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UNA MUESTRA GENERACIONAL

Aplec de disseny: el trasiego entre el arte y el diseño en Valencia

2/12/2015 - 

VALENCIA. "Escoltar el contingut va ser una tasca que es va perdre en algun moment en el disseny contemporani", dice Álvaro de los Ángeles en el folleto que acompaña a Secció editorial, la exposición en la galería de arte Luis Adelantado que ha prendido la mecha de Aplec de disseny. Bajo ese nombre se unifica el trabajo de Dídac Ballester, Antonio Ballesteros, Alejandro Benavent, Enrique Casp, Ibán Ramón y Sebastián Alós, en un punto entre el asociacionismo y el activismo ahora desatado.

El diseño editorial que se exhibe, en el que Alós ha participado creando con el diseño y fabricación de los soportes para su exhibición pero sin piezas propias, incluye catálogos de arte, publicaciones autoeditadas o proyectos editoriales. Resumen, de forma paradójica, todo lo que el trabajo de Alós ha concretado durante las dos últimas décadas y que en sus palabras es "la capacidad de conceptualizar".

El enfant terrible del diseño gráfico valenciano, que recorre para Valencia Plaza la exposición compuesta por la obra del resto de compañeros del Aplec de disseny, reconoce en ellos "cansancio de la deconstrucción, de una impostura con fase final en los 90 y frente a la que ahora reconocemos ciertos conectores". Esos conectores, entre la impecable obra de los seis citados, son "la desnudez de la tipografía, la funcionalidad de los trabajos-convertida en valor porque no es habitual en el entorno cultural-" y la empatía por el 'cliente'.

Todos ellos han mantenido la virtud de separar su trabajo como diseñadores de las inquietudes personales como artistas. Aun así, para Alós "entre el diseño y el arte sólo hay un trasiego de ida y vuelta, pero el suficiente para entender que hablamos de cosas distintas". Alós como Ballester, Ramón, Casp, Benavent o Ballesteros no esconden su inquietud personal por el arte y, quizá, sólo de esta manera se entiende que los trabajos expuestos hasta el 11 de diciembre, dejen prevalecer el contenido del que hablan sin privar al objeto editorial de una carga de diseño.

La exposición ha sido posible, en gran medida, por el conocimiento del trabajo de este grupo de diseñadores por parte de Olga Adelantado, intendente de la galería. La acción ha sido la primera piedra de Aplec de disseny, seguida de su establecimiento como colectivo online y una mesa redonda celebrada recientemente en el IVAM. "Los trabajos expuestos avanzan por justificar el concepto que encierra el propio libro o catálogo. Es posible, en algún caso, superar ese concepto y darle totalmente la vuelta; pervertir por completo el sentido esperado de lo que habla el artista en su interior, pero únicamente cuando eso de lo que se habla, el discurso en sí, está absolutamente dominado por parte del diseñador".

Una reunión muy contemporánea

Aplec de disseny, con mayor o menor conocimiento de esta causa, supone la reunión en activo de algunos de los diseñadores que practican la excelencia en Valencia. Su trabajo está detrás de revistas de arte, de literatura, de catálogos de exposiciones, de artistas, de folletos, manifiestos y hasta ejercicios de autopromoción. Todo por la causa del diseño editorial, de una contemporaneidad que les harían estar totalmente vigentes si en vez del contexto expositivo en el que ahora se reúnen visitaran una sala abierta al público en Europa o en Asia. 

Las 54 piezas, expuestas sobre "una madera austera, que no impusiera ninguna lectura sobre lo que se visita", añade el diseñador, hablan de una manera clara de entender el diseño. Son muy distintas entre sí, pero tienen la capacidad de convivir porque no traicionan al sujeto frente a la necesidad de autoexhibición más extendida entre los diseñadores.

"Personalmente, creo que nos unió el cansancio ante la deconstrucción de los textos o los formatos que trampeaban el diseño. Por ejemplo, no entiendo esas revistas que editan 1.000 ejemplares y firman y numeran 30 para darles un valor extra. Es anti diseño, no tiene sentido y responde únicamente a criterios de marketing", apunta Alós. "Nosotros aceptamos ante los trabajos que nos ha de consumir un público masivo y resolvemos, aunque como en este caso las cargas artísticas sean severas; pero insisto, las buenas soluciones, la funcionalidad no deberían ser un factor que nos distinguiera... aunque reconozco que quizá así lo sea".

Pasa las imágenes con los cursores laterales

Alós, incansable en su obra como diseñador a la búsqueda de una identidad, honestidad y efectividad extremas, pasea la exposición recordando como Max Bill "supo separar todos sus perfiles, del diseñador al artista, sin traicionar ninguno de los dos; afina que hay contextos, como los catálogos del Museo de Whitney, que son capaces de "generar su propia identidad a largo plazo y no intervenir sobre la obra pese a que todas sus piezas hablen de la propia imagen del museo" y lleva la conversación a través de La palabra pintada de Tom Wolfe

Todos los síntomas que hace ahora unos 15 años preveían que los presentes influirían en un diseño para la ciudad, se han acabado cumpliendo. Se ve en lo expuesto, pero encuentra su paradigma en el reparto de los pasados premios de la ADCV (donde Ramón y Ballester acapararon los reconocimientos) e, incluso, en que el próximo cartel de Fallas para la ciudad esté en manos de uno de ellos. En un momento así de dulce, su propio activismo se inicia a la madurez con Aplec de disseny.

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