VALÈNCIA. La venus de Willendorf, los cuadros de Frida Kahlo enferma sobre su cama y los autorretratos de la fotógrafa estadounidense Francesca Woodman, que se fotografiaba siempre en blanco y negro y mostrando toda su intimidad. Todas estas piezas han sido materia de estudio en las aulas, y han animado seguramente a más mujeres a hacer lo mismo. Ahora, con una nueva generación, la artista Aina Monzó se une a este relato con moldes creados en escayola y positivados con distintos materiales. Junto a esto y un trabajo de parafina Aina crea un segundo cuerpo que ahora queda el descubierto en en Al principi va ser un gest, una muestra sobre su segunda piel que puede verse en Zape.
Con una textura aparentemente suave y brillante crea un doble de su figura en una muestra en la que reflexiona sobre la propia percepción del cuerpo y su manera de decorarlo. En el paseo se puede ver tanto el molde de su cuerpo creado en parafina como las joyas que habitan ahora su otra piel: “Es como deformarlo todo con el agua, la cera y el metal. Hablo del cuerpo y también de cómo se expresa la feminidad sobre este”.