La entidad prevé que un impacto moderado de estas medidas sobre consumo y PIB y avisa del impacto negativo para la banca de quitas o daciones en pago
VALÈNCIA. (EP) El Banco de España ha estimado que los costes de emisión de deuda de la banca se encarecerán durante 2023 debido a una conjunción de riesgos al alza tanto por parte de la subida de tipos de interés como por una mayor aversión al riesgo ante los problemas experimentados por la banca durante el mes de marzo.
"Relativo a 2021, los bancos españoles asumieron en 2022 un coste de emisión mayor, afrontando riesgos al alza sobre él en los próximos trimestres", ha explicado la autoridad en su Informe de Estabilidad Financiera de primavera de 2023, publicado este miércoles.
"En conjunto, los costes de emisión de instrumentos de deuda del sector bancario afrontan riesgos al alza mayores, debido al incremento de la aversión al riesgo de los inversores desde los episodios de tensión en marzo de 2023, vinculados en particular a SVB y a Credit Suisse", ha explicado el supervisor.
En particular, Banco de España ha hecho referencia a las pérdidas sufridas por los tenedores de deuda AT1 (CoCos) de Credit Suisse, algo que originó un impacto diferencial negativo y elevado sobre este tipo de instrumentos.
Debido a esta situación, el organismo ha indicado que las perspectivas a futuro del mercado de CoCos están sujetas a "cierta incertidumbre". De esta forma, para el Banco de España "todo sugiere que la normalización de este mercado pasará por una estandarización de este producto a nivel global".
Asimismo, el supervisor considera "notable" que en 2022 los costes de emisión se hayan incrementado más de lo sugerido por la evolución de los precios en el mercado secundario, lo que es "un indicio" de que las elevadas emisiones de los bancos y el contexto de política monetaria restrictiva "han reducido la flexibilidad de las entidades en la ejecución de sus planes de emisión".
En todo caso, el Banco de España también ha recordado que los bancos con alta rentabilidad o con mejores condiciones de solvencia han estado logrando emitir a un coste menor a pesar de los tensionamientos de los mercados.
Además, aunque el incremento en los costes de emisión de deuda de los bancos durante el año pasado fue menor que los escenarios "más pesimistas" que se barajaban, Banco de España considera "necesario" seguir monitorizando el mercado de cerca.
El Banco de España ha pedido a las entidades financieras que destinen el extra de beneficios que están teniendo como consecuencia de la normalización de los tipos de interés para provisionarse en caso de que las turbulencias de los mercados acaben teniendo algún tipo de impacto en España.
"La materialización de los riesgos sobre el crecimiento económico y la inflación podría generar un impacto financiero adicional negativo sobre el sector bancario, de nuevo a través de los costes de financiación, pero también en términos de deterioro de la calidad de crédito", ha indicado el Banco de España en su Informe de Estabilidad Financiera de primavera de 2023, publicado este miércoles.
"Las entidades deben llevar a cabo una política prudente de planificación de provisiones y de capital que permita utilizar el incremento de los beneficios que se ha producido en el periodo reciente para aumentar la capacidad de resistencia del sector", ha recetado el organismo.
En este sentido, Banco de España ha recordado que las turbulencias bancarias globales de marzo, como consecuencia del colapso de cuatro bancos medianos en Estados Unidos y de Credit Suisse en Suiza, han generado un "repunte" de las primas de riesgo para distintas clases de activos financieros.
Asimismo, los colapsos bancarios han desencadenado un descenso en las valoraciones bursátiles bancarias, lo que genera un "mayor riesgo" de que aumenten los costes de financiación y de que se tensione la liquidez del sector bancario.
Pese a estos riesgos, Banco de España ha reconocido que se ven mitigados por las características del sector bancario español, que no tiene exposiciones importantes a los bancos afectados, su modelo de negocio es muy diferente, sus depositantes están ampliamente cubiertos con el fondo de garantía de depósitos y tienen una elevada liquidez.
