VALÈNCIA. El siempre cambiante circuito de galerías de arte de València vive este curso uno de sus giros más significativos. Tras cumplir medio siglo de vida, Galería Punto ha cerrado sus puertas. Aunque el titular va más allá. Lo que podría parecer una desaparición del proyecto es, en realidad, una evolución. El proyecto, levantado por la familia Agraït, cambiaba de manos hace pocos años, poniéndose Jorge López al frente del mismo e iniciando una nueva etapa que también tuvo su eco en la programación de la sala. Sin embargo, el nuevo rumbo acabó echando suficientes raíces como para que se hablara de un proyecto distinto que ahora se materializa con la desaparición de la marca Punto, que da paso a Galería Jorge López.

El cambio, tal y como avanzó este diario, también pasa por la apertura de una nueva sede que abrirá sus puertas esta misma semana. Será mañana jueves cuando Jorge López suba la persiana por primera vez de su espacio, ubicado en el número 26 de la calle Padre Jofre, en el entorno del MuVIM y frente a The Liminal, con la primera exposición en València del artista argentino Matías Ercole. El creador levanta el velo de Monumento, un proyecto ideado específicamente para el espacio y que reúne numerosas piezas en tinta y cera sobre papel entelado que buscan convivir –o, incluso, competir- con la propia sala.

“En la obra de Matías hay un discurso totalmente cerrado hacia la abstracción y el gesto, un discurso que nos guía entre la oscuridad y la luz que nos llevan a viajes que rememoran obras renacentistas o barrocas”, explica el galerista Jorge López. El paisaje es la iconografía central en la cual discurren sus investigaciones, unos paisajes en los que la luz es clave. Así, el trabajo de Ercole, tal y como explican desde la galería, se asienta sobre la certeza de que el dibujo es capaz de hacer visible lo invisible y, en sus últimas obras, se centra en el estudio de un personaje: la luz como eje de su sistema, una luz a la que se aproxima desde el punto de vista técnico, físico y poético.