VALÈNCIA. La Universitat Politècnica de València (UPV) celebró este viernes la primera edición del Congreso de Generación Espontánea, donde su alumnado expuso frente a los asistentes el futuro próximo de la ingeniería valenciana y cómo esta se adaptará para ubicarse en áreas que van desde la automoción al deporte, pasando por la biomedicina. Bautizado como "Convergencias", el evento sumó a sus filas a clásicos archiconocidos como el famoso Hyperloop UPV y contó, además, con otros desarrollos que exprimen al máximo las capacidades de sus integrantes. Junto a todos ellos estuvieron autoridades tanto universitarias como políticas, que no quisieron faltar al despliegue de "iniciativa, liderazgo y talento".
Estos tres términos fueron los elegidos por Empar Martínez, recientemente nombrada secretaria autonómica de Economía, para elogiar a los estudiantes. En su discurso de la ceremonia de apertura los definió como un elemento clave en el panorama emprendedor valenciano, caracterizado, en base a sus palabras, por evitar "pelotazos" y favorecer la "resiliencia y los proyectos a medio término". Una "cultura del emprendimiento" en la que "la UPV tiene un poco de culpa" desde que iniciase hace nueve años esta plataforma para hacer realidad los diferentes proyectos profesionales del estudiantado.
Con una sonrisa respondieron José Capilla, rector, y Rafael Haya, representante de la delegación de alumnos, a los comentarios de la política. El primero recalcó la dificultad vivida casi una década atrás por el anterior equipo de gobierno a la hora de implementar Generación Espontánea en la universidad. No obstante, acentúo la buena receptividad que tiene la institución con este tipo de proyectos que suponen un "pilar fundamental" para los alumnos. "Más que exámenes" es lo que vienen a hacer todos ellos a la UPV, tal y como señaló Haya de una iniciativa que, como se vería más adelante, "va mucho más allá de Azalea o Hyperloop", principales espadas del emprendimiento universitario.
A lo largo de la explanada que precede al edificio Nexus, cuyo salón de actos albergó las ponencias, se sucedían los diferentes stands donde los visitantes podían deleitarse con un pequeño aperitivo visual previo a las explicaciones. Drones, coches de fórmula 1, aeronaves, simuladores... Todo el área contigua al recinto principal ya era un atractivo en sí para los interesados que iban pasándose a lo largo de la jornada, desde bien pronto, sobre las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde.
Entre las pausas para el café, para comer y para estirar las piernas fue cuando, más allá de las exposiciones de los futuros ingenieros, se realizaron actuaciones de índole artística como la de Vitus Dance, colectivo de Generación Espontánea que cada semana ofrece clases de un tipo de baile nuevo para dominar sus secretos, o la proyección del metraje Queda entre nosotros, fruto del trabajo de Toma 1 y Club de Animación, dos entes vinculados también a este entramado estudiantil con una especial debilidad por el audiovisual.
Además, el Biblioclub estuvo presente para recitar El último poema, dejando claro que Generación Espontánea es un combinado transversal alejado de la idea de que la UPV es sólo ciencia, números, circuitos y prototipos. Entre aplausos, aquellas actuaciones oxigenaron los espacios entre tanda y tanda de ponencias, grupales o individuales, que los portavoces de los 30 equipos allí reunidos se encargaron de capitanear.
Ignacio Ballester fue el representante de Daidalonic UPV, un colectivo de más de 20 alumnos de áreas del saber bastante diversas pero con un tablero de juego común para el desempeño del proyecto que venían a presentar: la biomedicina. Gracias al trabajo colectivo, pudieron introducir a los asistentes a la que pretenden sea su obra magna, una prótesis de brazo bioeléctrica pensada para niños.
La peculiaridad que diferencia al trabajo de este grupo respecto al de otros tipos de prótesis reside en la naturaleza de los pacientes objetivo. Los niños crecen, por lo que deben ofrecerles un brazo artificial que se adapte a su cambiante morfología, y con ello en mente trabajan en Daidalonic UPV. Gracias a al estudio del bíceps o tríceps del infante afectado, pueden dar con la forma idónea de fabricarle la prótesis favoreciendo una más rápida recuperación del movimiento.
Fueron uno de los tres finalistas de la última edición de la 5U CV START UPV, que reunió a un total de 100 candidaturas. No obstante, y más allá del reconocimiento en certámenes del estilo, Ballester hizo hincapié en que, aparte de del impacto económico o medioambiental que pretenden con la idea, pesa notablemente el impacto ético. Como él mismo afirmó, son ingenieros y "debemos mejorar la calidad de vida de las personas".
