VALÈNCIA. Superdotado técnico. El mejor pintor del siglo XVI en España. Un misterio. Estos son algunos de los apellidos que acompañan al valenciano Joan de Joanes, uno de los mayores representantes del Renacimiento español, apellidos que dan forma a un relato que todavía tiene muchas piezas por ordenar. “Con Joan de Joanes se da una situación particular. Creo que los valencianos lo reconocen en sus iconos, pero no se conoce en profundidad al pintor”. Para poner remedio a estas lagunas, el Museu de Belles Arts de València ha desplegado sus fondos en una nueva sala monográfica, un espacio que se enmarca en la reordenación del discurso del museo -impulsada desde el año 2022- y que llega ahora para saldar una “deuda histórica” con el autor.
Estos entrecomillados los firma el director de la pinacoteca, Pablo González Tornel, quien presentó el nuevo espacio este martes acompañado por la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, un proyecto que no llega ni tarde ni pronto, sino cuándo el museo ha contado con el “músculo” suficiente para poderlo llevar a cabo. Las adquisiciones realizadas bajo la dirección de José Ignacio Casar Pinazo o la compra de la Colección Lladró, que sumó al patrimonio de la Generalitat piezas tan destacadas como la bella Sagrada familia con san Juan Bautista niño, han terminado de completar una colección que ahora cuenta con un total de 24 piezas, de las cuales se presentan al público una veintena. “Esta sala era una deuda que no se podía haber cumplido hasta ahora que contamos con suficiente material”, señaló González Tornel.
A través de estas pinturas el museo da el lugar que bien merece el pintor dentro del relato del centro, con un recorrido que da cuenta tanto de la evolución de su obra como de su contexto, el de un pintor que supo evolucionar desde el estilo de su padre, Vicent Macip, hacia un depurado clasicismo con una sólida base intelectual, gracias al contacto con la obra de Paolo de San Leocadio o los Hernandos. Joanes, además, no fue ajeno a la convulsa época que atravesó el Reino de València durante el siglo XVI. En contacto con santo Tomás de Villanueva y, sobre todo, con Juan Bautista Agnesio, sus pinturas están impregnadas de la reacción católica a la Reforma protestante y del enfrentamiento étnico-confesional entre cristianos y moriscos.

“Es un pintor que nunca ha entendido nadie en su totalidad”, reflexionó el director del museo durante la presentación, una curiosidad que sigue generando por el hecho de que sea “técnicamente perfecto”, un “superdotado técnico”, en palabras de González Tornel, así como por la falta de pruebas de que el pintor viajara a Italia, aunque si bien su pintura influyó de manera marcada en la producción del valenciano. "El segundo de la saga de los Macip merece ser una de las señas de identidad del Bellas Artes de València. Joanes, Ribera, Ribalta o Sorolla hacen que la historia del arte en València brille con luz propia".
Las obras presentadas abarcan desde los años 30 del siglo XVI, con piezas que reflejan la admiración de Joanes por lo flamenco, como es el caso de la Calavera (Memento mori), hasta obras de madurez realizadas a finales de los 70, poco antes de su muerte en 1579, como son las pinturas realizadas para el retablo de la capilla de la Virgen de Gracia en el convento de San Agustín de València. Otra de las piezas destacadas en el recorrido es el sugerente San Sebastián concebido por Joanes como panel central de un retablo dedicado a este santo en la cartuja de Valldecrist, en la que el santo se muestra atado a un árbol con las saetas sobre su cuerpo, un retablo del que se presentan otras piezas aunque no completo, pues algunas de ellas pertenecen a los fondos del Museu Nacional d´Art de Catalunya (MNAC).
El museo recupera el ‘Retablo de los Reyes’ del Maestro de Perea

El movimiento de obras realizado para la confección de la nueva sala dedicada a Joan de Joanes ha tenido un eco en el resto del museo, concretamente en una Sala de Retablos que, diecisiete años después, vuelve a mostrar a los visitantes el impresionante Retablo de los Reyes del bautizado como Maestro de Perea, “una de las joyas de la pintura gótica” del museo. La pieza se vuelve a mostrar, junto a una serie de obras de la transición entre el Gótico y el Renacimiento de autores como el Maestro de Artés, tras su restauración integral a cargo del Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i).
Realizado con posterioridad a 1491, el Retablo de los Reyes fue realizado por un anónimo pintor activo entre 1490 y 1510 que marca la transición de la pintura hispanoflamenca de tradición gótica al primer renacimiento en València. El desconocido autor fue bautizado con el nombre convencional de ‘Maestro de Perea’ a partir del apellido de Pedro de Perea, trinchante del rey Fernando el Católico y en cuya memoria encargó este retablo su viuda Violante de Santa Pau, siendo él mismo retratado en una de las escenas.
Este retablo, de “una riqueza espectacular”, es singular por la disposición de sus escenas principales en dos grandes tablas horizontales con la ‘Adoración de los Reyes’, abajo, y la ‘Aparición de Cristo Resucitado a la Virgen acompañado de los Padres del Limbo’, arriba, un retablo que procede de la capilla de los Reyes del antiguo convento de Santo Domingo de València, e ingresó en el museo con la desamortización del siglo XIX.