VALÈNCIA. La galería de arte contemporáneo Shiras presenta este jueves 27 de marzo, a las 19 horas, sus dos nuevas propuestas expositivas. Por un lado, la Sala Principal acogerá la muestra ¿Qué mundo es este?, una nueva exposición individual del artista Enrique Zabala (València, 1966), que permitirá al espectador adentrarse en su hiperrealismo.
¿Qué mundo es este? reúne obras recientes en las que el artista valenciano aborda con precisión técnica temas referentes a las dinámicas sociales de la contemporaneidad a través de la cultura americana, donde la contradicción se hace evidente, explican desde la galería. Dividida en dos series pictóricas diferenciadas pero complementarias, ¿Qué mundo es este? y Dust, se establece un diálogo visual entre la realidad urbana de Nueva York y los paisajes desérticos y marginales de Las Vegas y su entorno.
En la serie principal, que da título a la exposición, Zabala explora las paradójicas tensiones urbanas a través de escenas realistas basadas en fotografías tomadas por él mismo en diferentes momentos y lugares de Nueva York, apelando a cómo el lujo y la exclusividad comparten espacios con realidades antitéticas. La segunda serie, titulada Dust, supone un cambio de escenario y tono, trasladándonos a paisajes periféricos y abandonados de Las Vegas. Inspirada directamente en fragmentos del relato de Sam Shepard, el artista valenciano profundiza en la vulnerabilidad existencial que se esconde tras la artificialidad del sueño americano.
De esta manera, los escenarios que Enrique Zabala nos presenta nos invitan a reflexionar sobre las paradojas implícitas en la sociedad contemporánea. En lugar de ofrecer respuestas definitivas, plantea preguntas abiertas que nos incitan a repensar nuestra relación con el mundo, las tensiones sociales que lo atraviesan y la fragilidad de nuestra existencia.
Miguel Bañuls y la escultura
Mientras tanto, en el Espacio Refugio se presenta una selección de obras escultóricas que conforman A pesar de la forma, un proyecto inédito del artista Miguel Bañuls (Madrid, 1969). Su propuesta artística se centra en un enfoque profundo y simbólico de la escultura, donde el acto de doblar o curvar planos simples se convierte en un proceso cargado de significado. Al partir de un patrón básico y realizar modificaciones mínimas, el artista busca desafiar las formas convencionales y explorar las múltiples posibilidades expresivas de la escultura, consiguiendo que una misma forma parezca transformarse ante los ojos del espectador al ser presentada desde distintos ángulos.
A través de este proceso, no solo reflexiona sobre la esencia misma del medio y revisita los patrones clásicos de la escultura, sino que también abre nuevas puertas a la percepción visual y se adentra en la reflexión sobre la negación de lo absoluto. Así, el perspectivismo de la filosofía orteguiana se hace presente en este trabajo donde aquello que vemos cambia con el punto de vista, análogamente a como sucede en los seres humanos, que, desde su propia circunstancia, se acercan a la realidad desde una dirección vital personal.
Además, con su propuesta de exposición, Bañuls crea un espacio íntimo y evocador, donde la sala oscura, iluminada por un punto de luz sobre cada pieza, contribuye a generar una atmósfera única en la que las esculturas no solo se aprecian físicamente, sino que también invitan a la reflexión sobre la percepción, el cambio y la relación entre el espectador y la obra. A través de esta instalación, el artista busca ofrecer una experiencia multisensorial, invitando al visitante a cuestionar sus propias percepciones y a reflexionar sobre la resignificación constante que caracteriza tanto a las formas artísticas como a la vida cotidiana.