VALÈNCIA. En un experimento, dos partículas, una situada al principio del Danubio y otra al final. En otro experimento, dos partículas también, una en La Palma de Gran Canaria y la otra en Tenerife. En ambos casos el equipo científico Premio Nobel de Física Anton Zelinger (Ried im Innkreis, Austria, 1945) consigue demostrar que la alteración de una de las partículas provocaba exactamente la misma alteración en la otra. Se convertía así en un pionero de la llamada teletransportación cuántica, una de las líneas de investigación que transformarán el movimiento de la información en el futuro. Hablamos con él con motivo de su participación en la reunión de Jurados de los Premios Jaume I.
-¿Qué es ese País de las Maravillas Cuánticas del que hablaste en tu discurso de aceptación del Premio Nobel?
- No es sólo un problema matemático, la física cuántica es realmente un mundo diferente de conceptos. Como en el famoso libro de Alicia en el País de las Maravillas. Allí suceden cosas que no creerías posible. Y lo mismo pasa en la física cuántica.
-Estamos viendo cómo cala un discurso en la sociedad, según el cual podemos estar presentes en universos paralelos al mismo tiempo. Se habla de multiversos. De ahí mi pregunta sobre ese País de las Maravillas Cuánticas.
- La idea de muchos mundos es sólo fantasía. Es sólo una historia que no creo que sea cierta. Estoy convencido de que tenemos un mundo y es este. Y en él suceden cosas interesantes. Como podemos tener una partícula en dos lugares al mismo tiempo, la gente dice, oh, esto no es posible, tal vez está en un lugar en otro universo. ¿Por qué debería ser así? Si veo algo extraño, ¿por qué tengo que inventar un mundo nuevo para eso? Todo lo que quiero está en la Tierra. Es fantástica.
-Arreglemos nuestro mundo, ese es ya suficiente trabajo. Probablemente tenemos que explicar esta segunda revolución cuántica mejor. ¿Qué significa realmente, qué estamos buscando ahora?
- Bueno, esa es una historia muy diferente. Cuando hablo acerca del País de las Maravillas Cuánticas y de esas cosas fantásticas que suceden, son conceptos básicos del mundo. Se trata de filosofía, de nuestro todo en el universo. La segunda revolución cuántica es muy diferente. Es tecnológica. La física cuántica fue inventada a mediados del siglo XX. Einstein, Heisenberg, Planck. Esa física cuántica, si nos fijamos en las partículas individuales, es muy extraña. Ellos idearon algunos experimentos en sus cabezas para mostrar esa rareza, pero ninguno de ellos los pudo llevar a cabo. Hasta la década de 1970, cuando los primeros experimentos fueron hechos por nosotros. Y luego, 20 años después, llegaron los experimentos con partículas individuales. Y 20 años después, la gente empieza a tener ideas para nuevas tecnologías. A eso se le llama la revolución cuántica.
-Se habla de fotónica, de sensórica, por supuesto de criptografía, ¿qué industrias son las más avanzadas, las mejor situadas para aprovechar las ventajas de esa segunda revolución cuántica?
- Los conceptos principales son originalmente criptografía cuántica, computación cuántica y, más recientemente, la simulación cuántica. Esto es de los últimos años. La criptografía cuántica está muy avanzada técnicamente. Podemos hacer experimentos de más de 100 kilómetros. Los chinos los han realizado incluso entre el espacio y la Tierra, en los 1.000 kilómetros entre Shanghai y Beijing con múltiples estaciones, o en los 7.000 kilómetros entre Viena y Beijing. Así que la criptografía funciona. Habrá mucho más en marcha, habrá más satélites también de Europa, Canadá, incluso Singapur. El problema es que la velocidad de los datos es todavía muy, muy baja, sólo del orden de 1 KB por segundo, o tal vez 1 megabit por segundo.
-Cierto, uno de los problemas de las tecnologías cuánticas es el ‘ancho de banda’.
- Esto significa que un internet cuántico está muy, muy lejos. Para una comunicación segura, sólo puede concebirse para una persona que habla, no mucho más.
-Los países y las grandes corporaciones están muy preocupados por la cuestión de la supremacía cuántica. ¿Es un problema realista?
- Es un problema porque nadie sabe cómo resolverlo.
-Un asunto para la gente de marketing, por tanto.
- La cuestión es muy simple. Puedes tener supremacía cuántica para problemas artificiales muy pequeños. Pero hablar de supremacía cuántica en un sentido muy amplio, no creo que nadie que sepa hoy cómo hacerlo. Pero entonces, ¿qué está pasando? Porque hay todo tipo de compañías trabajando en esto, como IBM y Google, y lo hacen sobre diferentes tecnologías. La discusión sobre la supremacía es una muy buena manera de obtener dinero del Gobierno y así sucesivamente. Esta es una muy buena historia periodística. Lo bueno es que hay muchos jóvenes inteligentes trabajando en esto. Y hay excelentes ideas alrededor. Es muy buena ciencia. ¿Pero prometer tecnología? Yo no lo haría.