En este sentido, el director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, Ángel Estrada, preguntado por qué espera ver el organismo de cara a la próxima temporada de resultados de la banca, ha indicado que se hará un "análisis completo" cuando se tengan los datos. Así, el supervisor analizará "todas las provisiones que se están dotando y las reservas que se constituyen".
Por otro lado, el organismo ha alertado de que estos problemas experimentados por ciertas entidades bancarias puede suponer una presión que aumente el coste de financiación de las empresas a través del canal de la prima de riesgo, reduciendo la disponibilidad de financiación externa.
"Si las tensiones financieras se tradujeran en la materialización de riesgos sobre la actividad, esto reduciría la capacidad de las empresas de generar ingresos con los que hacer frente a sus obligaciones de pago", ha indicado el supervisor.
En lo que se refiere al crédito a particulares y familias, Banco de España espera un "mayor encarecimiento" de los préstamos bancarios en los próximos trimestres. La mayor parte de esto se debe a la revisión de las cuotas hipotecarias en contratos firmados a un tipo variable.
Banco de España ha recordado que en los últimos años se habían ido firmando más hipotecas a tipo fijo, lo que limita el canal de transmisión de las subidas de tipos de interés oficiales. No obstante, las hipotecas a tipo variable o mixto todavía eran cerca del 70% del 'stock' hipotecario a diciembre de 2022.
Además, aunque las turbulencias bancarias podrían suponer un freno para el ritmo de subidas de tipos de interés (al generar tensiones en los mercados que reduzcan las presiones inflacionarias), este alivio se vería contrarrestado por un menor dinamismo de la actividad, un aumento de las primas de riesgo y un menor acceso a financiación ajena.
Respecto a la situación del conjunto de entidades financieras, el organismo presidido por Pablo Hernández de Cos ha valorado positivamente que la banca española cerró 2022 con una rentabilidad sobre capital (ROE, por sus siglas en inglés) del 10,2%, descontados los efectos extraordinarios. Este nivel de rentabilidad se situó "ampliamente" por encima del coste de capital medio durante 2022, que se estima en el 7,5%.
Respecto a la posición de capital, la banca tenía en diciembre de 2022 una ratio CET1 del 13%, lo que supone 25 puntos básicos menos que un año antes. Este descenso se debió sobre todo a una contribución negativa de los activos ponderados por riesgo.
Banco de España ha pedido a la banca invertir esta tendencia. "Las entidades deben acumular recursos de absorción de pérdidas que les permitan afrontar situaciones inesperadas sin restringir la oferta de crédito a proyectos solventes", ha incidido. También les ha pedido un "reconocimiento adecuado y temprano de los riesgos", además de ejercer prudencia en sus políticas de provisiones y capital.
Y es que aunque las ratios de CET1 de la banca española se sitúan "claramente por encima" de los requisitos regulatorios y proporcionan una capacidad "notable" de absorción de pérdidas, la incertidumbre actual obliga a una "monitorización especialmente cuidadosa" por parte de Banco de España.
La elevada inflación y la subida de los tipos de interés están deteriorando la situación económica de los hogares, particularmente la de aquellos de menor renta, al tiempo que las dificultades para trasladar a los precios de venta el alza de los costes de producción y el aumento de los tipos de interés también están elevando la proporción de empresas vulnerables, según se desprende del último 'Informe de Estabilidad Financiera' publicado este miércoles por el Banco de España.
En este contexto, el organismo que dirige Pablo Hernández de Cos recomienda que las medidas fiscales que buscan paliar el aumento del coste de la vida sean temporales, focalizadas en los grupos más vulnerables y compatibles con la eficiencia en las decisiones de consumo, en particular de la energía.
"De lo contrario, podrían alimentar las dinámicas de inflación, así como requerir una reacción más vigorosa de la política monetaria, que incrementaría los costes de financiación a hogares y empresas, presionando su capacidad de pago", ha advertido el Banco de España.
