estima que elevará su beneficio por acción en 2018
Banco Santander recompra su gestora de fondos tres años y medio después
16/11/2016 -
MADRID (EP). Banco Santander ha acordado comprar el 50% de su unidad de gestión de activos Santander Asset Management a Warburg Pincus y General Atlantic. La gestora de fondos volverá así a ser 100% propiedad del grupo presidido por Ana Botín, según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El Santander estima que la operación elevará su beneficio por acción más de un 1% en 2018. La entidad liderada por Botín vendió el 50% de su gestora a Warburg Pincus y General Atlantic en mayo de 2013, cuando anunció plusvalías netas de 700 millones de euros.
La entidad no ha desvelado el importe de la compra. Santander Asset Management gestiona 170.000 millones y tiene una posición de "liderazgo" en once países en Europa y Latinoamérica. El negocio de gestión de activos aporta 1.100 millones de ingresos anuales al grupo, que el banco pretender potenciar "reforzando" la gama de productos.
El banco presidido por Botín espera que la operación además genere un retorno sobre el capital invertido superior al 20% en 2018 y que alcanzará el 25% en 2019. También prevé que el impacto negativo en el capital será de unos once puntos básicos al final de 2017.
Distintas alternativas
Como parte de la operación, las tres entidades han pactado explorar "distintas alternativas" para la venta de su participación en Allfunds Bank, entre las que se incluye una posible venta o salida a Bolsa. El Santander posee de forma indirecta el 25,25% del capital de esta entidad. La operación aún está sujeta a la obtención de las autorizaciones regulatorias correspondientes.
El Santander y sus socios Warburg Pincus y General Atlantic alcanzaron un acuerdo en noviembre de 2015 para fusionar Santander Asset Management y Pioneer Investments, filial de UniCredit.
Finalmente, la operación que daría fruto a un gigante europeo del sector con casi 400.000 millones de euros en activos se abortó este verano ante la exigencia de requisitos regulatorios que para cumplirlos hacían perder el "sentido" a la fusión.