Los más madrugadores pudieron conocer el nombre de Eco-Marathon de la mano de uno de los alumnos que lo hace posible, Jordi Soler. Junto a él, otros dos compañeros subieron al escenario para compartir el que es una de las piedras angulares de los proyectos de Generación Espontánea nacidos en el campus de Alcoi: la creación de vehículos, "los más eficientes del mundo", funcionales mediante un motor de combustión interna que requiere de etanol, combustible obtenido de la fermentación del azúcar que se erige como una posible alternativa a los derivados del petróleo.
Los años les han hecho perfeccionar la técnica y los cambios de materiales marcan el avance de estos alumnos en pos de seguir mejorando un prototipo que puede llegar a hacer más de 2.000 kilómetros gastando únicamente un litro de carburante. Antes, usaban cascos de fibra de vidrio para los pilotos, ahora, usan uno de fibra de carbono; ahora, el propio Soler admitió haber aprendido mucho, antes, "no sabía ni lo que era una llave de bujías, algo básico".
El sueño que movió en un primer momento a quienes crearon este operativo fue "ser capaces de aplicar sistemas de ingeniería" a un prototipo. Y vaya que si lo consiguieron. Eco-Marathon es un clásico de los torneos organizados por la petrolera Shell, los Shell-Eco Marathon, en cuya última edición, Turquía 2018, consiguieron el oro. Tras el parón repentino fruto de la covid, las aspiraciones del equipo ubicado en la ciudad alicantina están bien definidas: obtener una "mejor meta" para el campeonato de este año en Francia, Nogaro 2022.
Generación Espontánea es sinónimo de innovación y de talento joven, como remarcó Empar Martínez, y si algo es sinónimo también de este fenómeno es Hyperloop UPV. La aventura en la que se embarcaron hace siete años y que pretende hacer realidad un nuevo medio de transporte sigue agrandando su leyenda. El mecanismo, consistente en una cámara que se mueve a través de un tubo de vacío, sin fricción y sólo con un impulso inicial, llega a alcanzar los 1.000 kilómetros por hora.
Lo que comenzó con una participación en 2015 en un concurso de SpaceX - empresa de Elon Musk - y con su primer prototipo de vehículo, Atlantic, ha terminado por convertirse recientemente en uno de los referentes de esta futurística tecnología. Junto a las universidades de Edimburgo, Zúrich y Delph han creado la European Hyperloop Week, encuentro en el que compiten por ver quienes han avanzado más en la labor. La primera edición fue en València, lo que la convirtió en un "foco de innovación y emprendimiento", y sus miras ya están puestas en la ciudad holandesa, a donde acudirán "para ganar".
No obstante, el portavoz, José Luís Lores, indicó que con el pasar del tiempo muchos proyectos de Hyperloop se enfocaron en aumentar más y más la velocidad del dispositivo sin tener en cuenta la escalabilidad. Por ello, esta magnitud es uno de los ejes alrededor de los cuales gira la iniciativa universitaria valenciana con el que es uno de sus dispositivos más recientes: Ignis.
Navy Whale - ballena azul marino en inglés - es el nombre propio elegido por aquellos que aspiran a tocar el cielo con sus manos, el equipo Aerodesign UPV, introducido en el congreso por una de sus componentes, Mercedes Boyero. Es un grupo reciente, vio la luz en el verano de 2021, aunque ya les ha dado tiempo a "reclutar el mejor talento" de la UPV para poder hacer realidad esa ballena que navegue entre las nubes.
Su ambicioso reto no es otro que SAE Aero Design, una serie de eventos competitivos de ingeniería mecánica destinada a la aviación. El camino se está realizando paso a paso: en enero construyeron el primer prototipo, en febrero realizaron las primeras pruebas de vuelo, y en marzo se pusieron manos a la obra con el informe técnico.
Las conclusiones y nuevas metas están claras. El equipo de aeronáutica quiere minimizar la potencia eléctrica de sus creaciones y adelantó el viernes un proyecto de aeronave ideada para el control medioambiental y el combate de incendios. Consistente en una nave principal que libera una más pequeña y autodirigida con soporte electrónico, el equipamiento estaría listo para estudiar el escenario donde se libere para recolectar modelos medioambientales que ayuden en un futuro a preservar posibles zonas amenazadas.