MADRID. Ángel Segarra, segunda generación de la familia fundadora de Sprinter y CEO de la enseña alicantina de productos deportivos, es el hombre que dirige el día a día de la mayor empresa de la ciudad de Alicante y una de las mayores de la provincia por volumen de negocio y empleo. Con su casa y sus raíces en Elche, se pasa el tiempo viajando, más desde que Sprinter ha comenzado a abrir tiendas en Países Bajos, y este viernes era una de las personas más felices en la inauguración de la nueva megatienda de la marca en Alcorcón, que marca un hito y señala el camino para los próximos años de la cadena líder en retail deportivo multimarca. Y lo celebró poniendo a una decena de directivos y otros tantos periodistas a hacer sentadillas antes de la inauguración porque "el deporte es felicidad".
-Sprinter cierra sus ejercicios fiscales en enero, de manera que hace poco que han dado por finalizado el año 2022. ¿Qué tal ha ido, puede darnos alguna cifra de cómo ha evolucionado el negocio?
-Bueno, teniendo en cuenta que aún no las hemos auditado ni aprobado, y que además pertenecemos a un grupo que consolida el negocio de varias empresas, no puedo ofrecer por el momento cifras concretas. Pero sí le puedo decir que se han cumplido los objetivos marcados en cuanto a crecimiento, que estaban por encima del doble dígito. Eso se ha conseguido, y las perspectivas para los próximos años es mantenernos cerca de ese doble dígito de crecimiento en la facturación. Llevamos varios años con este ritmo de crecimiento, así que la evolución de Sprinter es muy positiva.
-Cuando se formalizó la joint venture entre JD Sports, dueño de Sprinter, y la portuguesa Sonae, de Sport Zone, para crear ISRG, se dejó entrever que el objetivo era superar a Decathlon como principal retailer deportivo en la Península. ¿En qué punto se encuentran, están cerca?
-Bueno, el mercado del deporte es muy grande, y la propuesta de valor de Decathlon es diferente a la nuestra. Nosotros nos dirigimos a un consumidor distinto al de Decathlon. Incluso diría que somos complementarios. La cuestión de superarlos o no en negocio, pues no es un objetivo que tengamos marcado y que nos condicione. Lo que sí hemos conseguido es un hito, convertirnos en líder del multideporte multimarca en Iberia. Decathlon no es algo que nos preocupe, nosotros seguimos nuestro camino.
-Precisamente, la fortaleza de Sprinter parece estar en el retail físico, pero durante la pandemia detectaron que una de sus debilidades era que el canal online no era capaz de absorber el negocio que dejó de hacerse en las tiendas. ¿Han conseguido mejorar esa situación?
-El negocio online continúa creciendo, a buen ritmo. Después de la pandemia tuvo un pico extraordinario, como sucedió con todos los operadores online y offline, y en 2022 se ha visto un proceso de ajuste durante algunos meses. A partir de ese ajuste, volvimos a crecer, y en 2023 estamos viendo que la tendencia se mantiene. Hay que señalar que el comportamiento de los consumidores en cuanto al ecommerce es muy distinto entre el norte y el sur de Europa: en Holanda hemos notado que de manera natural el peso del online es mucho más elevado, quizá porque están menos tiempo en la calle. Pero hoy en día la cuestión no es si el consumidor compra online o no, porque los canales están muy integrados. Por eso hablamos de omnicanalidad. De hecho, el 70% de nuestras transacciones empiezan online, aunque luego se realicen indistintamente en tienda física o digital.
-Este nuevo modelo de tienda que han inaugurado en Alcorcón es la primera, pero entiendo que no será la última. ¿Cómo van a replicarla?
-Correcto. Tenemos un plan de reformas y también de aperturas incorporando el concepto de esta nueva tienda, más experiencial, más centrada en la experiencia del cliente, en la gamificación, la personalización, etc. La próxima en abrir va a ser la del centro comercial Splau, en Barcelona, donde hemos cerrado unos meses para llevar a cabo la reforma y reabrir con el mismo concepto que Alcorcón pero escalado a un tamaño de tienda más pequeño. Allí tenemos un tamaño de sala de ventas de 1.000 metros y aquí son 4.000 metros con Deporvillage. Y luego vamos a abrir una tienda nueva con el mismo concepto en La Haya, en Países Bajos.
-¿Qué balance realiza de su entrada en Países Bajos? Tras un 2022 de 'prueba', cambiando algunos rótulos de otras marcas del grupo para testar el mercado, ¿se han lanzado ya en 2023 con todas las consecuencias?
-Sí, seguimos en ese proceso. Lo bueno de haber entrado con una operación ya establecida es que te permite aprender mucho más rápido, porque ya tienes un know how, y te permite adaptar el producto y la oferta. No es el mismo Nike el que se vende aquí que allí, o Adidas, o Puma. Básicamente porque hace más frío, y el rey aquí son las camisetas y allí las chaquetas. Ese proceso de adaptación ha sido más rápido, más fácil, porque ya teníamos una operación establecida. Y bueno, seguimos con el proceso de ajuste, y esperamos estar al 100%, como queremos, a finales de este año. En principio para 2023 tenemos previstas unas cinco aperturas, porque seguimos con la adaptación y el cambio de rótulos.
-Tras el acuerdo con Sonae para fundar ISRG, decidieron establecer su sede y centro logístico principal en Alicante. Con este crecimiento de dos dígitos de los últimos años y el previsto para los próximos, ¿se les puede empezar a quedar pequeño? ¿Necesitarían ampliar instalaciones?
-No, de momento no. Con las perspectivas de corto y medio plazo, no nos planteamos una ampliación en el centro. Pero probablemente, cuando pasen esos dos o tres años, sí que empezaremos a plantearnos la necesidad de ganar espacio. En nuestro grupo hay 12.000 personas trabajando, de los que el 70% trabajan para Sprinter, Sport Zone... la rama deportiva, y el otro 30% para JD. Seguimos creando empleo tanto en la sede central como en tiendas, de hecho en esta tienda habrá alrededor de 100 personas trabajando.
