La institución ha justificado su incremento en el volumen de compras por las "condiciones de mercado" y con el objetivo de "prevenir un endurecimiento" de las condiciones financieras
MADRID (EP). El Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido sin cambios los tipos de interés de referencia para sus operaciones de refinanciación en el 0%, mientras que la tasa de facilidad de depósito continuará en el -0,50% y la de facilidad de préstamo en el 0,25%. Lo relevante en el comunicado de este jueves ha sido que el BCE ha informado en primer lugar que tiene previsto acelerar su ritmo de compras mensuales al amparo de su programa de compras de emergencia PEPP tras haber examinado las condiciones de financiación y las previsiones de inflación.
"El Consejo de Gobierno espera que las compras bajo el PEPP durante el próximo trimestre se realicen a un ritmo significativamente mayor que durante los primeros meses del año", ha subrayado el organismo presidido por Christine Lagarde. El incremento en el ritmo de compras es posible debido a que el PEPP es un programa flexible. Su volumen total de 1,85 billones de euros y su fecha límite de compras netas (marzo de 2022) se ha mantenido sin cambios.
El BCE ha justificado su incremento en el volumen de compras por las "condiciones de mercado" y con el objetivo de "prevenir un endurecimiento" de las condiciones financieras que sea "inconsistente" con contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la senda prevista de inflación. Asimismo, el banco central ha explicitado que, si puede mantener unas condiciones de financiación favorables sin usar el paquete completo de 1,85 billones, este no se usará en su totalidad. De la misma forma, en caso de que sea necesario elevar su cuantía, lo hará.
Con respecto al resto de instrumentos, el banco central seguirá realizando compras netas de activos bajo su programa estándar (APP) a un ritmo mensual de 20.000 millones netos "durante tanto tiempo como sea necesario". El BCE reinvertirá los fondos de la deuda que venza durante un periodo de tiempo "prolongado" después de que empiece a subir los tipos de interés. En último lugar, la autoridad monetaria ha indicado que seguirá proporcionado "amplia liquidez" a través de sus operaciones de refinanciación, especialmente a través del tercer programa de operaciones de refinanciación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO-III).
La economía de la zona euro crecerá este año a un ritmo del 4%, una décima más de lo previsto el pasado mes de diciembre, aunque en 2020 el rebote será del 4,1% en vez del 4,2% estimado previamente, mientras que la tasa de inflación del bloque se acelerará como consecuencia de factores "temporales" este año y el siguiente, según ha indicado Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE). En concreto, el banco central espera que la tasa de inflación de la eurozona se situará en 2021 en el 1,5%, frente al 1% que preveía el pasado mes de diciembre, mientras que un año después los precios subirán un 1,2%, una décima más de lo esperado anteriormente. De cara a 2023, las proyecciones macroeconómicas del BCE se mantienen sin cambios respecto de los pronósticos anunciados en diciembre de 2020, con un crecimiento del PIB del 2,1% y una tasa de inflación del 1,4%.
"Si bien se espera que la situación económica general mejore a lo largo de 2021, persiste la incertidumbre en torno a las perspectivas económicas a corto plazo, relacionadas en particular con la dinámica de la pandemia y la velocidad de las campañas de vacunación", ha señalado Lagarde en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE. "En general, los riesgos que rodean las perspectivas de crecimiento de la zona del euro a medio plazo se han equilibrado, aunque persisten los riesgos a la baja a corto plazo", ha advertido la banquera central.
De este modo, mientras que, por una parte, las mejores perspectivas de la demanda mundial, impulsadas por el importante estímulo fiscal, y los avances en las campañas de vacunación son alentadoras, por otro lado, la pandemia en curso, incluida la propagación de mutaciones del virus, y sus implicaciones para las condiciones económicas y financieras siguen siendo fuentes de riesgo a la baja. En cualquier caso, Lagarde ha reiterado que la información disponible constata que es necesario un amplio grado de acomodación monetaria para sustentar la actividad económica y la convergencia de la inflación hacia la meta del BCE, a niveles inferiores, pero cercanos al 2% en el mediano plazo.