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catedrático de economía financiera y actuarial de la uV

Ángel Pardo: «València lidera un proyecto ilusionante, el Entorno Pre-Mercado»

Asiduo al Camino de Santiago, este catedrático vive como académico en el mundo de las grandes finanzas, pero sin perder de vista la calle y los pequeños ahorradores

| 11/07/2018 | 5 min, 4 seg

VALÈNCIA.-Ángel Pardo Tornero (València, 1968) no tuvo claro qué estudiar tras acabar COU y dudaba entre Historia y Economía, pero finalmente se decantó por esta última dentro de la rama de Empresa porque le pareció «la especialidad más versátil al ofrecer múltiples salidas al mundo laboral». Y a fe que no le fue nada mal porque en 2007 se convirtió en catedrático de Economía Financiera y Actuarial en la Facultad de Economía de la Universitat de València.

«Mis áreas de investigación son el diseño de contratos de futuros y opciones, la microestructura de los mercados financieros y de los mercados de derivados sobre mercaderías», apunta este apasionado del Camino de Santiago. Lo hizo por primera vez en 2012 y todos los años intenta escaparse para hacer algunas etapas porque tiene claro que «el Camino engancha», tal y como reconoce a Plaza.

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Pardo ha trabajado asesorando a diferentes mercados financieros, ha publicado cerca de medio centenar de artículos en revistas especializadas en finanzas y fue director académico de la Cátedra Finanzas Internacionales-Banco Santander de la Universitat de València desde su creación y hasta el curso 2013-2014. Todo ello jalonado con reconocimientos, destacando el premio al mejor trabajo financiero en 2004 otorgado por la Federation of European Securities Exchanges.

Aficionado también a la lectura y a los buenos paseos —como válvulas de escape de su ajetreado día a día— coordina el programa de doctorado en Finanzas y Economía Cuantitativas desde 2013. Cuatro años después fue nombrado consejero de la Bolsa de Valencia de la que no duda en afirmar que en estos momentos «lidera uno de los proyectos de Bolsas y Mercados Españoles (BME) más ilusionantes, como el Entorno PreMercado, que está aprovechando la explosión de compañías emergentes que se está viviendo en algunas comunidades como la Comunitat Valenciana».

Y no le falta razón al referirse a este ambicioso proyecto al que se han adherido ya una decena de compañías y cuyo objetivo no es otro que «familiarizar a las empresas participantes con el nivel de competencias que la normativa les exigiría en el caso de financiarse a través de los mercados de capitales». Palabra de este catedrático que recuerda cómo un antiguo profesor suyo, Manolo Sánchez, le encarriló su vida laboral por la docencia. «No solo nos habló de la docencia sino también de la investigación, artículos, congresos... Me cautivó lo que me contaba y si ahora estoy en la universidad es en gran parte por él», reconoce al igual que nunca se hubiera imaginado acabar siendo catedrático. 

La crisis originada a finales de la década pasada obligó a no pocos cerebros españoles a buscarse trabajo fuera de aquí, lo que causó en Pardo «preocupación y tristeza». A su juicio, hay áreas científicas donde la ‘fuga de cerebros’ «fue dramática y provocó un desmantelamiento total de los equipos de trabajo que habían tardado muchos años en consolidarse». Las ayudas resultan indispensables para evitar casos así y repatriar a los cerebros que se fueron de España pero «las solicitudes están muy por encima de las ayudas concedidas. Está claro que el talento quiere volver a casa y esto se puede conseguir incrementando las ayudas públicas y privadas y mediante la creación de empleos públicos, algo que China ya hizo el año pasado, aprovechando su crecimiento económico».

La MiFID II servirá «para incrementar la transparencia y mejorar el asesoramiento en la comercialización de productos financieros», según Pardo

Desde su atalaya docente reconoce que la enseñanza ha mejorado mucho desde que impartiera su primera clase ante «un grupo de 180 personas, con alumnos sentados en los alféizares de las ventanas. Hoy en día los grupos se han reducido a 60 ó 70 alumnos y este aspecto ha mejorado notablemente la relación con los estudiantes. Los profesores estamos haciendo un gran esfuerzo para evitar la posible pasividad del alumnado y yo, por ejemplo, en mis asignaturas centradas en la valoración y negociación de los activos de renta fija procuro poner ejemplos diarios sacados de la prensa o estudiar pantallas de cotización reales para captar tanto la atención como el interés del alumnado».

 La industria cinematográfica ha encontrado un nicho en las películas sobre los mercados financieros con títulos como Wall Street (I y II), Entre pillos anda el juego, Too big to fail, Insider job o El lobo de Wall Street. A juicio de Pardo constituyen «una buena filmografía básica para acercarse a los mercados financieros, ya sea desde la comedia o el drama». 

De drama saben —y mucho— miles de ahorradores tras sufrir en sus bolsillos casos como los pagarés de empresa de Nueva Rumasa, las preferentes, las subordinadas y/o las cláusulas suelo. Todo ello derivó en un aumento de la cultura financiera según Pardo, provocando «que la gente comenzara a cuestionarse el riesgo de las inversiones que realiza».

No obstante, advierte de que todavía queda mucho camino por recorrer y que «el inversor no profesional está lejos de entender qué es un tipo de interés negativo, qué hay detrás de un producto estructurado o qué es un CFD o contrato por diferencia». Y para ello, recuerda la importancia que tiene la directiva europea MiFID II implantada este año «para incrementar la transparencia y mejorar el asesoramiento en la comercialización de productos financieros».  

* Este artículo se publicó originalmente en el número 48 de la revista Plaza

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