VALÈNCIA. Poco ha durado la paz en el jardín del IVAM. El nuevo espacio anexo al museo amaneció ayer con pintadas en algunas de las esculturas que desde hace semanas ya se pueden ver en el espacio, actos vandálicos que han dejado el jardín ‘manchado’ cuando todavía no se ha llegado a inaugurar oficialmente. Algunas de las piezas afectadas por el ataque son Luna sobre prisma (2001), de Miquel Navarro; ‘El muro y la palabra’ (2018-2020), de Victoria Civera; o Fragmentos (1990), de Vicente Ortí Mateu, con mensajes como ‘FUCK POLICE’, ‘FUCKNAZIS’ o ‘Menos obras de arte y más parke’ (sic).
Las pintadas sorprendieron a más de uno ayer lunes, dejando una imagen triste para uno de los espacios culturales que más tiempo lleva esperando su apertura. Tanto es así que el ataque se ha perpetuado antes de que se haya acabado de instalar la totalidad de las piezas que completan el paseo y antes incluso de que se haya llevado a cabo una inauguración oficial con las distintas autoridades. Entre las piezas que todavía están por llegar se encuentra Elevador (Serie Salto al vacío) (1991), de Ángeles Marco, y la escultura que realizó en 1989 el artista danés Per Kirkeby para el IVAM, que actualmente se encuentra en el jardín del río Turia.
Preguntados por este diario, desde el IVAM explican que todavía se están barajando las medidas que tomar ante el ataque a las obras de arte que componen el Pati Obert. La historia del espacio está plagada de baches en un camino que ha sido mucho más largo de lo planeado. Fue en 2016 cuando la Generalitat anunció su puesta en marcha, de cara a la primavera de ese mismo año. Sin embargo la primavera llegó y el museo seguía sin jardín. Lo mismo pasó en 2017 y 2018, cuando se volvió a anunciar su inminente apertura, plazos que nunca se cumplieron. De hecho, en 2017 se llegó a realizar una inauguración simbólica con la realización de un mural a cargo de Escif, una apertura puntual que no se ha traducido en la definitiva hasta tres años después.