MADRID. La litografía es el término utilizado para la práctica que consiste en grabar los diseños apropiados en el silicio, que permiten el funcionamiento operativo de los transistores. Más transistores espaciados y más juntos, en pocas palabras, significa un chip más eficiente y capaz. El chip Apple M1 de hoy contiene 16.000 millones de transistores.
El grado de ingeniería de precisión requerido para poder colocar 16.000 millones de transistores en algo cuyo tamaño ni siquiera alcanza el de varias manzanas de la ciudad, y mucho menos podría caber dentro de un ordenador portátil o un teléfono inteligente, es una de las hazañas más impresionantes del ingenio humano que el mundo jamás haya visto. La versión resumida de la historia es que una empresa de los Países Bajos, ASML, fue capaz de asumir un gran riesgo en la década de 2000: la búsqueda de la litografía ultravioleta extrema (UVE).
La UVE era necesaria porque había que emplear longitudes de onda de luz más cortas que permitieran eliminar de forma casi total el silicio átomo a átomo y hacer que los transistores fueran lo suficientemente pequeños, básicamente de 5 nanómetros. Esta luz se genera mediante el destello de un tipo específico de láser 50.000 veces por segundo sobre el estaño fundido.
El desarrollo de la UVE requería tanto capital que sólo una empresa pudo hacerlo: ASML. Los componentes de las máquinas utilizadas llenan cuatro aviones 747 y provienen de empresas específicas alrededor del mundo. El funcionamiento de las máquinas a escala requiere una gran experiencia.
Teniendo en cuenta la temática se pueden intuir las implicaciones geopolíticas. Algunos de los componentes de las máquinas de UVE vienen de los Estados Unidos. Además, hay que tener en cuenta la relación entre el gobierno de los Estados Unidos y el gobierno de los Países Bajos. A consecuencia de estas discusiones y la situación actual, las máquinas de UVE no se están enviando a China.
Christopher Gannatti es jefe de análisis de WisdomTree