VALÈNCIA. Tal vez una de las cosas más difíciles de capturar la historia de la movida madrileña fuera, precisamente, no ser consciente de la magnitud de la movida madrileña. Estar entre bares, salas de conciertos y garitos sin saber la relevancia que tendría este movimiento cultural en España: en su imagen, en su música y en su gente. Con tan solo dieciocho años el periodista musical y escritor Rafa Cervera se introdujo de pleno en la historia de este movimiento armado tan solo de una cámara y una grabadora, para capturar las historias que formarían parte del fanzine cultural Estricnina, en el que en el año 1982 entrevistó a artistas como Almodóvar o Ana Curra que se codeaban con bandas como Radio Futura y Dinarama antes de que llegara Alaska.
Los retratos que ilustraban estas entrevistas se exponen ahora en la librería Ramon Llull, a partir del sábado 8 de noviembre, gracias a la muestra de fotografía Enamorados de la moda juvenil. Las fotos de Estricnina en la que Cervera rescata algunas de las fotografías que, vistas desde el presente, cuentan una parte importante de la historia cultural de España. Para Cervera, el ingrediente clave en estos retratos, que buscan los espacios cotidianos, reside precisamente en la naturalidad con la que se tomaron las fotografías de Estricnina. Surgían a través de conversaciones con sus ídolos y desde la admiración de un joven periodista adolescente.
Ahora, más de cuarenta años después, Cervera ve que en un mundo en el que estamos sobresaturados de imágenes, estas fotografías hablan de las personas, del lugar y del momento: “Ayudan a ver desde el presente como era la movida madrileña, a ver cómo eran estos perfiles sin el auge de las redes sociales y sin la sobreexposición que hay ahora. Para mí contactar con estos perfiles era un éxito personal porque me encantaba poder conocerles y hablar con ellos, pero muchos de estos perfiles no eran tan famosos como ahora”, explica Cervera.
Sin esa presión y con la admiración de Cervera tras el objetivo, Nacho Canut, Carlos Berlanga y otros se dejaban fotografiar sin saber que esas imágenes destinadas a un fanzine acabarían contando parte de la historia de los años 80. Ahora, a modo de diario personal, la librería valenciana Ramon Llull construye un baúl de los recuerdos que se cuenta entre paredes blancas y muchos libros. “Yo no tenía constancia de estar haciendo nada más que lo que me gustaba, y de estar contando las cosas que quería contar. Cuando pasan cuarenta años te das cuenta de que eso que hiciste ha cobrado una importancia clave porque son personajes que pertenecen a un momento y una época que forma parte de la historia”.

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- Foto: RAFA CERVERA
“Resulta que de casualidad yo tengo unas pequeñas imágenes que sirven como testimonio documental de lo que fue la movida, unos documentos que tienen de especial que no están hechos por un fotógrafo profesional”. Es por ello que hay muchas imágenes clave, pero desenfocadas, que no pasan el corte para llegar a Enamorados de la moda juvenil. Las fotos de Estricnina, pero que siguen capturando a los “famosos de la época” totalmente relajados, tranquilos y abiertos a conversar con Cervera. Para él esta actitud es la clave y la que dota a la muestra de una calidad artística única que puede cautivar al espectador.
“Creo que el ingrediente secreto es que las imágenes tienen mucha complicidad, se ve que los artistas a los que retrato están relajados y cómodos, las entrevistas generan un espacio en el que estas imágenes se toman con mucha espontaneidad”. Tanto es así que el valor de las fotografías se la ha atribuido cuarenta años después de tomarlas, al mirarlas desde el presente y juntarse con quienes creían en ellas. De hecho, la exposición es posible gracias al trabajo de restauración de Alejandro Amat, que supo ver que en esos negativos que le enseñó Cervera este verano “había algo que rescatar”.
“Cuando veo las imágenes restauradas y enmarcadas me doy cuenta de su importancia, de que la gente tiene ganas de verlas y compartirlas”, explica Cervera. Entre los marcos hay historias de todo tipo que, tal vez, Cervera pueda desvelar el día dela inauguración a algún curioso. Por aquí una que le hizo especial ilusión, y que le ha dado una de las series de fotografías que recuerda con más cariño: “Cuando entrevistamos a Ana Curra en su casa nos atendió mientras se maquillaba y se hacía el pelo, se dejó capturar así al natural y quiso posar de forma divertida”. O las de los posados de Almodóvar en mitad de la calle, que posaba también despreocupado y dejándose querer por los flashes de Cervera, quien consiguió capturar la movida mientras la vivía, generando un relato documental único e imprescindible que no se podría contar sin su admiración y su destreza.

- Ana Curra posa en su casa -
- Foto: RAFA CERVERA