VALÈNCIA. Rezan las primeras palabras de la primera acepción de la palabra pólvora que es una “mezcla explosiva de distintas composiciones”. Bien, pues acaba de salir a la luz POLVORA (sin tilde y en mayúsculas), un nuevo proyecto colectivo, un grupo de amigos dicen ellos, que es en realidad una nueva editorial de libros de fotografía. Tras una década pensando la fotografía en común, se han decidido a dar el paso y fundar una plataforma que quiere ser también, un : “Estamos acostumbrados a ayudarnos, a compartir procesos, y surgió esta idea de montar una editorial humilde que pudiera dar cabida a proyectos que son inéditos, a veces por falta de dinero o visibilidad, no han tenido posibilidad de materializarse”.
La línea editorial va a ser, precisamente, intentar no tenerla: “queremos ser generosos y tener amplitud de miras”, es decir, no marcar estilísticamente nada, sino ser “diversos, transversales e intergeneracionales”. No renuncian, eso sí, a entender la imagen como herramienta política; sin embargo, entendiendo que “todo es política”: “lo emocional, el archivo, el estudio geográfico-territorial… Todo eso está en nuestra editorial”. En definitiva: “Hay una búsqueda porque la fotografía sea útil”.