VALÈNCIA. Las posibilidades de conocimiento que nos brindan las redes son inmensas e inabarcables. El problema es ordenar esa información, discriminar entre lo riguroso y lo que no es tanto, y en hacer la búsqueda más atinada posible para intentar apartar la hojarasca que nos impide llegar a aquello que buscamos. Quienes nos dedicamos a investigar nos encontramos con las más diversas dificultades. Por otro lado, y empleando la socorrida expresión “sin salir de la habitación”, el paradigma virtual y su realidad paralela-una contradicción en sus términos, pues realidad sólo hay una- nos brinda la posibilidad del simulacro de la presencia a través de escenarios virtuales. Los dispositivos de realidad virtual todavía harán más fetén el trampantojo… aunque haya quienes pensemos que nunca será lo mismo. Las consecuencias, eso sí, son poco previsibles.
Aunque parezca absurdo, las webs de las grandes instituciones museísticas se convierten en ocasiones en sus más feroces competidoras al pretender introducirnos en lo más parecido que hay a una visita física del museo, sin grupos de escolares molestos y sin tener que abonar la entrada. Además, el ojo se convierte en lupa y nuestra visión del cuadro puede ir más allá del cordón de seguridad. Una estrategia publicitaria que aprovecha al máximo el poder de la tecnología y que me hace reflexionar a menudo sobre si se están haciendo bien las cosas pensando no tanto en el corto plazo sino más en el medio y largo. En poco tiempo, si es que no puede hacerse ya, recorreremos las salas de las principales pinacotecas por medio de la realidad virtual. Es decir, ya tenemos aquí el gran spoiler del arte. Un avance cada día más fiel de la visita que algún día hagamos a ese edificio y a la colección que alberga. La cuestión es ampliable a ciudades históricas y su callejero. Es posible que no visite nunca Yakarta, así que no tengo problema en cualquier día hacer un paseo virtual por sus calles. Sin embargo, agradezco el hecho de, en su día, haber visto pocas fotografías del interior del Panteón de Roma antes de empequeñecerme bajo su increíble cúpula, entre otras razones porque no existía internet. Una experiencia sobrecogedora que me pregunto si habría sido de la misma intensidad de haber antes explorado la red a la búsqueda de las mejores instantáneas panorámicas, vídeos y sitios que te ofrecen una visita virtual al grandioso monumento. Lo dudo.
Dicho esto, mi consejo es que, si tienen previsto próximamente visitar un lugar de estos, no se hagan trampa y acudan a la red lo menos posible. Déjense sorprender por la realidad. De lo contrario la novedad se diluye en imágenes virtuales que ya ha retenido retiene nuestro cerebro con lo que la visita se convierte en un chequeo del archivo visual que habita en nuestra mente. En mi opinión las webs de los museos deberían ser completas, ágiles y de calidad visual, pero pretender sustituir la visita real tiene sus riesgos. Las páginas deben ser un instrumento para informar e investigar, aspirando a hacer constar el catálogo completo de la colección con fotografías de alta resolución, lo que, como veremos no sucede en muchas ocasiones.
El recorrido por las webs de los principales museos valencianos es un tanto desolador, lo que no deja de ser reflejo de un sistema de museos asignaturas todavía pendientes y con notables carencias, que se arrastran de hace muchos años y que me temo que tardarán en solucionarse. La web del Museo de Bellas Artes de Valencia hoy en día poco menos que una incógnita puesto que de una página poco presentable hace años ha pasado a estar en “construcción”, al menos en lo que respecta a la consulta de fondos pictóricos. Formalmente se encuentra “ligada” a la de la Generalitat Valenciana lo cual es algo que no acabo de entender (los museos de cierto prestigio suelen tener una web independiente), con un formato visual muy poco atractivo, e inútil para la investigación a día de hoy, puesto que no ofrece la posibilidad de que sepamos si el museo dispone de obra de un artista determinado. La comparación con por ejemplo la fabulosa web del Museo de Bellas Artes de Bilbao es sonrojante.
Con la página del Museo Nacional de Cerámica, sucede algo parecido que con la del Museo de Bellas Artes: en realidad está dentro del sistema informático del Ministerio de Cultura, titular del museo, y por tanto no dispone tampoco de una web independiente. La estética es bastante deplorable con una letra diminuta y muy poco atractiva. La visualidad es propia de una web de hace quince años. La-desesperante- búsqueda de piezas del catálogo se realiza a través del sistema DOMUS que es empleado para la búsqueda en museos estatales de toda España. Dudo mucho, además, que se encuentre catalogada la totalidad de piezas del museo ya que, por ejemplo, con los términos de búsqueda “azulejo heráldico” por poner un ejemplo, tan sólo aparecen una veintena de piezas cuando dispone de muchas más de esas características.
En cuanto a la Web del Instituto Valenciano de Arte Moderno, la cosa cambia algo. Como positivo tenemos que se trata de una web solamente del IVAM, es rápida y tiene el catálogo completo publicado y es interesante el motor de búsqueda de los extensos fondos de la biblioteca. Pero como todo no podía ser perfecto, no contiene imágenes de buena parte de las obras, y en otras ocasiones al escribir por ejemplo “Antonio Saura” me dice que “no s'han trobat resultats”, al menos la última vez que he intentado navegar por el catálogo. Muy al contrario sucede, por ejemplo, con la web del Reina Sofía en la que se nos dice que hay catalogadas unas 8000 obras con sus imágenes y todas están fotografiadas.
Sin comentarios sobre la lamentable “no-web” del Museo de la Ciudad, y sin embargo, una buena web es la del Consorcio de Museos de la Generalitat Valenciana por la información de que dispone, por la facilidad de navegación y por una interface moderna y acorde con los tiempos que corren. También es una web a la altura la de Bombas Gens o la de la Fundación Chirivella Soriano, que ofrece una visita virtual al edificio. Finalmente, la del Colegio del Arte Mayor de la Seda se trata de una web elegante, sencilla, muy gráfica pero rápida, y más que suficiente para preparar una visita al edificio.