El PSPV pide cambiar viviendas por terciario en el PAI de Benimaclet pero no contenta a Compromís

VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ha rechazado la propuesta realizada por Metrovacesa para desarrollar el PAI de Benimaclet, donde se preveían levantar 1.345 viviendas. El área de Urbanismo, que dirige el PSPV a través de la vicealcaldesa Sandra Gómez, ha inadmitido el planteamiento de la Agrupación de Interés Urbanístico porque "tiene mucho margen de mejora" y, en consecuencia, ha pedido modificar el proyecto con una serie de parámetros que para el consistorio son irrenunciables. Sin embargo, estos no han contentado a sus socios de gobierno, Compromís, que busca ir más allá.

Así, Gómez ha pedido una modificación sustancial del proyecto presentado por la constructora que, según dijo, no supondrá ningún tipo de indemnización para las arcas públicas porque no implica la desclasificación de ningún suelo ni una menor edificabilidad. De esta manera, insistió, "todos los cambios se producen dentro del mismo marco" y de los parámetros urbanísticos contemplados en el Plan General de Ordenación Urbana, y la edificabilidad a la que tienen derecho los propietarios no se modifica, sino que "cambia el contenido". 

Esto significa que dentro de la misma edificabilidad reconocida, el Ayuntamiento ha pedido a Metrovacesa, por ejemplo, aumentar el peso de las zonas terciarias. El planteamiento del proyecto presentado por la empresa contenía un 13% de suelo terciario y el área de Urbanismo exige que este porcentaje crezca hasta el 20%, tal como fijan las directrices de calidad urbana aprobadas por el gobierno municipal.

En esta línea, una idea que esbozó la edil de Urbanismo es que una de las torres contempladas en los extremos se dedique enteramente a este tipo de uso. "Pero no queremos un centro comercial", aseveró, sino que se pretende dedicar a un uso terciario de valor añadido. Esto es, oficinas de empresas de carácter tecnológico e innovador. Esto supone una merma del suelo dedicado a residencial. Así, de las 1.345 viviendas planteadas por la compañía, la exigencia municipal pasa por rebajarlas hasta las 1.000. Todo ello, eso sí, manteniendo aquellas que se habían previsto para alquiler asequible y viviendas dotacionales, que seguirían siendo unas 350, según explicó Gómez.

Además, en los edificios que proyectaba Metrovacesa, se ha exigido reducir también lo que se llaman "espacios privativos", zonas privadas de las fincas que no corresponden a ningún piso en particular. Un cambio que a juzgar por los cálculos realizados por Urbanismo, permitiría, por un lado, rebajar las alturas de algunos edificios situados en la zona central del desarrollo urbanístico y en su interconexión con la huerta. "No queremos una gran frontera con la huerta", subrayó la concejala en este sentido.

Y por otro lado, esto dará la oportunidad de liberar hasta 15.000 metros cuadrados que pasarían a formar parte del gran parque y otros usos dotacionales. Sin embargo, este trasvase de suelo entre los edificios y las zonas públicas no supone ninguna modificación de la edificabilidad de los propietarios ya que, según explicaron fuentes de la concejalía, "los espacios privativos no consumen edificabilidad, únicamente consumen suelo".

También hizo alguna que otra puntualización sobre la Ronda Norte, precisamente tras las reivindicaciones vecinales del soterramiento de esta circunvalación a su paso por el barrio. Algo que no se va a hacer, al menos en base a la propuesta realizada por Gómez, pero sí que se va a buscar "integrar la Ronda Norte" de una forma "más amable con el barrio" mediante un gran paseo peatonal, miradores verdes que conecten con la huerta y la conexión de los caminos históricos interrumpidos por la Ronda. No hay nada claro pero Gómez plantea a la constructora realizar "estudios paisajísticos y propuestas" al respecto.

Así pues, Gómez aseguró que tras inadmitir la propuesta presentada por Metrovacesa, es la compañía la que debe valorar si le interesa presentar otro proyecto adecuado a los criterios impuestos por la administración municipal. Fuentes de Metrovacesa rechazaron manifestarse durante este lunes. Con todo, lo cierto es que lo que planteó la portavoz del PSPV y edil de Urbanismo no cayó demasiado bien en los círculos de sus socios de gobierno, la coalición Compromís que lidera el alcalde Joan Ribó, donde creen que este plan es puro maquillaje precisamente por moverse en el mismo marco.

"Es insuficiente"

El grupo municipal de Compromís en el Ayuntamiento de València tildó de "claramente insuficiente" la propuesta pidió un consenso entre las dos fuerzas que comparten el gobierno municipal. A su juicio, es "positivo" inadmitir el planeamiento presentado por la compañía privada, pero señalaron que la promotora -"con sede en Madrid"- seguiría siendo quien gestionaría el PAI. Se refiere la fuerza de Ribó a que "existe la opción al alcalcance" para que sea el Ayuntamiento el que defina directamente los criterios de la actuación urbanística "contando con los vecinos".

Así, la coalición valencianista rechazó un urbanismo basado en la especulación y defendieron seguir la línea de uno "del siglo XXI, que respete el medio ambiente, que ponga en valor y proteja la huerta de la ciudad, que sea democrático y en el que los vecinos y vecinas del barrio puedan participar". De ahí que pidieran que los vecinos pudieran participar más activamente y poner así "los intereses de la gente por delante de los de una gran constructora que busca legítimamente su beneficio económico".

"Es a partir de esta premisa que desde la coalición se ha trabajado una propuesta para dar una solución al PAI que respecto la huerta, la edificación actual del barrio y los modelos de gestión directa de los espacios y del territorio", aseveró Compromís en un comunicado, para adelantar que este mismo martes se ha convocado una ejecutiva extraordinaria para tratar los pasos a seguir.