La tónica de crecimiento económico muy moderado registrado desde finales de 2022 se habría mantenido en el primer tramo de 2023, en línea con la actividad global y en un contexto de debilidad del consumo privado. Este se ha visto afectado por la ya mencionada pérdida acumulada de poder adquisitivo de los hogares provocada por el incremento de los precios y de los tipos de interés.
Hasta ahora, el Banco de España señala que el uso de la bolsa de ahorro acumulada desde el inicio de la pandemia ha amortiguado parte del impacto de la inflación en el consumo, pero este factor de impulso podría debilitarse por la reducción de este ahorro, por su uso alternativo para amortizar préstamos --en un contexto de ascenso de los tipos de interés-- y por la elevada incertidumbre.
En el medio plazo, el crecimiento económico para 2023 se ha revisado al alza gracias a las sorpresas positivas de crecimiento en 2022. De acuerdo con las últimas previsiones del Banco de España, se anticipa que la actividad recobrará un tono más dinámico a partir de la primavera. Pese a ello, desde el organismo alertan de que los aumentos de los tipos de interés de la política monetaria hasta el momento se han trasladado solo parcialmente al coste de la financiación de las empresas y de los hogares españoles, por lo que este proceso continuará a lo largo de 2023.
Con todo, se avisa de que las perspectivas de la economía española en el escenario central están sujetas a una incertidumbre extraordinaria, y los riesgos se orientan a la baja para la actividad y están equilibrados para la inflación.
Por lo que se refiere a los precios, el escenario central para España contempla una moderación de la inflación. En caso de registrarse una inflación más elevada que la proyectada actualmente tendría efectos más negativos que los incorporados en el escenario central sobre la capacidad adquisitiva y la confianza de los agentes, y, por tanto, sobre sus decisiones de gasto, el empleo y la actividad. En este escenario adverso, también sería más probable un endurecimiento más intenso de lo previsto de las políticas monetarias a escala global.
Todo ello en un contexto en el que el organismo avisa de que la mejora del saldo de las administraciones públicas observada hasta ahora estaría agotándose, en ausencia de nuevas medidas, persistiendo una situación de vulnerabilidad a medio plazo. De hecho, el Banco de España ha la persistencia de un nivel de deuda pública en porcentaje del PIB por encima del 100% constituye un riesgo a medio plazo para la economía española.
"En ausencia de un proceso de consolidación, los niveles de déficit y deuda pública continuarían siendo elevados, constituyendo una fuente de riesgo para la economía española a medio plazo", ha señalado el Banco de España, insistiendo en que ese proceso debe iniciarse ya en 2023.
En este sentido, el organismo ha remarcado que reducir esos riesgos requeriría de un proceso de consolidación de las finanzas públicas españolas, que sea sostenido en el tiempo y esté adecuadamente graduado a la evolución macroeconómica.
El Banco de España percibe que se ha producido un "freno" de la actividad en el mercado de la vivienda, que estaría influido por la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, la elevada incertidumbre y el progresivo endurecimiento de las condiciones de financiación del crédito hipotecario.
A pesar de esto, los volúmenes de compraventas y nuevas hipotecas se mantienen por encima de los niveles observados en los años previos a la pandemia.
De su lado, el organismo apunta que los indicadores sobre desequilibrios en los precios de este mercado continúan mostrando algunas señales de sobrevaloración, desde 2020, si bien estas son contenidas por el momento y el endurecimiento de las condiciones de financiación podría contribuir a su moderación.
En este punto, el Banco de España señala que también que los precios de los nuevos alquileres están experimentando aumentos significativos, que podrían condicionar la evolución de los precios de la vivienda en trimestres futuros.
A pesar de que el aumento de los tipos de referencia se ha trasladado a mayores tipos de interés de los nuevos préstamos hipotecarios en la segunda mitad de 2022, los diferenciales de los tipos en estas operaciones con respecto a los primeros continuaron estrechándose.
Así, el Banco de España advierte de que la rentabilidad de estas operaciones podría situarse más fácilmente en niveles muy reducidos, o incluso generar pérdidas, ante los posibles repuntes de los costes de financiación bancaria o el deterioro de la capacidad de pago de los prestatarios.