VALENCIA.
¿Cuánto leemos los españoles? ¿Cuántos libros compramos al año? Es probable que en la mesita de muchos, el móvil y el cargador hayan sustituido a las lecturas que se dejaban para la noche. Ese momento en el que leíamos unas cuantas páginas antes de caer rendidos tras los esfuerzos del día ha mutado: ahora se nos cae el smartphone en la cara en lugar del libro. Según estadísticas y barómetros, no somos un país especialmente dado al hábito de leer o de adquirir libros. La sangría en el sector de las librerías es incesante (en 2014, por ejemplo, se cerraron novecientas doce y nacieron doscientas veintiséis) y no son pocas tampoco las editoriales que se han visto obligadas a colgar los guantes. El panorama no es halagüeño. ¿Por qué ocurre todo esto? Respecto a esta cuestión hay debate. Problemas inherentes al sistema educativo, nuevas posibilidades para el ocio que han ganado un enorme terreno a la lectura; la lista de causas es amplia, la de soluciones, no tanto.
Sin embargo, hay quien analiza estos datos y en lugar de sucumbir al desánimo, ve oportunidades y propone salidas inteligentes, como Joaquim Palau -ex director general de RBA Libros- y Álvaro Palau Arvizu, fundadores del nuevo sello Arpa Editores, una editorial especializada en el ensayo que bebe de las ciencias sociales y las humanidades. “La crisis ha puesto en evidencia que no es que se lea menos, sino que el paradigma lector ha cambiado. Los lectores están pidiendo a los autores que escriban de otra manera y a nosotros nos reclaman también editar de otra manera”. Padre e hijo, junto a un pequeño grupo de socios y amigos amantes de los libros, se embarcan en este proyecto que es también fruto de un contexto editorial particular: “Después de treinta años de incesantes fusiones y adquisiciones (que en realidad empezaron en Estados Unidos en los años 1960), hoy el sector del libro está dominado por un pequeño grupo de grandes empresas que han frenado o abandonado las colecciones humanísticas, de ciencias sociales y de no-ficción de cierta exigencia intelectual en general. Y ahí están Arpa y otros proyectos independientes, tratando de ocupar ese espacio en el que puede trabajarse mucho y bien”, afirman los editores.