VALÈNCIA (EFE/Roberto Ordúñez). La productividad, o la eficiencia en la producción de bienes y servicios, se encuentra en el punto de mira de políticos, sindicatos y empresarios como la magnitud a mejorar en un mercado laboral en auge y como la debilidad que históricamente ha lastrado la convergencia de la economía española con la europea.
Según los datos de Eurostat consultados por EFE, la productividad como cociente del PIB entre el total de trabajadores ha caído 9,1 puntos en España entre 2013 y 2022, retroceso que agrava la brecha con la media de la eurozona, cuya productividad se ha resentido algo más de tres puntos en ese periodo, de ahí que el diferencial se haya ampliado hasta los 9,5 puntos.
Hasta el tercer trimestre de este año, el PIB ha avanzado 2,1 puntos respecto al último de 2019, mientras que las horas trabajadas han crecido 1,3 puntos, de lo que resulta un aumento de ocho décimas en casi cuatro años en la productividad aparente, cuatro menos que en el conjunto de la UE.
En esos casi cuatro años, la productividad medida como el PIB por persona ocupada ha experimentado un retroceso de 2,4 puntos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe sobre España del pasado octubre, indica que "el lento crecimiento de la productividad", junto al envejecimiento de la población y la baja inversión "pesan sobre el potencial de crecimiento de España".
Respecto al mercado laboral, la OCDE apunta precisamente a una "productividad empresarial débil" y a las "bajas habilidades de los trabajadores" como un reflejo de que los ingresos medios sean bajos en comparación con otros países del entorno.
En este sentido, la organización conmina a "intensificar los esfuerzos por aumentar la productividad", que si bien está "cerca del promedio de la OCDE", se encuentra "muy por debajo de algunos países vecinos".
Entre las razones, indica la "mala asignación de los factores de producción", un gasto público "insuficiente" en educación y formación, la "baja inversión" en I+D, un "'stock' insuficiente de capital" y el "predominio" de las pymes.
Para resolver el problema, la OCDE aconseja reducir las restricciones y regulaciones financieras, así como fortalecer la investigación y la implantación de nuevas tecnologías en unas empresas que apuesten por la digitalización.
El estudio "Productividad en España: mucho trecho por mejorar", de CaixaBank Research, señala que, "en 2022, el PIB nominal por hora trabajada en España era un 76 % del valor registrado en la eurozona y solamente el 63 % de Alemania".
Dicho informe alerta de que, más allá de esa brecha, lo "preocupante" es que las distancias "apenas se han reducido en las últimas dos décadas", ya que en el 2000 el PIB por hora trabajada español era un 74 % del de la eurozona y un 61 % del de Alemania.
Según CaixaBank Research, el capital humano es una de las claves de la productividad, ya que los trabajadores con un nivel educativo más alto y técnicamente más cualificados "son más productivos" y, en este sentido, el Banco de España ha constatado que existe un déficit en el nivel de formación de los trabajadores y empresarios españoles con respecto al promedio de la eurozona.
Otros factores que inciden son el menor tamaño de las empresas y la baja inversión en investigación y desarrollo, materias donde España está a la zaga de la zona euro: el 35 % de los trabajadores españoles está en empresas de más de 50 empleados frente al 66 % en Alemania y la inversión en I+D es del 1,3 % del PIB frente al 2 % de la eurozona.
La diferencia entre la renta per cápita -cociente entre el PIB y la población- de España con la de los países del entorno y la media de la eurozona es una de las variables económicas cuya convergencia se resiste año tras año y en la que la productividad tiene una gran influencia.
A principios de noviembre, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, señalaba la "baja productividad" y la "baja tasa de empleo" como los factores que penalizan a España a la hora de comparar el PIB per cápita.
Un artículo de BBVA Research indica que la población española ha aumentado desde finales de 2019 hasta el tercer trimestre de 2023 al mismo ritmo que el PIB, de manera que la renta per cápita no ha variado en cuatro años, mientras que dicha tasa en la UE es casi 3 puntos superior respecto a su nivel de hace 4 años.
En 2022, Eurostat cifra la renta per cápita española en 24.910 euros, mientras que la del conjunto de la UE se eleva hasta 28.950 y la de la eurozona escala a los 31.990 euros.