenido una relación muy estrecha. Con 14 años me encantaba la literatura y había leído ya muchos libros. Hubo una época en la que estuve enferma y tuve que estar convaleciente durante un tiempo Lo que mejor me podían regalar eran libros para acompañarme en ese proceso. Y mi madre me trajo un día El señor de los anillos. Empecé a leer, me enganchó y prácticamente desde entonces no he abandonado a Tolkien. Y hace unos años, cuando empecé a explorar los cuentos de hadas otra vez me vuelvo a encontrar con el autor. Y ahora otra vez. Así que decidí aceptar el reto y ver hasta dónde me lleva Tolkien, qué era lo que quería de mí. 

Hay varios aspectos que me atraen de su obra. Por un lado las heroínas, mujeres con mucho poder y grandes dones, además de sus cualidades morales, como su resiliencia o coraje. Si exceptúas el caso de la araña Ungoliant y otros personajes animalescos que derivan de ella, no hay una feminidad negativa en Tolkien. Pero esas heroínas como Galadriel, Lúthien, Arwen o Éowyn, y ese es otro de los aspectos que me atraen de sus obras, renuncian a su poder para hacer prevalecer el bien común o el amor, porque en la obra de Tolkien ese tema, la renuncia al egoísmo o a la ambición personal siempre está presente, como también la lucha entre el bien y el mal.

- Hablando de las heroínas de Tolkien, creo que estás trabajando en un ensayo sobre la feminidad en su obra. 

- Sí. Este ensayo consta de tres partes, una es las mujeres de su biografía, una segunda parte que tiene que ver con la época en la que vive y las fuentes de influencia estética y cultural, y la tercera son los personajes. El ensayo y la novela corrieron a la par, no es que escribiese primero uno y después el otro, realmente me estaba documentando y me fijé en aquellos aspectos que me resultaron más interesantes. Y cuando terminé la novela, en el proceso de búsqueda de editor y demás, fue cuando me puse a escribir el ensayo, aún inédito. No obstante, estoy importando charlas a la par que hago la promoción del libro y funcionan realmente bien. 

- Aunque La dama blanca sea tu primera novela, no es lo primero que escribes, ¿con qué te sientes más cómoda?

- Tengo que reconocer que con ningún género en particular, porque para mí escribir supone una dedicación muy intensa, un desgaste y un coste inmensos porque tengo que reducir otras parcelas de mi vida que son necesarias o placenteras, como la familia, los amigos o el ocio (y me encanta el deporte, por ejemplo, tanto como viajar o salir al mar). Pero cuando estoy en un proyecto mi vida se queda en suspenso hasta que no culmina. 

Como te decía, reconozco que me cuesta menos escribir ensayos que novela, quizás por eso siempre he publicado ensayos, pero he de reconocer que la inclinación hacia la escritura viene desde siempre, no me recuerdo de otra manera que no sea inventando historias y trasladándolas al papel. Forma parte de mi identidad.