VALÈNCIA. El Banco de España ha advertido en su Informe de Estabilidad Financiera de que las entidades españolas muestran niveles reducidos de sus ratios de capital en comparación con los de otros países de la UE y que necesitan adoptar estrategias de refuerzo de su capital. Según pone de manifiesto, las entidades españolas muestran una capacidad de resistencia ante escenarios macroeconómicos adversos "considerable", pero en términos de solvencia sus ratios de capital son reducidos.
En este sentido, la ratio de capital ordinario CET1 se situó en junio de 2018 en el mismo nivel que un año antes, el 11,9%, aunque sí variaron el capital ordinario de nivel 1 y los activos ponderados por riesgo (numerador y denominador de la ratio) en un 5,5% ambos, debido en buena medida a la reducción de los ajustes transitorios en un 60% al acercarse el periodo de implantación plena de Basilea III. Además, esta ratio solo ha aumentado en 30 puntos básicos desde 2014, fecha de entrada en vigor de los requerimientos de CET1. En términos generales, el supervisor ha explicado que esta situación refleja el "intenso proceso de saneamiento de los balances" llevado a cabo por las entidades españolas, así como la mayor densidad de sus activos ponderados por riesgo.
Sin embargo, el Banco de España ha afirmado que las entidades españolas "deberían adoptar estrategias para reforzar su capital", puesto que la solvencia de una entidad "es el pilar fundamental que sustenta la capacidad de absorción de pérdidas en caso de que estas aparecieran de forma imprevista, como manifestación de los riesgos que afectan al sistema bancario español y también al resto de sistemas bancarios europeos".
El supervisor también ha resaltado que la solvencia es un indicador de referencia "fundamental" para el mercado a la hora de juzgar la solidez y confianza que se deposita en una entidad o en un sistema bancario en general, y que un nivel de solvencia holgado permite responder sin dilación a un posible crecimiento de la demanda de crédito, lo que a su vez contribuye a reforzar el crecimiento económico y la posición financiera de los bancos.
El Banco de España realiza anualmente pruebas de resistencia al sistema bancario español utilizando el marco de análisis denominado FLESB, una herramienta propia que centra su análisis en la capacidad de resistencia de las entidades españolas en términos de solvencia y liquidez ante diferentes escenarios macroeconómicos. En este ejercicio, ha utilizado los tres escenarios macroeconómicos diseñados para los test de estrés que coordina a nivel europeo la Autoridad Bancaria Europea (EBA), así como el Coeficiente de Cobertura de Liquidez (LCR) para analizar la posición de liquidez de cada entidad.
Las 57 entidades incluidas en el ejercicio se dividen en tres grupos en función de su tamaño y presencia internacional: las entidades españolas integradas en el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) con actividad internacional significativa, el resto de entidades españolas significativas integradas en el MUS y el resto de entidades de menor complejidad y tamaño que están bajo supervisión directa del Banco de España. Para cada grupo se presenta la ratio de diciembre de 2017 y se muestra el impacto del escenario base y del escenario adverso durante los tres años de ejercicio, mostrando la ratio al final del horizonte, diciembre de 2020.
Para el primer grupo, se produciría en el escenario adverso una reducción de la ratio de capital CET1 'fully loaded' de un punto respecto a diciembre de 2017, hasta el 10,1% en 2020, ya que las peores condiciones macroeconómicas de este escenario provocan una mayor generación de pérdidas que no pueden ser absorbidas por el uso de provisiones y resultados atribuidos. La generación de resultados desciende aproximadamente un 35% en comparación con el escenario base.
Para el resto de entidades del MUS (segundo grupo), la ratio CET1 'fully loaded' disminuiría en 4,5 puntos en el escenario adverso para 2020, hasta el 7,7%, por el aumento muy considerable del volumen de pérdidas dentro de este grupo, ya que los elementos de absorción de pérdidas disponibles no son suficientes para cubrirlas.
Por último, las entidades menos significativas que están sujetas a supervisión nacional directa parten de una ratio de CET1 de 16,8% en diciembre de 2017, la más alta de los tres grupos analizados, que en el escenario adverso para 2020 se reduce en 2,2 puntos, hasta el 14,6%.
"Los resultados anteriores muestran una elevada capacidad de resistencia, en términos agregados, de las entidades de depósito españolas a un escenario adverso. No obstante, la dispersión de los resultados entre entidades, así como la posibilidad de que los riesgos que se pueden materializar superen a los procedentes del escenario adverso, aconsejan que las entidades refuercen su capital en la medida que lo permita la recuperación de beneficios observada", ha señalado el Banco de España.
En cuanto a la liquidez, la ratio LCR mide si los activos líquidos de alta calidad y libres de cargas son suficientes para cubrir sus necesidades netas de financiación en caso de materializarse un escenario de problemas de liquidez en 30 días naturales. Los resultados obtenidos del análisis del Banco de España muestran que la situación en términos de liquidez de las entidades españolas es "robusta", ya que en todos los grupos de entidades se superan los requerimientos de LCR mínimos establecidos para 2018 (100%) en ambos escenarios. Además, destaca especialmente la posición de liquidez de las entidades menos significativas, que incluso en el escenario adverso presentan una ratio de aproximadamente un 380%.
Por otro lado, en su Informe de Estabilidad Financiera el Banco de España ha instado a las entidades bancarias españolas a vigilar la concesión de crédito al consumo y su morosidad, provisionando adecuadamente los nuevos dudosos. El organismo ha puesto de manifiesto que el crédito al consumo en España continúa creciendo a tasas significativamente mayores que las de los principales países europeos, aunque ha mostrado una "cierta moderación" en el último trimestre. Además, el tipo de interés medio de los nuevos créditos al consumo concedidos en España se situó en el 7,8% en junio de 2018, frente al 4,9% de la zona euro, lo que en un contexto de bajos tipos de interés podría estar inducido por la búsqueda de oportunidades para obtener mayores rentabilidades por parte de las entidades, que pueden llevar asociadas unos mayores riesgos, según ha advertido.
Por su parte, ha señalado que la morosidad asociada ha continuado aumentando, si bien no se ha incrementado la ratio de dudosos. No obstante, el desfase temporal que existe entre el crecimiento del crédito y el de los dudosos lleva a que la evolución de esta cartera y su morosidad "deban seguir siendo analizadas con detalle en los próximos trimestres" para que estas inversiones más rentables "no terminen por convertirse en las más arriesgadas por las pérdidas que pudieran llevar asociadas".