VALÈNCIA. Que la Historia no es una disciplina objetiva parece ser un consenso general. Se puede -se debe- acercar a la imparcialidad, pero no lo es. Prueba de ello es el hecho de que, muy especialmente en los últimos años, se esté poniendo el foco en aquellos relatos que históricamente han quedado en los márgenes y de los que, en muchos casos, apenas queda un eco. En este sentido, la Historia del Arte no es una excepción, con un relato hegemónico que se tiene que completar necesariamente con no pocos flecos que batallan por entrar en un gran libro oficial que debe hacer hueco a más nombres y disciplinas. Entre ellas, la del arte callejero, el arte efímero, el arte urbano.
El grafiti y los murales, por su propia naturaleza, ha quedado -con honrosas excepciones- fuera del sistema y, por tanto, del registro oficial, de una Historia del Arte cuyos protagonistas ahora reivindican su espacio en ella. “Debemos cuidar este patrimonio artístico y personal”. Estas palabras las firma el artista y comisario Vinz Feel Free, encargado de abrir las puertas de Principios, una exposición que pone en valor en el Centre del Carme la trayectoria de un buen puñado de artistas urbanos que operan desde València, una generación que ha conquistado la escena nacional e internacional, sumando numerosos reconocimientos, pero que todavía tiene esa cuenta pendiente, la de ser asumidos por un circuito artístico que no les es ajeno pero tampoco familiar.

La obtención del León de Oro en el Festival de Cannes de Cachetejack por su trabajo de rebranding para la marca Burger King, la designación de Dulk como embajador de National Geographic o el trabajo de Pichiavo que lograron pintar en uno de los murales más icónicos de Nueva York, en el Houston-Bowery Wall, son algunos de los puntos de partida de un proyecto que se plantea como una “macroexposición documental”, un recorrido que repasa la trayectoria de una decena de creadores a través de obra original, de una serie de murales hechos ex profeso para la muestra -y que se eliminarán con su cierre- y una cronología que recoge la carrera e hitos de cada uno de los artistas participantes.
Es por ello que el valor de esta suerte de ‘Wikipedia’ ilustrada del arte urbano valenciano radica tanto en su configuración como aparato expositivo como en el hecho de que se pueda convertir en material de consulta a futuro, siendo la recopilación de información y los testimonios de los protagonistas el núcleo central de una muestra que quiere poner fácil la investigación a los futuros -o presentes- historiadores del arte, ofreciendo pinceladas y claves sobre aquello qué se ha cocido en la ciudad en los últimos treinta años y que forma parte indiscutible del panorama artístico de la València de finales del siglo XX y principios del XXI.

“València ha sido cuna de artistas urbanos en los primeros años de la globalización, desde finales de los 90 y a principios del milenio, constituyéndose como una de las generaciones más consolidadas e internacionales que han marcado el camino del arte urbano actual”, explicó Vinz durante su intervención, en la que destacó que con su entrada en la institución museística “dotamos al arte urbano de una dignidad que hace que sea objeto de estudio”. “Aquí [en el Centre del Carme] se formaron los más grandes, Sorolla, Benlliure o Pinazo”, subrayó por su parte el gerente del Consorci de Museus, Nicolás Bugeda, quien destacó a continuación a esta “generación pionera” como una evolución natural de esa escena creativa valenciana que sigue ocupando los muros del centro cultural.
Cada muro de la Sala Carlos Pérez, donde se ubica Principios, resume la trayectoria de cada uno de los diez artistas seleccionados a través de una línea temporal, una selección que cuenta de manera muy especial con la obra de Tamara Djurovic, conocida por su seudónimo Hyuro, fallecida en 2020 y a la que la muestra rinde también homenaje. Sin un hilo conductor más que la voluntad de contar su trayectoria, la exposición se salpica por los intereses, obsesiones y deseos de cada una de las firmas, a través de temáticas que van de los plural a lo particular, de lo colectivo a lo íntimo.

“Esta exposición hace referencia tanto a los inicios de artistas valencianos, de nacimiento o adopción, pero también a los valores, como el pacifismo en la obra de Julieta XLF, el feminismo con Cachetejack o la diversidad sexual en mí mismo”, relató Vinz Feel Free durante la presentación a medios de la exposición. En este sentido, si bien el recorrido no se plantea como una fotografía de presente, en los murales realizados para la muestra sí hay miradas a la actualidad, con algunos mensajes latentes como “Stop Genocide” que mira al horror en Gaza. “Es importante no mirar hacia otro lado. Mi trabajo es un grito por la libertad y la justicia”, destacó Julieta XLF.
Las conexiones entre la ciencia ficción y la vertiente más íntima que plantean firmas como Deih o Xelon conviven con los característicos animales de Barbiturikills, que aquí protagonizan versiones de El Mago de Oz o Las señoritas de Avignon. La mirada a la ecología desde la fantasía de Dulk o los populares personajes de David de Limón, que copan los muros de toda la ciudad, conquistan ahora los muros de un Centre del Carme que también recuperan al dúo Pichiavo, que apuesta todo al grafiti, que han hecho convivir durante toda su trayectoria con las referencias al arte clásico.