València revisará tras el verano la ampliación de 700 terrazas por la covid

VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València prevé poner fin a la ampliación de terrazas aprobada con motivo de las restricciones sanitarias por la pandemia de coronavirus. Una medida que afectará a casi 700 terrazas de la ciudad y que pretende plantearse una vez pase la temporada veraniega, según el alcalde de la ciudad, Joan Ribó.

La concejalía de Espacio Público, que dirige Lucía Beamud, aprobó hace más de un año que los locales de hostelería del Cap i Casal pudieran solicitar al consistorio un permiso extraordinario y puntual para ampliar sus terrazas. Se podía hacer tanto en las aceras como en los aparcamientos en calzada -excepto en la zona ORA-, en plazas y zonas ajardinadas.

El motivo no era otro que las medidas de prevención del coronavirus aprobadas, que obligaban a mantener la distancia de seguridad entre las diferentes mesas y, por ende, reducían de facto el aforo de las terrazas. De esta manera, la autorización permitía a los negocios de hostelería, si no contrarrestar por completo, al menos sí suavizar el impacto en sus ingresos en un momento de flaqueza económica.

Todo ello se hizo tras alcanzar un acuerdo a tres bandas entre el departamento de Beamud, la Federación de Vecinos y la Federación de Hostelería de València, si bien entonces ya se dejó claro que las ampliaciones se circunscribían únicamente al período pandémico y que decaerían cuando lo hicieran las restricciones. Por ello, con la vacunación avanzada tras el verano, parece un momento propicio, a juicio del alcalde, para empezar a revisar esta medida que, recuerdan en el Ayuntamiento, siempre fue de carácter excepcional.

De hecho, el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, aseveró esta semana en la Mesa de la Movilidad, donde están representadas decenas de asociaciones de la ciudad, que la idea se prevé pasadas las vacaciones: "Tendremos que plantearnos tras las vacaciones que las terrazas de los bares vuelvan a su espacio habitual", indicó el primer edil, según publicó el diario Las Provincias.

Según datos de la propia concejalía de Espacio Público a fecha del pasado 4 de junio, esta reversión afectaría a 699 terrazas -ahora, un mes después, podrían ser más- de locales que solicitaron el permiso especial y que se les fue concedido desde hace un año aproximadamente. El departamento de Beamud, con todo, ha iniciado hasta 1.141 expedientes por solicitudes de ampliación temporal de terraza.

Ciertamente, la Federación de Hostelería de València ha solicitado al consistorio que mantenga las ampliaciones de terrazas hasta final de año, con el fin de compensar a los negocios el impacto económico que la crisis por el coronavirus ha tenido en su situación financiera. Aunque también es cierto que la medida está siendo muy fiscalizada por parte de asociaciones vecinales.

Sin ir más lejos, la asociación vecinal del centro histórico de la ciudad Amics del Carme llegó a recurrir en contencioso-administrativo la aprobación de esta medida por parte del Ayuntamiento. Pero también la Federación de Asociaciones de Vecinos insta al consistorio a hacer un uso "equitativo" del espacio público en una carta remitida al alcalde recientemente a la que ha tenido acceso este diario.

La misiva, enviada el pasado miércoles y suscrita por la presidenta de la Federación, María José Broseta, pide una reunión al primer edil para tratar tres temas que, a juicio de la organización, son fundamentales. Uno, precisamente, es el del ocio y el turismo, y aquí las terrazas tienen un papel importante.

"Nos parece inaceptable retomar la senda del crecimiento sostenido del ocio y turismo en la ciudad", señala la carta, para indicar más tarde que es "necesario un acuerdo sobre el uso equitativo del espacio público" y que, "sobre todo, es necesario evitar la saturación de personas, hoteles, bares o terrazas en puntos concretos de la ciudad". Asimismo, la Federación reclama al alcalde prestar más atención a los problemas de seguridad, la degradación y el botellón, y exige profundizar en la persecución de las viviendas de uso turístico ilegales, "que ya son un cáncer por número y extensión".