VALÈNCIA. Ir al supermercado en coche volador, tener una segunda vivienda en la luna o vivir vigilados por el Gran Hermano que todo lo ve. Las visiones sobre el futuro soñadas en el siglo XX, con el año 2000 -o 2001- como punto de inflexión, son muchas. Algunas más acertadas, otras no tanto. Pero, más allá de profecías, lo cierto es que el presente se muestra bien distinto al imaginado hace 50 o 60 años, con nuevos retos y una visión sobre el nuevo futuro (a largo plazo o inmediato) que poco tiene que ver con los sueños de la carrera espacial. Esto solía ser el futuro, que cantaban los Pet Shop Boys. El mañana de hoy suena local, a volver a lo básico, a repensar aquellos avances no siempre de fácil digestión. Este es el punto de partida de ‘A la fresca’, el proyecto con el que el estudio valenciano Mut, fundado por Alberto Sánchez y Eduardo Villalón, está captando las miradas de la feria del mueble de Colonia, IMM, siendo el primer estudio español invitado por la organización para participar del proyecto ‘Das Haus’. Pero, ¿qué es ‘Das Haus’? Se trata de una iniciativa de la feria por la que cada año invitan a un equipo de diseñadores internacionales para generar una instalación a gran escala de lo que sería, de acuerdo con cada uno, su casa del futuro, una reinterpretación del espacio doméstico que resulta en una auténtica vivienda que se puede visitar en la feria hasta el 19 de enero.
Fue hace aproximadamente seis meses que sonó el teléfono en Mut, una llamada que ha revolucionado el estudio y que se ha convertido en el gran anuncio para una empresa que, precisamente este año, sopla las diez velas como uno de los despachos a no perder la pista en València. “Este proyecto es una gran oportunidad”, explica Eduardo Villalón, que actualmente se encuentra en Colonia, en conversación con Culturplaza. Está en la visibilidad el beneficio de la acción, aunque también en la ampliación de sus redes, en la suma de nuevos proveedores a su lista de contactos. Son conscientes de que no son pocos los ojos que están puestos en un proyecto que lleva la ‘marca València’ a un escenario realmente internacional, máxime tras haber sido seleccionada como Capital Mundial del Diseño para 2022. Y cuando hablamos de llevar la ‘marca València’ a Alemania no es solo por decir, pues el proyecto está empapado del espíritu mediterráneo, siendo ‘A la fresca’ consecuencia de una reflexión sobre aquellos elementos clásicos del estilo de vida valenciano pero con un giro de tuerca, una evolución que resulta en un proyecto de casa “conceptual” en el que el orden de las cosas sí altera el producto.
“Nos hemos inspirado mucho en nuestra cultura, en la Albufera”, expresa Villalón sobre un proyecto que bebe del entorno que habitan para llevarlo a una Alemania que no tiene tan integrado ese concepto de vida ‘a la fresca’. De esta forma, esta casa juega con esa idea de trabajar sobre elementos tradicionales para generar, en última instancia, una vivienda futurista, una casa que lleva el sello de Mut pero para la que también han colaborado con empresas valencianas como Gandia Blasco e internacionales como Pulpo o LaCividina. Los detalles son clave en una casa para la que hasta se ha confeccionado una banda sonora propia.
Pero quien visite la vivienda rápido se dará cuenta de que poco tiene que ver con la suya… o con la de cualquiera, en realidad. "Desde un principio nos dijeron que nos enfocáramos al exterior. Es lo único que nos dijeron. Solo eso. De hecho, el proyecto que presentamos es el que hemos hecho”, relata el diseñador. Y ese proyecto pasa por “darle la vuelta” a la disposición tradicional de la casa, por generar una vivienda que se muestra sin pudor al exterior y que en su centro, como el corazón de una fruta, cuenta con un patio destinado a la meditación, un espacio que pasa de ser concebido como punto de encuentro a un refugio para quien lo habita, con un acceso que evoca a la entrada de una cueva. En este sentido se potencia la idea de intimidad frente al resto de salas -cinco en total- que conforman la vivienda, más abiertas. Así, el baño está inspirado en los hammam turcos, con una bañera que corona el centro del espacio, envuelta por unas cortinas que la protegen del resto de la sala. Por supuesto, en esta casa todo tiene un tuerca y en la habitación no hay cama: su lugar la ocupa una hamaca.
Y cuando hablamos de conexión con las tradiciones valencianas ninguna como la reunión familiar de domingo en torno a la paella. Esta idea ha servido para dar forma a la cocina que, a pesar de su color blanco como el de un lienzo virgen, sí presenta formas reconocibles. El recorrido finaliza en el salón, una sala que está pensada como homenaje al pasado romano de la ciudad, con formas que evocan al anfiteatro y, también, a las velas que coronan las embarcaciones que surcan las aguas de la Albufera. Las formas circulares, explican desde el estudio, también remiten a los encuentros sociales, a esas reuniones en torno a una hoguera o una mesa, un espacio que “aunque es abierto, como el resto de áreas, se siente como un abrigo”. Será hasta el 19 que se pueda visitar la casa de Mut, del que los organizadores de la feria dicen es un proyecto “visionario” que une arquitectura y naturaleza. El futuro mira a València.