VALÈNCIA. Una veintena de alumnos de primer curso de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València (UPV), dirigidos por José Galindo, ha realizado medio centenar de piezas inspirándose en la obra de Sorolla que ahora forman parte de la exposición Sorolla poliédrico, que acoge La Rambleta a partir del 2 de noviembre.
Una muestra organizada y comisariada por MAKMA, revista de artes visuales y cultura contemporánea, producida por La Rambleta y que cuenta con la colaboración del Vicerrectorado de Arte, Ciencia, Tecnología y Sociedad de la UPV.
Se trata de medio centenar de obras que, a su vez, formará parte de un monográfico en papel dedicado al pintor valenciano, con motivo del centenario de su muerte en el marco del Año Sorolla, editado por MAKMA y cuya portada e identidad gráfica de la exposición ha sido creada por la artista y diseñadora Marta Negre.
“Sorolla pintaba con puñados de pinceles, uno para cada color, con rapidez, con prisa. No tiene diez dedos, tiene veinte”, destaca José Galindo, decano de la Facultad y profesor al frente del aula donde se desarrolló el proyecto. Esa gestualidad directa y esa velocidad de ejecución son algunas de las características que atraviesan el conjunto expositivo integrado por 21 cuadros de mediano y gran formato, junto a otras 35 piezas pequeñas a modo de bocetos preparatorios, sin duda reveladores del reto que asumieron los estudiantes.
La casual coincidencia en 2023 de los 100 años de la muerte de Joaquín Sorolla (1863-1923) y los 50 de la de Pablo Picasso (1881-1973) vuelve a poner sobre la mesa preguntas relativas a la manera hay que enfrentarse a los artistas del pasado. “Sorolla pinta a Velázquez, pero, más bien, parece que mejore a Velázquez”, resalta Galindo, para quien el pintor valenciano era “exquisito con la paleta de colores y juega muy bien con los grises quebrados, por eso brillan tanto los colores de sus cuadros y es tan intenso”.
Salvadas las lógicas distancias entre el genio levantino y quienes inician sus estudios de pintura en la Facultad de Bellas Artes de la UPV, la muestra de La Rambleta pretende ser el reflejo de la visión que los jóvenes estudiantes ofrecen del considerado pintor de la luz levantina focalizada en el Mediterráneo. De hecho, la playa de la Malvarrosa, a unas pocas paradas de tranvía desde la Facultad, fue uno de los escenarios que el alumnado pintó poniéndose en los zapatos de Sorolla.
Uno de los alumnos, Marcos Granero, asegura que le “turboflipan” el uso de la luz y los contrastes de Sorolla, así como su ferocidad con el empaste y la rapidez con la que pinta. Su compañera, Lucía Bachiller Moreno, coincide con él: “Lo que más me impresiona y admiro de Sorolla es la gestualidad tan directa y la velocidad de ejecución”.
En este sentido, Galindo recuerda una significativa apreciación que le contó en su día el artista Rafael Carralero: “Me explicaba que no es que las pinturas de Sorolla se parezcan al cielo de Valencia, sino que el propio cielo de Valencia es el que se inspira en la pintura de Sorolla. Dicho de otra manera: cuando alguien viene a Valencia, busca esos cielos y esa luz que los valencianos reconocen como auténtica, como real y como propia, aunque, ciertamente, se trate de un constructo”.
“Sabia, sencilla y clara” es como describe la pincelada del pintor Eleonora Teodora Simión (Teo), mientras sus compañeras Paula Alcayde y Meritxel García destacan “la manera en que plasma los colores y muestra su vitalidad”. María del Carmen Rubio aplaude, por su parte, “el reto de actualizar pinturas con más de un siglo de historia”. Marta Andrés Soto concluye: “Ahora, hasta me quedo con ganas de pintar más sorollas”.
Las obras seleccionadas para la exposición de La Rambleta están firmadas por Aitana Rodríguez, Alejandra Ruiz, Alicia Murgui, Blanca Guarner, Elena Castellano, Elvira Cremades, Iona Carmen Peteu, L. Romero Contell, Laia Banyuls, Lluna Masip, Lucía Bachiller, Lucas Ferre, Marcos Granero, María del Carmen Rubio, Marta Andrés Soto, Meritxel García, Nuria Molina, Paula Alcayde, Sara Estopiña y Elena Teodora Simión.