La feria de arte contemporáneo es un espectáculo cultural de cócteles, performances, concurridas cenas e inauguraciones por todo Madrid
VALÈNCIA. Por la mañana toca pasear. Es el momento de visitar los stands valencianos de Rosa Santos, Espaivisor, Luis Adelantado, Aural y Espai Tactel, donde Ismael Chappaz y Juanma Menero me ofrecen cava Dominio De la Vega. Lo de beberse un copazo a veces ayuda antes de ver la feria. A las 13h acudo a una charla donde el director de ARCO, Carlos Urroz, me pone al día sobre la situación del mercado del arte. Antes del almuerzo veo una performance en el estand de Juana de Aizpuru. Ya de tarde, acudo a la entrega del IV Premio Audemars Piguet y llega un momento en que los pies me piden un kit-kat. Tengo una tarjeta que me da acceso a la zona vip. Es un área diseñada por el estudio Cuarto Interior con zonas de descanso, tiras de led transparentes y una gran escultura de luz en el techo. Está estudiada para que te sientas importante, algo así como el presidente de los Estados Unidos entrando en un hotel de Washington con el servicio secreto, como se ve en El ala oeste. Allí me siento, me tomo una cocacola, me descansan los pies y me olvido de todo, incluso de que tengo pies. Los enfermos de revistas, como yo, también podemos irnos de ARCO cargados con cinco quilos de publicaciones que te regalan a la salida. Bien por nosotros, mal por los árboles.
Fotos: Enrique Escandell.
A las 20h tomo asiento en el Teatro Real para la entrega de los Premios A al Coleccionismo a la valenciana Susana Lloret de Per Amor a l'Art, a las colecciones de Armando Martins y Alicia Koplowitz-Grupo Omega Capital, a Ella Fontanals Cisneros por la visibilidad que la Fundación CIFO ha dado a los artistas de Latinoamérica y al brasileño Luis Paulo Montenegro.
Pero todavía me queda energía. Así que emprendo rumbo a La Galería de Canalejas, un enorme complejo levantado sobre siete históricos edificios del centro de Madrid que albergará el primer hotel Four Seasons de España, una galería comercial y 22 viviendas de lujo. En esta Galería se celebra la cena de la Fundación ARCO, presentada por Rossy de Palma, con más de 440 coleccionistas internacionales, galeristas, artistas y otros profesionales del arte contemporáneo. Entre los asistentes, el presidente de la Generalitat. Ximo Puig, el conseller Vicent Marzà, el empresario Juan Roig, Hortensia Herrero y su hija Hortensia Roig, que compartieron mesa con el empresario José Luis Soler y Susana Lloret de Bombas Gens. También el artista Antonio López, el marqués de Cubas Fernando Falcó, las hermanas Alicia y Esther Koplowitz, junto con Esther Alcocer Koplowitz (presidenta de FCC), y coleccionistas como el matrimonio Norman Foster y Elena Ochoa y el presidente valenciano de Inelcom, Vicente Quilis, que todas las ediciones de ARCO organiza una fiesta para mostrar su colección de arte contemporáneo en la sede de Inelcom en Madrid. Por cierto, el lingote de boletus y el muslo de pintada relleno, muy buenos.
Y es que la feria también va de eso. Si hay algo que convierte a ARCO en una cita especial es su condición de espectáculo cultural. La cantante de los pelos flamígeros, Alaska (née Olvido Gara), sentenció una vez: "La semana más divertida de todo el año madrileño es la de ARCO". Pues sí. Fiestas, cócteles nocturnos en museos, performances, concurridas cenas, ciclos de conferencias, exposiciones paralelas por todo Madrid. Con estos materiales se construye la escenografía que da sostén a la gran cita española de arte contemporáneo, una apuesta que la organización puso en marcha desde el origen de la feria en el año 82. No es casualidad, pues, que supere el ámbito mercantil y actúe como ágora de debate, confundiendo el rol que otorgamos a ferias y a bienales.
En la visita privada que ARCO ofreció a famosos y coleccionistas estuvieron el empresario Rosaura Varo y la actriz Amaia Salamanca, Jacobo Fitz-James Stuart, hijo de la duquesa de Alba, y su esposa Inka Martín, dos apasionados del arte, y el showman Boriz Izaguirre, que viajó desde Miami para asistir a la feria. También estuvo la modelo Martina Klein que ha debutado en ARCO como diseñadora del espacio gastronómico de la zona VIP para Ron Zacapa, un ambiente plagado de vegetación y motivos exóticos inspirado en la naturaleza de Guatemala. Más gente: Kike Sarasola y su marido, Carlos Marrero, la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada, la actriz Nathalie Seseña y la influencer María León. A última hora descubrí horrorizada que también había estado Carmen Cervera con su hijo Borja, discutiendo los méritos de un broto o un picasso (horrorizada porque no fue al mismo tiempo que yo).
Entre los valencianos que han acudido a ARCO, no faltó la directora general de Cultura, Carmen Amoraga; el director del IVAM, José Miguel G. Cortés; y el presidente del Centro Cultural Bancaja, Rafael Alcón. Entre los coleccionistas, estuvieron Ana Serratosa, el notario Chimo Serrano y su mujer Sarah Guazo, el abogado Francisco Martínez-Boluda y su mujer M.ª José Calabuig. Y muchos artistas como Mery Sales, Chema López, Xavier Arenós, Fernando Sinaga, Andrea Canepa o Concha Jerez.
Y es aquí, entre esculturas e instalaciones, donde me entero que el presidente de Ifema censura la obra Presos políticos en la España contemporánea de Santiago Sierra. Otro licenciado en la insigne academia asnal. El de Ifema, no el artista. Estábamos entretenidos con Anna Gabriel y los padres de Melania Trump. Esto es mucho mejor. A Santiago Sierra la estrategia le ha salido de bonoloto: ha vendido la pieza en cuestión por 80.000€ y, de remate, su nombre ocupa los titulares de la prensa. El presidente de Ifema merece ir al infierno de Woody Allen (el de «Desmontando a Harry») junto al responsable del metacrilato y de los vasos de tubo. Mientras tanto, miles de personas desfilan por las galerías presentes en la feria buscando el lado exótico y «friki» de Arco. La fiesta continúa.
La artista, que actualmente forma parte de una exposición colectiva en el IVAM, ha sido la ganadora del Beca Velázquez 2024/2025