Arte y fotografía

EXPOSICIÓN

Dr. Robot Gallery compone 'El abecedario del desnudo' con una muestra colectiva

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VALÈNCIA. La galería valenciana Dr. Robot Gallery presenta El Abecedario del Desnudo -un panorama de fotografías, dibujos, pinturas, videos y grabados de artistas que abarcan más de un siglo. Las obras se disponen en un abecedario espontáneo, como imanes de nevera dispersos, formando un lenguaje vivo que habla directamente al espectador.

Esta exposición fusiona el estricto realismo académico con la experimentación onírica. Rechaza la cronología y la lógica cultural, construyendo en su lugar caminos de señales visuales, emocionales y simbólicas. A través de la mitología, la memoria personal y el simbolismo, El Abecedario del Desnudo abre una puerta tras la cual el cuerpo desnudo deja de ser una provocación para convertirse en un soplo de belleza. Estas obras no son trofeos, sino antenas que agudizan la percepción sensorial del espectador. Si el cuerpo se expone, también lo hace el alma.

La muestra desvela este peculiar abecedario junto a los siguientes artistas: Aram Haus, Inna Krauze, Josep Escuin, Wally Sanz, S. Borisov, Anastasia Saut, S. Bondarev, Costa Gorel, Pier Paolo Koss, Pasmur Rachuiko, Anna Maria Staiano, Carlos Valencia, Mad Vicious, Vita Buivid, Lovis Dengler Ostenrik, Gio Black Peter, Pakhom, Alexandr Khromov, Bulin, Tamara Pilzhunter, Mihail Chemyakin, Rustam Khamdamov, Fyodor Pavlov- Andreevich, S. Tabunov, Nicholas Efimtsev, Seva Galkin, Valery Katsuba, Danila 100% Vanila, I. Zaycev, Reload, Miss UFO, Alexandr Greenberg y Christophe Boussamba.

El acto de revelar el cuerpo siempre ha sido central en la comunicación humana. En la antigua Grecia, la emoción del amor podía expresarse en la curva de mármol de un pecho desnudo. Hoy usamos un emoji un corazón rojo. Cinco, seis, siete corazones para medir la intensidad del sentimiento. Para las civilizaciones antiguas, descubrir las rodillas, los hombros o los genitales introducía un lenguaje paralelo y universal junto al texto escrito.

Con los siglos, este lenguaje evolucionó en una vasta red de señales y símbolos visuales. La humanidad desarrolló la escritura, pero los símbolos evolucionaron más rápido. Los alfabetos de señales encontraron su lugar entre cultos religiosos, piratas, guerreros, cortesanas, comerciantes y actores. Incluso una maceta en el alféizar podía ser un mensaje. El mismo sistema subyace en la ornamentación de monedas y billetes. En otro tiempo, la moneda llevaba los cuerpos esculpidos de atletas y dioses, más tarde modestamente cubiertos. Sin embargo, incluso las mejillas infladas de un retrato siguen susurrando el lenguaje de la carne, una señal codificada dirigida a las masas.

Los artistas de esta exposición, cada uno de una época y lugar distintos, interpretan los límites de la desnudez a su manera. Crean nuevos signos, nuevos significados entrelazados, buscando un impacto sintético donde forma, emoción e intelecto convergen. Un giro de los músculos de la espalda puede evocar las cuerdas de un barco; unos dedos entrelazados, la arquitectura de Zaha Hadid. Cada vez que el espectador contempla un cuerpo revelado con valentía ante la cámara, es invitado a reflexionar sobre la osadía, la vulnerabilidad y la belleza, las fuerzas gemelas de la naturaleza que moldean a todo ser humano. En el cuerpo humano habita tanto la magia como la practicidad, y una armonía infinita de proporciones.

 

 

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