restorán de la semana 

Bar Aladroc, la taberna del pescado fresco

En València tenía que haber un lugar donde comer buen pescado fresco a precios populares, y es este.

| 28/01/2022 | 2 min, 0 seg

El aladroc (boquerón en castellano) es un pescado tan azul como sencillo. Y por eso, el Bar Aladroc es como un aladroc. Sencillo y marinero.

A Alessandro Miceli y Clio Santori —pareja, italianos, mediterráneos— se les ve encantados de estar, día a día, navegando con el aladroc. Ven como, por fin, la idea que tuvieron (ellos y sus socios) de abrir una taberna de pescado fresco, a buen precio y de buen ver, no se la ha llevado ninguna corriente. No es fácil conseguir eso. Todos lo sabemos. Tampoco es fácil encontrarnos con locales como este en València: por la calidad del producto y por el precio.

¿Cuáles han sido los pasos para llegar hasta este Aladroc? Tres.

1) Producto de proximidad: lonja de aquí, Mercat de Russafa, huerta de confianza, pescadería de confianza.

2) La brasa. No es lo mismo que te digan, “Tengo pulpo, sardinas, sepia bruta”, que escuchar, “Hoy tenemos pulpo a la brasa, sardina brasa, ostras brasa, sepia sucia a la brasa…”.

3) El equipo: el buen rollo que tienen las personas que trabajan en el bar.


La carta en general es sencilla y azul. “Hay platos que no pueden faltar —me dicen Clio y Alessandro—, como el pulpo o las sardinas, pero al trabajar el producto de temporada a menudo hacemos cambios en la carta”. Es cierto. Y en ella, mientras unos entran y otros salen del puerto, se van sumando especialidades, como la pasta fresca elaborada por ellos mismos, las flores de calabacín (con mozzarella y anchoas) o las alcachofas confitadas (una receta del barrio judío de Roma).

“Pero ahora estamos trabajando para ampliar la oferta”. Por lo que el Bar Aladroc ya no es solo un sitio para ir a comer o cenar. Ahora, también, se tapea por la tarde y sirven bocatas. Los bocadillos con pan de mollete. El clásico de calamares o el de tataki de atún, burrata y aceite de albahaca, por ejemplo. Y el tapeo se apoya con productos con el “espíritu aladroc”: salazones, ostras, croquetas de gambas…

Vuelen hasta el Bar Aladroc, en calle Literato Azorín, 26. O mejor, naden como el aladroc, pero no dejen de ir.


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