Arte y fotografía

DENTRO DE 'DESQUICIO TURQUESA'

Daniel Muñoz convierte Gabinete de Dibujos en un garaje para hablar de su pasado

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. Donde hoy hay una galería, antes había un garaje. En la calle Literato Azorín 33, antes de entrar lienzos y esculturas, entraron coches y motos de todos los colores listos para reparar que salían como nuevos. En pleno corazón de Ruzafa la galería valenciana Gabinete de Dibujos rinde homenaje a su historia y su pasado a través de Desquicio Turquesa, una muestra site-specific del artista Daniel Muñoz que interviene el espacio expositivo para recuperar un conjunto de elementos arquitectónicos en desuso del antiguo taller de reparación de automóviles que ocupaba hace años el bajo en el que ahora se encuentra la galería.

Tal y como reza el texto de sala, este viaje al pasado sirve para celebrar la historia preexistente, recordarla y mirarla con nuevos ojos: “A través de este gesto, el artista cuestiona los materiales que nos constituyen y nuestras capacidades para construir con lo olvidado, lo residual o lo insignificante. De esta aparente carencia de signos emerge un nuevo cuerpo, denso y experiencial, que se impone en el espacio como una presencia inverosímil, impropia del lugar, aunque estrechamente vinculada a él. Un cuerpo compuesto por ocho piezas independientes que, por decisión propia, se autoagrupan”. ¿El resultado? Un colorido laberinto que se desenreda por toda la galería en el que el espectador puede conocer la historia de Gabinete de Dibujos antes de que este mismo espacio existiera.

  • -

Entre puertas azules y pintadas, Muñoz desvela que el objetivo de esta muestra no es más que contar el espacio a su manera. Una idea que surge de una conversación totalmente cotidiana con Consuelo Vento Martí y Luis Urdampilleta -capitanes de la galería- en la que hablaron sobre el pasado de la galería y sus puertas. “A través de las puertas como elemento central surge la idea de emplearlas como marco físico y conceptual para hablar de cómo era este espacio y de su simbología. Las puertas sirven también para hablar de los niveles sociales, políticos, físicos y arquitectónicos y articulan la muestra como una obra completa”.

Al igual que lo hizo la artista Lara Ruiz en su muestra Limbo, en la que convirtió Gabinete de Dibujos en un “despiece contemporáneo” para exponer los descartes de sus obras a través de tubos metálicos, Muñoz cuenta con total libertad para intervenir la galería y convertirla en su patio de juegos. “Desde la galería me dan total libertad para trabajar y me ceden todo el espacio. Al enseñarme las puertas de lo que era el garaje hubo un match instantáneo que da pie a esta exposición. También me dieron total libertad para intervenirlas como quisiera y construir mi narrativa desde estas”. Las puertas, tal y como las comprende Muñoz, se le abren para ser empleadas como cuerpo y objeto narrativo. De objeto pasa a ser obra de arte gracias a su Desquicio Turquesa. 

  • -

“La puerta se convierte en una protagonista total para hablar del mundo y de todo lo que le rodea”, destaca Muñoz, quien se apoya también en el texto generado para la muestra por Millanes Rivas, en el que se termina de componer el universo creativo de estos objetos que cuentan nuevas historias: “Los textos de Millanes tienen una carga crucial en el proyecto, sirven para hablar de cómo cada puerta habla de su propia experiencia vital, sobre cómo se desquician y cómo escapan de su propio marco”. Entre los muros de Gabinete de Dibujos, los textos de Rivas sirven como pequeña carta de presentación de estas puertas que fueron guardadas cuidadosamente por Consuelo y Luis hace cinco años.

Viajando al pasado a través del arte, Muñoz consigue recuperar la historia original de las puertas del garaje en el que está la galería mientras las dibuja y completa respetando su pasado. Con un enorme biombo azul intervenido, el artista juega con los símbolos y textos originales de las puertas para intervenirlas. “Juego a generar una poética con una parte oculta de la galería. Es como darle otra vida a algo que ha estado en un almacén mucho tiempo, desempolvar su historia para que el espectador la conozca”. 

“Las puertas ya no cumplen su función, pero al mismo tiempo se les ha dado un nuevo valor en el que sigue habiendo un movimiento”. Entre capas de pintura azul eléctrico, pinturas que parecen pegatinas y rincones abarrotados de la galería, Muñoz juega con las palabras y el recuerdo para generar Desquicio Turquesa, una muestra que también le da un valor positivo a la idea del desquicio: “Juego el desquicio como algo que se sale de su eje, es un juego de palabras gracioso para hablar de unas puertas que están ahí colocadas para generar una acción”. 

  • -

 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo