VALÈNCIA. Hace diez años, Alena Kurmasheva y su marido, Dmitrii Vetrov, tuvieron un sueño: comprender el arte contemporáneo desde una mirada emergente. Crear un espacio para que estas obras se encontraran, se abrazaran y dialogaran a través de muestras colectivas. Siguiendo esta idea fundaron, en el año 2014, Osnova Gallery, un espacio de arte “joven y dinámico” que sirve para ofrecer una plataforma vital para artistas emergentes de todo el mundo. Con el objetivo de “traer nuevos artistas a la vanguardia de la escena del arte contemporáneo” plantaron la primera semilla de este proyecto en Moscú, donde ha estado floreciendo hasta el año pasado, en el que decidieron encontrar un nuevo espacio para el proyecto.

El lugar elegido ha sido València, en pleno corazón de Ruzafa -en la calle Clero 18- y con una muestra colectiva que cuenta con once nombres de artistas emergentes que reflexionan sobre lo que significa un susurro en el arte con Whispers in My Ear. Entre lienzos y bustos, Alena Kurmasheva explica algunos de los objetivos de la galería, que por fin ha encontrado un nuevo hogar a orillas del mediterráneo. Recién instalado el proyecto en la ciudad reflexiona sobre la escena artística que les rodea en “una ciudad muy interesante para los nuevos talentos”.

“Nos decidimos por València para hacer brotar el arte en esta ciudad que nos sirve como puente creativo. Desde Osnova Gallery miramos hacia una ciudad que está activa en el mercado internacional a través de ferias de arte y proyectos creativos, estamos investigando cómo funciona la escena artística que existe aquí y haciendo crecer el concepto con el que llevamos trabajando todos estos años”, explica Kurmasheva sobre esta mudanza artística. Para estrenarse se centran en interpretar los suspiros y los susurros a través de la mirada de Andrei Pokrovskii, Margo Trushina, Henning Strassburger, Raúl Díaz Reyes, Yulia Iosilzon, Cato Løland, Zsofia Antalka, Martina Cinotti, Yeşim Akdeniz, Maya Hottarek y Zhenlin Zhang con una muestra colectiva que les sirve para hablar de nuevas formas de mirar al arte cara a cara desde los ojos de los más jóvenes.

Lo hacen siempre “fichando” a artistas emergentes que consideran diamantes en bruto y con una muestra que les sirve como carta de presentación ante la ciudad. “Whispers in My Ear nos sirve para presentar a nuestros artistas jóvenes en la ciudad, y para fusionar sus ideas y sus prácticas. El nombre de la muestra también nos sirve para presentarnos ante la ciudad que nos acoge como personas que están trabajando en dar alas a este proyecto”, destaca la galerista. Entre textiles, esculturas, cianotipias y algunos lienzos encuentran una exposición que les sirve también para atraer a posibles artistas valencianos.

“Queremos también que otros galeristas y artistas valencianos se acerquen a nosotros y nos conozcan. Nos interesa crecer en la ciudad y conocer nuevos nombres como los que vimos en la presentación de Miss Espacial de Pluto y Pam! Pam! en el Centre del Carme. Estas muestras nos sirven para adentrarnos en el arte valenciano, para tomar apuntes, porque la mejor manera de conocer una ciudad es yendo a sus exposiciones”. 

Bajo esta premisa, Kurmasheva invita a que el público valenciano -artistas, comisarios, ciudadanos y curiosos- se acerquen a Ruzafa para poner cara a los creadores tras Osnova Gallery, que están a la búsqueda de nuevos perfiles jóvenes para sus próximas muestras y para convertirse en los vecinos del barrio que han transformado un bajo en un hogar para el arte emergente, ese que empieza a caminar con mucha endereza. Lo hace también con el objetivo de trasladar las intenciones que se mantienen desde hace más de diez años de crear una galería que sirva como hogar para los nuevos proyectos.