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'Anti-lista' de éxitos musicales 2016: los mejores entre los olvidados

Un repaso subjetivo por las principales novedades discográficas valencianas del año que nos deja

22/12/2016 - 

VALENCIA. Llegan las Navidades y los periodistas —qué originales— nos ponemos a elaborar listas de lo mejor y lo peor que ha deparado el año. Recordamos los discos que han hecho más runrún y olvidamos cortésmente (o sin querer) los que pensamos que no han acertado tanto. El problema cuando acercamos la lupa hacia la Comunidad Valenciana es que las fronteras entre el éxito y el fracaso están muy desdibujadas. Tenemos los locales de ensayo a rebosar y un nivel de producción discográfica yo diría que muy elevado, pero el contexto no ayuda. La ausencia de sellos discográficos potentes, y el hecho de que una gran parte de los trabajos que ven la luz sean autoeditados o publicados por pequeñas discográficas sin suficiente músculo promocional, explica por qué tantos buenos álbumes se quedan en la cuneta y no llegan a romper el techo de cristal de los grandes medios de comunicación nacionales.

Algunos grupos valencianos lo consiguen, pero suelen ser siempre los mismos. 2016, en este sentido, no ha traído grandes sorpresas. Algunos lo recordaremos como el año en que Wau y los arrrghs!!!, una de las bandas españolas de garage más reconocidas fuera de nuestras fronteras, decidieron separarse silenciosamente. Será también el año en que Red Buffalo se quedaron a las puertas de pasar a la arena internacional, desintegrándose justo cuando habían sido clasificados para la final mundial del concurso de nuevos talentos Hard Rock Rising, y con un prometedor LP recién sacado del horno de grabación que suponemos que ya nunca verá la luz.

Desde luego, si de lo que se trata es de hablar de cifras de audiencia en el panorama discográfico valenciano de 2016, tendremos que hablar de Naixen primaveres, de Aspencat, y de las 241.000 escuchas que acumula el corte ‘L’últim segon’ en Spotify (no está nada mal). Mejor aún le ha ido a La Raíz con ‘Entre poetas y presos’. Tres fechas consecutivas con sold out en Madrid y más de dos millones de escuchas digitales del single que da título al LP. Ninguna lista podría obviar a La Habitación Roja y su Sagrado Corazón, con el que de nuevo han conseguido alzarse entre los diez discos nacionales más vendidos del año.

Desde un ámbito más minoritario, pero muy reconocido a nivel nacional, Tórtel y su Transparente (I*M Records) también debería figurar —y de hecho lo hace— en toda clasificación anual que se precie. La verdad es que es un disco impecable, que acribilla los oídos con arreglos preciosos que te llegan por todos los flancos. Propio de un artista ya hecho y con las directrices muy claras.

Lo que ocurre es que ésa sería una lista consensuada, pero no la mía. Al final, para estas cosas y para tantas otras, solo nos queda la subjetividad. Y, en mi caso, el sentido de responsabilidad hacia bandas que creo que no han recibido toda la atención que merecían, o que incluso no han tenido ninguna.

Hablemos de nuevo del buen momento del rock en valenciano. Un buen momento tanto en lo institucional –porque hay que señalar que la llegada de Compromís al gobierno se ha traducido en un apoyo decididamente unidireccional hacia este segmento—, como en lo artístico. En este terreno destacan sobre todo dos álbumes. Con Major propósit, Arthur Caravan han vuelto a presentar un trabajo de pop en valenciano con enjundia en el fondo y la forma. Lo mismo podemos decir del segundo disco de Gener —Oh, germanes! (Mesdemil, 2016)—, sin duda uno de los mejor paridos del año. Gracias en gran parte a la mano del productor Paco Loco, que ha sabido registrar con maestría la psicodelia mediterránea con ribetes de soul que propone la banda de Benaguasil. Sus once canciones suenan resplandecientes, inmensas, pensadas para lucirse bien. Y aún así… los reconocimientos parece que se quedan en casa. Un Premi Ovidi Montollor, pero apenas más de 2.000 reproducciones en Spotify con un temazo como ‘Vudú contra els senyors de la guerra’ ¿Dónde está el efecto Manel?

Dance and Hunt (Subterfuge, 2016) es el título del disco con el que Soledad Vélez ha tratado de acoplar su veta Polly Jean con las atmósferas electrónicas. La artista chilena residente en Valencia tiene un gran talento, pero también para ella el éxito con mayúsculas —que parece que es a lo que aspira— sigue siendo escurridizo.

Entrando en el punk rock, es necesario hablar de los alicantinos Futuro Terror y Su nombre real es otro (BCore). Heroína pura para los amantes del género. No hay manera de quitárselo de la cabeza, maldita sea.

