VALÈNCIA. Dice el refranero popular que “no hay mal que por bien no venga”, y que “después de la lluvia sale el sol”. Dos frases que podrían estar perfectamente en el reverso de un sobrecito de azúcar y que ayudan a ver la vida con otra filosofía. En el arte, un error, muchas veces puede ser la excusa para generar un nuevo espacio, para empezar de cero… o sencillamente para divertirse. Abrazando todas estas ideas: la del error, el absurdo, el azar y las contradicciones, la galería valenciana Tuesday to Friday abre las puertas de su nueva exposición colectiva: Sometimes Maybe Good, Sometimes Maybe Shit, que se podría entender más bien como “al mal tiempo, buena cara”.

La muestra sitúa al espectador en un espacio de incertidumbre y contradicción, en el que Charline Tyberghein, Edu Carrillo, Fermín Jiménez Landa, Jan Monclús, Josep Maynou y Liam Fallon experimentan sin normas. Llamados a inspirarse sobre las contradicciones de la vida, exploran en su obra todos esos “síes y noes” que caben entre las salas de la galería. Para Maynou este espacio estaba ya pintado en sus tablas de cortar, sobre las que genera su pieza Chopping Chuletas, y que le vienen “al palo” para hablar sobre el concepto que el galerista, Vicente Torres, les plantea.

“Es una pieza que habla sobre la customización y sobre una idea muy visceral de apuntar lo que pienso en cualquier soporte. Me inspiro para grabar algunas ideas sobre las tablas de cortar generando una especie de feed de Instagram que se convierte en mi diario, y que recuerda más bien a los cien mandamientos. Me gusta trabajar con materiales domésticos y elevarlos a través del arte”, explica el artista, quien juega dentro de Tuesday to Friday a exponer su narrativa entre las tablas en un orden nuevo a cuando las genera. “Es un arte casi rupestre que habla de quienes somos y me sirve para jugar a dibujar ideas conjuntas con quienes me rodean”.

Con esta pieza no hace otra cosa que divertirse, uno de los objetivos de Torres para esta colectiva en la que seis artistas buscan su lugar en la “falta de normas” para generar algo que se salga de lo común o de los circuitos más cerrados. Al igual que pasa con la pieza de Maynou su compañero Carrillo se atreve a mostrar un cuadro que se podría entender casi como una suerte de viñeta, en la que una “cabecita” asoma de lo que parecen unas enormes sábanas blancas para tocar un enorme poste de madera y así, tal vez, invocar a la suerte a través del lienzo. 

“Me gusta la idea de tocar lo humano, de leer los espacios tal y como nos interesa y hacerlo desde diferentes disciplinas que conviven en el mundo del arte. Es un concepto con mucha pluralidad y buscamos un espacio en el que podemos hablar sobre lo que nos contradice y a la vez nos interesa”, destaca Carrillo sobre su obra. Con esta aprovecha para hablar del “trabajo, la pereza, el descanso y las obligaciones” mientras lo cuenta a través de un pequeño y gracioso monigote que convive perfectamente con las piezas de Tyberghein, Jiménez Landa, Monclús, Fallon y Carrillo. Lo hace dando alas a un proceso artístico y mental en el que caben todo tipo de “peculiaridades”.

También lo hace desde un lugar en el que se permite divertirse y donde puede dar “la vuelta a ideas que no están relacionadas” porque el arte para él tiene que ser más como el “callejón que sigue a una calle principal”, y en el que, en su caso, se esconden las ideas. Un espacio que para Maynou ya estaba trazado, pero que cobra un nuevo significado gracias a Sometimes Maybe Good, Sometimes Maybe Shit, una muestra en la que cada artista plantea el humor a su manera mientras cada artista tiene su “peculiar manera de comunicarse” y trabajan bajo el mismo paraguas aunque a su manera, porque “para gustos, colores”.