BOLONIA. Emigrantes, exiliados, visitantes, estudiosos... los valencianos que han salido al exterior han transportado consigo no solo una historia personal que se adentraba en una cultura diferente, sino todo el poso de las costumbres y de las tradiciones de su época. Con ellos ha florecido buena parte de nuestra cultura en lugares remotos de la tierra. Repasamos algunos de ellos.
Fallas en Mar del Plata
Desde hace 62 años la ciudad argentina de Mar del Plata viene plantando falla cada mes de marzo. Esta ciudad balneario nació en la segunda mitad de siglo XIX y pronto se convirtió en la residencia de verano de la clase alta argentina. Hoy en día es un destino turístico de primer orden en el país.
En Mendoza, San Juan, Córdoba, Salta o Rosario existen diferentes colectivos de emigrantes valencianos. No en tal número como los gallegos, Argentina fue un país de acogida de miles de valencianos a lo largo del siglo XX, bien por motivos económicos, bien debido al exilio de republicanos tras la guerra civil. Hijos de los barcos, en 1951 se fundó en Buenos Aires la “Falla Turia” y tres años más tarde, en 1954, se erigió el primer monumento fallero en Mar del Plata.
En plena colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad, esta fiesta se define como una de las tradiciones más antiguas de Mar del Plata. Se dan concursos de paella, exaltación de la fallera mayor en el Teatro Colón, ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados y al General San Martín y una auténtica cremà a finales de mes de marzo. Hoy en día la semana fallera supone todo un acontecimiento en la ciudad, tanto es así que en 1994 la República Argentina declaró la semana fallera marplatense como “fiesta de interés turístico nacional”.