VALÈNCIA. La crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus ha tenido un impacto generalizado en la mayoría de sectores productivos y de regiones. Pero las restricciones de movilidad y las limitaciones horarias han tenido una especial afección en el sector turístico, del que se nutre de una manera sustancial el tejido empresarial de la Comunitat Valenciana y la ciudad de València. Por ello, el consistorio del Cap i Casal proyectado un plan de reactivación económica para una de las zonas más devastadas en este sentido, el casco histórico de la capital del Túria.
En este sentido, la concejalía de Desarrollo Económico, que dirige Pilar Bernabé, trabaja desde hace semanas en un plan de recuperación transversal para el centro, concretamente para el distrito de Ciutat Vella que por un lado busca reflotar los negocios, ampliamente afectados por la falta de concurrencia. Y por eso además, pretende atacar el ecosistema económico adverso con medidas para dinamizar la zona.
Así, según explican en el propio departamento municipal y en las asociaciones del barrio, se ha acordado un programa que se abordará mediante tres actuaciones distintas. Por un lado, se ha puesto en marcha una línea de ayudas directas a comercios, hostelería y otro tipo de actividades que se desarrollen en el distrito del centro.
Sin ir más lejos, la Junta de Gobierno Local dio luz verde este mismo lunes a una convocatoria para una nueva línea de ayudas directas enmarcadas en el Plan Resistir, dirigidas a personas autónomas y micropymes que ejerzan su actividad en un local ubicado en este distrito.
Así se repartirán hasta 4.000 euros por negocio: 2.000 euros por negocio y 200 euros por cada persona trabajadora afiliada a la Seguridad Social a finales del pasado ejercicio. La convocatoria asciende en total a siete millones de euros, con los que se pretende cubrir la gran mayoría de negocios del distrito, y es compatible con otras ayudas del mismo programa que se hayan recibido anteriormente.
Por otra parte, se está diseñando un sistema de bonos de consumo para incentivar a la clientela a acudir a los locales de Ciutat Vella. Según explica la presidenta de la Asociacion de Comerciantes del Centro Histórico de València, Julia Martínez, se tratará de emular una medida que ya se ha hecho en otras ocasiones puntuales: "Alguna vez hemos puesto en marcha un bono donde el cliente paga 20 euros pero su valor es de 40".
Esa diferencia estaría cubierta por fondos municipales, asegura Martínez, quien insiste en que todavía se está articulando la fórmula jurídica para que sea viable. Eso sí, dice, "lo importante es que la partida presupuestaria está y se ha aprobado". Falta detallar, por ejemplo, de qué importe serán los bonos, pero la idea es crear dos tipos, unos para comercio y otros para hostelería, de manera que ambos sectores se vean beneficiados del programa.
A juicio de la edil del ramo, poner en marcha un plan de reactivación económica del distrito de Ciutat Vella es "necesario porque se trata de una zona de la ciudad que ha sufrido doblemente el efecto de la crisis, por el descenso generalizado de actividad global, al que se suma la falta de visitantes y de turistas". Por ello, considera que la hostelería y el comercio del centro "han tenido un comportamiento económico distinto, donde la recuperación está siendo más lenta y dura".
Recientemente, colectivos sociales y asociaciones vecinales de Ciutat Vella, en València, dieron a conocer un avance del primer 'Estudio sobre el Impacto de la Crisis del COVID en el Centro Histórico', que refleja que el 82,2% de las personas encuestadas (residentes, pymes y trabajadores de todos los sectores profesionales o entidades festivas y culturales que operan en el barrio) califican la actual situación de Ciutat Vella como mala o muy mala. La crisis, las obras y la falta de turismo fueron los problemas más señalados.
Hay que recordar que al delicado panorama económico se suma que el Ayuntamiento de València ha empezado a acometer dos grandes obras en el centro: la remodelación tanto de la plaza del Mercat y el entorno de la Lonja como de la plaza de la Reina. Actuaciones que se prevén de larga duración y que comerciantes y hosteleros creen que provocará un descenso adicional en la afluencia en estos entornos.
Así pues, el tercer pilar sobre el que se sustenta el plan de recuperación pasa por poner en marcha un calendario de actividades en el casco histórico para atraer no sólo los turistas que ya llegan a la ciudad sino a vecinos de la capital y del área metropolitana. Para la representante de los comerciantes, "la idea es muy buena: poner en marcha actividades para dinamizar el centro siempre está bien".
El planteamiento en el que trabajan tanto el Ayuntamiento como las asociaciones es que estas actividades se desarrollen durante los fines de semana, especialmente los sábados, durante el último trimestre del año, una vez pasada la temporada veraniega. La administración solicitó al tejido asociativo propuestas de actividades y ahora es el consistorio el que deberá elegir cuáles son viables y encargarse de la organización.