VALÈNCIA. La escultura La muchacha del lago del artista valenciano Antonio Ballester Vilaseca (1910-2001), conocido como Tonico Ballester, ha regresado al Mercado de Colón, tras la conclusión de los trabajos de reparación de la fuente del inmueble municipal. Hasta este momento, la escultura había permanecido en el Museu de la Ciutat. El Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico se ha hecho cargo del traslado de la obra y de la reparación de la peana a través de un contrato menor adjudicado a la empresa Josearte S. L. por un importe total de 2.675,93 euros. Por su parte, la empresa municipal AUMSA ha costeado los trabajos de mantenimiento y mejora del estanque interior del Mercado de Colón.
El Ayuntamiento de València ha atendido las peticiones de la familia del escultor, a través de su hija Ana Rosa Ballester, que había solicitado una mejor ubicación de La muchacha del lago (1964). "La figura se ha instalado sobre el macizo ajardinado central del estanque del Mercado de Colón, en un lugar más visible y protegida de la cortina de agua posterior. El emplazamiento definitivo es el más adecuado, tanto para el mantenimiento del vaso y la jardinera como para la contemplación y conservación de la pieza, tal como indican los informes técnicos municipales", ha declarado el concejal de Cultura, José Luis Moreno. Tras los trabajos de recolocación de la pieza, se ha repuesto la placa que contiene la información de la obra sobre el borde de la fuente, por su parte interna, tras la barandilla y enfrentada con la escultura.
Tonico Ballester empezó su aprendizaje en el taller de su padre, Antonio Ballester Aparicio. Ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos con sólo doce años, donde conoció a Francisco Carreño y Josep Renau, cuya influencia se hace visible en la mezcla de art decó y vanguardismo de su obra, así como en su compromiso político. Después de ser encarcelado e inhabilitado tras la Guerra Civil, se exilió en México. Regresó a València desde Los Ángeles (EE. UU.) en 1963.
La escultura de la polémica
La obra, donada al Ayuntamiento en 2017 y ubicada en la fuente del Mercado de Colón, desapareció a finales de enero de 2024 sin previo aviso al Servicio de Patrimonio. Un ciudadano alertó de su ausencia, lo que desencadenó un requerimiento urgente a la gerente de AUMSA, la empresa pública responsable de las obras en el mercado. Patrimonio advirtió de que, de no recibir información, trasladaría el caso a la Policía Nacional.
Según la oposición, la escultura fue retirada sin autorización, sin seguro y sin supervisión técnica. Por su parte, el Ayuntamiento justificó la retirada como una medida preventiva ante obras de mejora en la fuente. No fue hasta el 5 de febrero, y tras el aviso oficial, cuando se trasladó al Museu de la Ciutat bajo supervisión adecuada.
Finalmente, tras meses de exigencias, tanto la concejala socialista Maite Ibáñez como la hija del escultor pudieron comprobar su estado en septiembre de 2024. El mismo día de la visita, la Concejalía anunció su restitución al mismo emplazamiento original, una vez concluidas las obras.