Los ignorados

Todavía no hemos hablado de los discos que han pasado práctica e injustamente desapercibidos. Es el caso de primer LP de Sombra de Lobo (Flexidiscos, 2016), nombre del proyecto en solitario de Nuño Negro, antiguo guitarrista y cantante de la banda de crust Derrota. El giro de tornas en Otra alquimia ha sido total. Si Gener suenan inmensos tras su paso por los míticos estudios del Puerto de Santa María, aquí la magia se explica desde un ángulo diametralmente opuesto. La sustancia de Sombra de Lobo es áspera y rudimentaria; son las canciones de un romántico solitario. Un estilo “yo me lo guiso yo me lo como” que se repite en su siguiente trabajo, publicado en bandcamp hace apenas unos días. Fiebre subterránea es otra gema rara de pop oscuro, aunque esta vez con ecos a los años ochenta y algunos estribillos épicos. A ver si en 2017 se anima a llevar el proyecto al escenario.

‘Siega de almas’, ‘Apología del desenfoque’ y ‘Museo del odio’ forman parte del último disco de la banda de post punk new wave Antiguo Régimen (Naturaleza Fractal). Poco ruido ha hecho este álbum en comparación con la inmediata acogida a nivel nacional que tuvieron su primer 7” (La formación de la sombra) y el LP Política de tierra quemada. No parece que el problema resida en la falta de inspiración, sino en la falta de impulso promocional que citaba anteriormente. El público no conoce discos nuevos por ciencia infusa.

Dystopia, de Güiro Meets Russia (Verlag System) ha recabado reseñas elogiosas en medios especializados de Alemania, Francia, Italia, Portugal y Gran Bretaña, hasta el punto de ser incluidos en uno de los recopilatorios de la prestigiosa revista The Wirelos popes de la música experimental europea. Este dúo procedente de Vila-real lidera uno de los proyectos más interesantes de la escena electrónica actual gracias a una ponderada mezcla de komische musik y música ambient que bebe tanto de Brian Eno como de Boards of Canada.

El pop cavernoso de Samuel ReinaAlarms (Globo Records)— merece también una mención. Dejando aparte la aproximación a Richard Hawley o José González (que no por evidente tiene por qué ser negativa), es un disco estupendo en el que se ha volcado un gran esfuerzo compositivo y de producción (tanto, que por momentos parece un pelín forzado).

Y después de tanto grupo serio, aflojemos los cinturones. Este año nos ha regalado muestras muy saludables de punk rápido, atolondrado y desternillante. Por ejemplo el split compartido entre Retraseres y España. No me queda claro si las suyas son Músicas para hacer el amor o para rebozarse en un lodazal, pero tanto en directo como en la grabación resultan cada vez más contundentes y revitalizantes. Por su parte, la parodia facha de reminiscencias a Black Flag de España (Yihad anal de matalascabras) tiene letras para enmarcar.

También en la onda del cachondeo, recomiendo vivamente descubrir a los neosurrealistas YobamochiLo singles que han publicado este año (‘No me presentes a tu hermana’, ‘Bola disco’, ‘Tu vida tullida’) me parecen magistrales, musical y líricamente. No es de extrañar que les hayan incluido en el desquiciado disco de homenaje a Felpudo Tos del que hablábamos la semana pasada.

Lo que viene

Y por qué no acabar aventurando algunos de los proyectos que darán que hablar en 2017. Víctor Ramírez (Oh Libia!, Coleccionistas) ultima en estos momentos la salida de su segundo LP como Ramírez Exposure. Young is the new old es el título del disco, grabado el pasado mes de mayo entre Nueva York y Nueva Jersey, y que viene con el espaldarazo de colaboradores como Marc Jonson, Ken Stringfellow, Brian Young (The Jesus And Mary Chain, Fountains Of Wayne) y Richard Lloyd (Television).

Se hablará también, y mucho, de Alberto Montero. Pero no necesariamente por un nuevo disco, sino por la gira de conciertos con sección de cuerdas que prepara el músico de Puerto de Sagunto, al que acompañan tres instrumentistas excepcionales: Román Gil, Marcos Junquera (Betunizer) y Xavi Muñoz (A Veces Ciclón) ¿Quién se va a resistir a escuchar un disco como Arco Mediterráneo en todo su esplendor?

A lo largo de los próximos meses veremos también la salida del álbum de debut de Wild Ripple (con miembros de los desaparecidos Red Buffalo) editado al alimón por Discos de Perfil y Carmen Records. Psicodelia y stoner rock del bueno.

El último augurio es acerca de un grupo jovencísimo y todavía inédito, La Plata. Pop de hálito ochentero, varios hits en la manga con los que pueden dar el campanazo y una versión de ‘Nuclear sí’ por la que los mismísimos Aviador Dro saltarían de cabeza a un océano de plutonio.

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