MADRID. Ayer se cumplieron seis años desde que el índice de referencia del crudo estadounidense, el WTI, estuviera en más de 100 dólares por barril. Seis años antes, el WTI tocó techo hace 12 años el 3 de julio de 2008, cuando el precio al contado superó los 145 dólares por barril. Actualmente, el precio del WTI está apenas por encima de 40 dólares. ¿Qué factores tienen tan deprimidos los precios del petróleo?
Cuando los precios del petróleo son bajos, a menudo hablamos de una superabundancia de la materia prima, lo que significa que se está produciendo más de lo que consume. En otras palabras, la oferta supera a la demanda, por lo que los precios bajan. El petróleo se acumula en almacenamiento, y los productores tienen que pedir menos a cambio de su producto. Pero en realidad no es tan simple.
1) Algunos consumidores también están almacenando
La curva de la oferta y la demanda no se correlaciona directamente con los precios del petróleo, porque a veces las cifras de demanda son más elevadas que la cantidad real de petróleo que se utiliza. Estas cifras pueden ser elevadas porque incluyen comprar petróleo para almacenarlo. Por ejemplo, China es el importador de petróleo más prolífico del mundo en este momento. Si bien su economía utiliza mucho petróleo, también a menudo almacena grandes cantidades de petróleo tanto a través de su Gobierno comunista como a través de las empresas, que en última instancia debe obedecer al Gobierno. Dado que una cantidad significativa del petróleo que China podría importar en un mes determinado es para reserva (almacenamiento), no aceptará pagar tanto como si necesitara desesperadamente ese petróleo para sobrevivir. Del mismo modo, si China puede conseguir un precio más bajo, es probable que acceda a comprar más para sus reservas.
2) Pico de petróleo vs. pico de demanda
Parte de la razón por la que el precio del petróleo subió tanto en 2008 fue una teoría sobre el pico del petróleo que se hizo popular en ese momento. Esta teoría, popularizada por Matthew Simmons en su libro de 2006 Crepúsculo en el desierto, decía que había mucho menos petróleo disponible bajo tierra de lo que se pensaba. En particular, Simmons argumentaba que las reservas de petróleo de Arabia Saudí eran más pequeñas de lo que se afirmaba. Cuando un producto vital escasea, se vuelve caro, por lo que el precio del petróleo subió. Resultó que Simmons estaba equivocado. Hoy en día, el pico de petróleo no es popular, pero el pico de demanda sí. El pronóstico más frecuente a largo plazo para el mercado del petróleo afirma que habrá una demanda mucho menor de petróleo en las próximas décadas, basándonos en las predicciones sobre la evolución futura del sector. Hay quien cree que los vehículos eléctricos serán la forma predominante de automóviles y camiones en 2040 o 2050, que las energías renovables y las plantas nucleares harán que la generación de energía de petróleo y gas quede obsoleta y que los plásticos y fertilizantes se fabricarán con menos petróleo debido al reciclaje y a los nuevos avances. Si bien no sabemos si estas teorías se materializarán, sí que lastran los precios del petróleo.
3) Los temores de recesión lastran los precios
A principios del verano de 2008, cuando el petróleo WTI estaba en su apogeo, había una recesión a la vuelta de la esquina, pero pocos lo vieron venir. El precio del petróleo era alto en gran parte debido a la promesa del futuro. Sólo dos meses después, la economía mundial comenzó a colapsar. Pero el 3 de julio, cuando el crudo estaba en su punto más alto, nadie sabía lo que se avecinaba. La industria petrolera, los grandes consumidores de petróleo (como las refinerías) y los traders estaban completamente cegados. En 2018 y 2019, las previsiones económicas estaban plagadas de predicciones de que se avecinaba una recesión, y estas advertencias se basaban generalmente en el miedo a una guerra comercial mundial o curvas de rendimiento invertidas. De hecho, ha sido una pandemia mundial y la reacción a la crisis sanitaria lo que finalmente ha provocado una recesión económica precisamente cuando nadie lo preveía.
4) La OPEP no es el estabilizador de mercado que fue en su día
En julio de 2014, el precio del WTI todavía era de más de 100 dólares, porque nadie creía realmente que habría una superabundancia de producción del petróleo producido. A pesar de que el entonces ministro de petróleo de Arabia Saudí, Ali al-Naimi, indicó apenas unas semanas antes que estaba dispuesto a permitir una superproducción de petróleo por parte de la OPEP, todavía existía la creencia de que un colapso de los precios no podía ocurrir. Menos de seis meses después, el WTI había perdido más de la mitad de su valor. Desde 2016, la OPEP y su grupo auxiliar, la OPEP+, han intentado impulsar los precios del petróleo varias veces, pero sus esfuerzos han demostrado no ser más que mínimamente efectivos. Incluso antes del brote de coronavirus, los precios del petróleo en tres dígitos parecían estar a años luz a pesar de los esfuerzos de la OPEP+.
5) Las cifras de producción reales son complicadas
El mayor cambio en la producción de petróleo de los últimos años ha sido el auge de la producción de petróleo de esquisto estadounidense. En este momento, Estados Unidos está produciendo alrededor de 11 millones de barriles al día, y esa cifra se situaba en 13,1 millones de barriles al día antes de que el brote de coronavirus golpeara la economía. Compárese eso con los 8,7 millones de barriles al día que Estados Unidos produjo (de media) en 2014 o los 5 millones de barriles al día, (de media) de 2008. Al mismo tiempo, la producción venezolana ha disminuido drásticamente, en gran parte porque no puede permitirse producir su propio petróleo. La producción se ha reducido a 280.000 barriles al día frente a la media de 2,3 millones de barriles al día de 2014 y de 2,34 millones de barriles al día de 2008. Irán no está produciendo mucho, ya que se enfrenta a sanciones. Sus cifras en la actualidad son de 2 millones de barriles al día frente a los 2,76 millones de barriles al día de 2014, y los 3,88 millones de barriles al día de 2008. En general, el mundo produce más petróleo hoy día gracias a los nuevos pozos que se han puesto en funcionamiento junto con las nuevas tecnologías y eficiencias. Un temor que no existe en este momento es la escasez de petróleo. Más bien, a aquéllos que compran y venden petróleo les preocupa la falta de demanda, y eso lleva siendo así desde el segundo semestre de 2014. Es por eso que los precios no han vuelto a situarse en tres dígitos en seis años. Pero la mejor lección de los últimos 12 años es ésta: no podemos predecir el futuro.
Ellen R. Wald es analista de Investing.com