-En España perdimos la batalla del electrón, pero quizás podríamos pelear por la de la fotónica.
- Europa tiene un problema real. Si nos fijamos en Estados Unidos, el dinero proviene de la gran industria. También hay una importante investigación gubernamental, pero es secreta. En Europa, la industria no pone el dinero, sino la mano abierta. No es una buena estrategia. Europa necesita que las propias empresas digan “quiero competir con Google, con quien sea, y me arriesgo a este tipo de cosas”.
-Una de las razones de ello es la forma en la que transmitimos el conocimiento que se crea en la ciencia a la innovación, a la tecnología. Tus experimentos son muy visibles, los has hecho en el Danubio, en las Islas Canarias. ¿Qué piensas acerca de ello?
- Tengo la sensación de que hay mucha gente en la industria que lo sabe. Incluso algunos de mis antiguos alumnos están trabajando en la industria ahora, por lo que no es una cuestión de transferencia del conocimiento. El conocimiento está. No es tan difícil. Sólo hay que tomar una decisión. Hay una pequeña empresa, de nuevo en Estados Unidos, construyendo computadoras cuánticas ópticas. Están desarrollando nuestro trabajo de hace 20 años.
-¿Trabajas en un nuevo experimento, cómo nos sorprenderás la próxima vez?
- No puedo decírtelo porque si te lo digo, todo el mundo lo podría hacer.
-Si no me das los detalles, al menos la filosofía de ese experimento.
- Todavía estoy interesado en experimentos fundamentales, en experimentos básicos. Y hay gente que piensa en esto: cuando tienes una partícula que viene de aquí y va por aquí, tal vez entonces tome este camino o este otro, y así sucesivamente. Tengo una idea para un experimento en el que puedo demostrar que cualquier camino es simplemente incorrecto. La partícula no toma ningún camino. No se puede hablar de ello.
-¿Qué quieres encontrar?
- Mi punto de partida es que la gente todavía está pensando de manera demasiado simple, demasiado realista. La idea sigue siendo que cuando haces una observación en física cuántica y ves algo, asumes que ese algo ya existía antes. Y es un error. En su cabeza la gente, incluso los físicos, siguen siendo muy realistas. Y eso tiene que ser arreglado.
-Cambiar las mentes es lo más difícil en ciencia.
- Y también está la cuestión del espacio y el tiempo. A un nivel cuántico, realmente fundamental, el espacio y el tiempo no son relevantes.
-Pueden ser incluso obstáculos.
- Podrían ser incluso obstáculos a veces, sí, eso está absolutamente bien dicho. Esto es lo que me interesa y todavía estoy interesado en probar los cimientos. Es lo que me interesa, sin considerar lo que me puedan decir las empresas. Porque la vida es demasiado corta.
-Es muy transformativo esto que dices. Cuando pensamos en el orden social o en el político, ¿cómo puede cambiar ese conocimiento en el que trabajas la forma en la que pensamos acerca de nuestra vida? ¿Has hecho ese salto?
- Hiciste la pregunta correcta. Hablo ahora como persona, no como físico. Mi opinión es que la aleatoriedad, la casualidad, el azar… el mundo es mucho más aleatorio de lo que nos gusta ver. ¿Conoces la vieja idea en física clásica de un universo completamente causal y determinista? Si sabemos cómo es el mundo y las leyes de la ciencia, podremos predecir lo que sucederá. Pero la mecánica cuántica te dice que esto no es posible. Y eso tiene que entrar en la cabeza de la gente. En estos momentos tenemos todas esas ideas acerca de las cosas malas que sucederán en el futuro, y hay un entendimiento negativo común.
-Hemos pasado demasiado tiempo prediciendo en el futuro y estamos todavía convencidos de lo que podemos hacer.
- Basta con mirar lo que se predijo hace 50 años sobre el futuro.
-No, no, no.
- No sabemos qué pasará el próximo año. Nadie tenía idea de Internet, ni del móvil hace 50 años. En los años 80, hubo personas que dijeron que todos los bosques iban a morir. Nos hemos adaptado a ello. Somos mucho más adaptativos de lo que pensamos. Deberíamos ser más abiertos, más positivos.
-Es una buena idea viniendo de un científico cuántico y pensando que tenemos por delante desafíos como el cambio climático. Tenemos que ser más carpe diem.
- Estoicos, en filosofía antigua.