VALÈNCIA. En el año 1994, siendo skater y junto a sus amigos Hope y Gons y su hermano Xelon, comenzó a firmar en la calle con rotuladores, aunque más tarde pasarían a ‘armarse’ de sprays. Fue dos décadas después cuando realizó su primera exposición internacional, en la galería Varsi de Roma, y tres años más tarde, en 2018, se alió con la marca de lujo Bulgari para realizar un gran mural en el Stadio dei Marmi de la capital italiana. Estos datos no corresponden a la misma persona -por orden de mención: a Deih, Dulk y el dúo Pichiavo- aunque juntos componen una misma historia: la del arte urbano valenciano.

Ellos tres -y otro buen puñado de creadores valencianos o radicados en la ciudad- son los componen la biografía plural del arte callejero local, un relato que se ha ido contando de manera oral o ha quedado históricamente en los márgenes, en gran medida por la dificultad con la que el grafiti ha entrado en el sistema -y mercado- del arte. El escenario hoy es bien distinto y sus protagonistas dibujan tanto en muros de la calle como en instituciones de todo el mundo, con varias sus obras formando parte de grandes colecciones de arte, un escenario que también se cuenta en primera persona. 

Con este objetivo, el de ordenar el relato del arte urbano valenciano y reivindicarse como parte de la Historia del Arte, inauguró el Centre del Carme el pasado mes de julio la exposición Principios, una muestra comisariada por Vinz Feel Free que, además de contar con las intervenciones de algunas de las principales firmas de este arte, se configuró desde un prisma documental, con la intención de contar quiénes son aquellos creadores cuyos dibujos dan forma a los muros de la ciudad. 

Es precisamente por este punto de partida que la exposición solo tenía sentido si esa información quedaba registrada, un relato que se vuelca ahora en un catálogo que constituye “la primera publicación sobre la historia del arte urbano en València”. Así lo expresan desde el centro cultural, donde este mismo viernes 24 de octubre se presentará el volumen, como despedida, además, de la exposición, abierta hasta el domingo. 

El libro recoge los grandes hitos en la trayectoria de diez de los artistas que han formado parte de esta ‘generación del spray’, una historia que sitúa su punto de partida a mediados de los 90, con los primeros trabajos de Pichiavo, Deih y Xelon pasando por las intervenciones de David de Limón, Julieta XLF, Dulk y Barbiturikills hasta los inicios de Hyuro, Vinz Feel Free y Cachetejack, a comienzos de los 2000.

“Se trata de una de las generaciones de artistas urbanos más internacional, fraguada en València y pionera de este movimiento a comienzos del nuevo milenio”, subrayan desde el Centre del Carme. No en vano, sus creaciones, que forman parte hoy día del paisaje urbano de la ciudad, se pueden ver también en algunos de los muros icónicos de otras ciudades del mundo como el Houston-Bowery Wall de Nueva York, con obra de Pichiavo.

De los hitos internacionales a los locales, de lo grande a lo pequeño y de lo político a lo íntimo, la exposición teje una historia en la que contar quiénes son estas figuras del arte urbano en el pilar central, trazando una línea temporal a través de tres décadas que se detiene de manera muy especial en la obra de Tamara Djurovic, conocida por su seudónimo Hyuro, fallecida en 2020 y a la que la muestra rinde también homenaje.

De esta forma, la muestra refleja los inicios callejeros de casi todos los participantes y sus inquietudes sociales y políticas, con mensajes por la libertad de Palestina o contra la violencia de género, así como un proceso de profesionalización de la mano de instituciones artísticas como museos o galerías pero también de una red de festivales que han sido clave en su difusión. También, claro, de las marcas y la publicidad, grandes aliados de muchas de las firmas participantes, con proyectos de alcance global como el de Cachetjack para Burger King, por ejemplo. 2025 supone el final, aunque es un punto y seguido.